|AMOR CAUTIVO|

~1~

Capítulo 1: ¿Mi ángel?

—Pero tía, ¡por favor! Todo el salón va a estar ahí… —supliqué por décima vez, intentando convencer a mi tía Nora de que me dejara ir a la fiesta.

—NO… Jimin, ¿Qué parte de no no entiendes? —replicó con firmeza.

—¿Por qué? —insistí.

—Sabes bien que no me gusta que salgas de noche. Te lo he dicho un millón de veces, además es día de clases —recordó.

—Pero ¡PORFAVOR! Sabes que casi nunca salgo. Es solo una fiesta tranquila, prometo volver temprano, necesito distraerme —rogué.

Mi tía suspiró.

—¿Taehyung va? —preguntó.

—Sí —dije animado.

—¿Seguro que sus papás lo dejaron ir? —inquirió.

—Sí —repetí.

Mi tía cedió.

—Ok. Está bien, puedes ir. Pero prométeme que te cuidarás mucho. Tengo una sensación extraña hoy —dijo.

—¡Te lo juro! No pasará nada —prometí.
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Unas horas después, Taehyung y yo estábamos llegando a la fiesta, era en casa de Laura Lewandoski, única hija de una de las familias más adineradas del lugar. Vivían en una gran mansión a las afueras de seul, sus padres por lo que había oído estaban fuera del país por cuestiones de negocio.

Era una fiesta a todo dar, digna de una familia de su posición. Al poco tiempo de llegar, nos mezclamos entre la gente y empezamos a disfrutar la fiesta, era algo que nos merecíamos después de tanta presión por los exámenes de la universidad, y en ese momento pensé: "Todo estará bien, solo es una fiesta inofensiva."

Rápidamente el reloj ya daba las 2:00 am en punto, el tiempo vuela cuando te diviertes, pensé. Sin saber que de un momento a otro las cosas cambiarían.

De repente se oyó un fuerte ruido, la gente de un segundo a otro entró en pánico, podía ver a las personas correr de un lado a otro, todo desde mi punto de vista empezó a pasar en cámara lenta.

Mi primer reflejo fue voltear a buscar a Taehyung, empezamos a buscar la salida más cercana, era obvio que teníamos que salir de ahí, lo más pronto posible, pero ahí fue cuando nos dimos cuenta que había un montón de gente armada entrando a la casa y que eso no seria posible.

¿Qué estaba pasando? Todo era confuso.

La gran fiesta, paso de un ruido estruendoso a un silencio total… salvo por los gritos de las personas armadas que nos ordenaban:

—¡Ni se les ocurra mirarnos a la cara!

—¡Caminen a la sala!

—¡El que grite no lo cuenta!

—¡Rápido!

—¡Al suelo!

No sabía exactamente cuántas personas eran, pude calcular unos seis o siete, pero no podía asegurarlo.

Y ahí estábamos todos, tirados en el piso, muertos de pánico, muchas de mis compañeras estaban echas un mar de lágrimas, no podía creer lo que estaba pasando.

—¡Debí haberme quedado en casa! ¡Debí haber oído a Nora! —pensé.

La casa estaba alejada lo suficiente de cualquier vecino, como para que nos quedáramos afonicos de tanto gritar pidiendo ayuda… no había nada que hacer, ellos tenían el control.

—Tú, ¡levántate! —dijo una de las personas.

—¿Yo? —pregunté.

—¡Claro que tú! —me golpeó en la cabeza con su arma.

Taehyung me tenía agarrado la mano y no quería soltarme.

—No me haga nada, por favor —dije con voz temblorosa.

Uno de mis compañeros intentó levantarse…

—¡Por favor no le hagan nada! —pero enseguida dos tipos más lo apuntaron.

—¡Ni se te ocurra! —gritó uno de ellos.

Mi amigo volvió a tirarse al piso. Podía ver los rostros de todos mis compañeros, llenos de rabia, frustración, ¿impotencia? Pero ¿Qué podían hacer por mí? La casa estaba llena de hombres armados hasta los dientes.

—Déjalo, no hay tiempo para diversiones, hagamos lo que vinimos hacer y ¡Vámonos! —Le comenta uno de los tipos al que me tenía de pie junto a él.

—¡Claro que sí! Siempre hay tiempo —Le responde el, y luego pude ver como se mordía su labio inferior.

El tipo me agarró y me llevó a rastras hacia uno de los cuartos, intenté poner resistencia pero fue inútil, era un hombre, considerablemente mas fuerte que yo, ademas... armado.

Entramos y me tiró sin ningún tipo de contemplación en el suelo.

—¡Por favor! —Quédate callado mejor —Me apuntó con su arma, y me miró

Traté de levantarme, traté de forcejear lo más que pude pero nuevamente era inútil, colocó su arma justo a mi lado y con sus dos brazos sujetó los míos, estaba totalmente neutralizado, ante él.

—Eres muy hermoso —Sonrió.

Tenía ganas de gritar, de salir corriendo de ahí, pero no podía, solo lo miré detallando su rostro, y sobre todo un tatuaje que tenía en el cuello, una ‘’R’’ dentro de una estrella, aunque solo lo vi por unos segundos esa cara jamás se me va a olvidar… un calor me recorrió todo el cuerpo, rabia, odio…

En ese momento sentía que si se me daba la oportunidad, sería capaz de matar a ese tipo con mis propias manos, tal vez.

En ese momento me besó el cuello…

—NO, suéltame… —grité lo más fuerte que pude.

—¡Que te calles! —Me golpeó la cara.

No me quedó más que resignarme, si lo hacía quizás saldría con vida de ahí, aunque en este punto no me importaba ya.

—¡Suéltalo! —Oí una voz que de repente interrumpió en el cuarto.

En ese momento intenté reconocer la voz, pero no pude. Igual fuera quien fuera se había convertido en mi ángel, aproveché el descuido y empujé al tipo que tenía sobre mí, con toda la rabia que tenía acumulada pude quitármelo de encima.

—¡Mierda! Esta me las pagas —Dijo el tipo.

Tiré el arma hacia una esquina del cuarto, eso le dio tiempo a mi ángel de tirársele encima, por un momento pensé que todo había acabado, pero no, uno o dos minutos después entraron una cantidad de tipos al cuarto, sentí otro fuerte golpe que me ocasionó un dolor intenso en la cabeza que me tumbo al piso, todo se tornaba oscuro, pude ver que también tenían en el piso a la persona que me ayudó, traté de reconocer quien era, pero antes que pudiera detallar su cara y descubrir que era Jungkook, todo quedó totalmente negro…

Reaccioné varias horas después, se notaba por unos pequeños rayos de luz que entraban por medio de unos agujeros de las paredes; era un lugar nada conocido, como... una especie de sótano, estaba amarrado a una silla, de pies y de manos, miré a mi derecha, no había más que unos muebles viejos y sucios, el lugar era un asco, había humedad, mucha humedad, el cuello, la espalda, la cabeza, todo mi cuerpo me dolía demasiado, quería salir de ahí, lo más rápido posible.

Volteé a mi derecha, y para mi sorpresa vi a Jungkook, en la misma situación que yo, solo que aún inconsciente y con sangre alrededor de su cara.

¿Habría sido él mi ángel?

Mi corazón latía con una mezcla de miedo y esperanza. ¿Podría confiar en él? ¿Podría salvarme?

¿Qué pasó después? ¿Qué querían esos hombres? ¿Por qué nos habían secuestrado?

Quería respuestas, pero solo tenía preguntas.

Y en ese momento, solo podía esperar...