La Clase 1-A recibe una tarea inesperada: cuidar de bebés. Mientras los estudiantes se adaptan a sus nuevos roles, Bakugo y Ren se ven envueltos en una dinámica compleja. ¿Podrá Bakugo controlar su temperamento y conectar con el bebé? ¿Qué pasará co...
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𝐘𝐀 𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐆𝐎 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐍 estaba sentado en la sala con el bebé, ambos estaban jugando y conviviendo con otros niños.
— No te inquietes, no muerdas todo lo que encuentres, pequeño. — Ren dijo, sacándole a Kenji un pequeño peluche de la boca.
— ¿Es normal que muerda todo lo que encuentra, Ren?. — Midoriya se acercó al pelirrojo, riendo.
— Bueno, supongo que es normal. Sin embargo, siempre sería un mordedor, no cualquier cosa que observara. — Le dedicó una sonrisa al peliverde.
— ¿De qué manera te encuentras tan al tanto de los niños?. — Izuku se sentó cerca del chico.
— Bueno, tengo hermanos, y yo solía cuidar de ellos con frecuencia. —
— ¿Tienes hermanos? ¿Por qué no nos mencionaste acerca de eso? ¿Podrías dar más información para cuidar a los niños?. — El chico dijo rápidamente, sacando una libreta y lápiz de quién sabe dónde. Ren, exhausto por tantas cuestiones y procesando cada una de ellas, tardó un instante en formular una respuesta alguna para despertar al joven curioso ante él.
— Ve a buscar información a otro lado, idiota. — Habló el rubio, llegando de sorpresa atrás de Ren.
— ¡Bakugo!, si viniste. — Ren, con el niño en sus brazos, se dio la vuelta para observar al chico.
— ¡Kacchan!. — Midoriya dijo con nerviosismo mientras observaba a Bakugo frente a él, Ren sonrió al contemplar cómo se había puesto el peliverde por la presencia de su compañero de equipo.
— Midoriya, el bebé quiere estar contigo. — Todoroki dijo llegando con un bebé en sus brazos.
— Llévate a la madre de tus hijos a otro lado mitad-mitad, puede contagiar a mi mocoso con piojos. — Bakugo habló, pero sintió cómo su polera era jalada suavemente.
— Bakugo, creo que quiere que lo sostengas. — Ren río al ver la expresión de sorpresa en la cara del rubio.
— Dame al mocoso. — Bakugo con cuidado tomó al bebé, e inmediatamente este empezó a bostezar en sus brazos.
— Oh, si Midoriya es la madre del bebé, entonces, ¿yo soy el padre? ¿Midoriya, eso nos convierte en esposos?. — Los cuatro chicos, al escuchar a Shoto, se quedaron en silencio.
Bakugo, quien procesaba la pregunta, sacó su lado burlesco al aire. — ¡Maldito, eso significa que te dan, muerde almohadas!. — Dijo el rubio, estallando a carcajadas.
