Capítulo 14

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Al otro día, la quimera se sentía realmente cansada emocionalmente, pero la vida continuaba y él tenía un trabajo al cual acudir. Salió con muy pocas ganas de entre los brazos del menor y fue al baño a darse una ducha. Cuando salió del baño, el menor se encontraba sentado contra el respaldo de la cama y lo miraba.

- ¿Te sientes bien?

- No mucho

- Entonces, ¿A dónde vas?

- A trabajar

- ¿Qué pasó ayer?

- Lee el cuaderno rojo

- ¿El rojo para lo malo? – se burló el beta y Theo sonrió, pero claro la burla del beta se terminó cuando leyó lo de las operaciones – Tete

- Iré a trabajar porque necesito despejar mi mente – respondió – En la tarde, si quieres, saldremos a correr

- Claro

Bajaron juntos a desayunar y después de que la quimera estuviera lo suficientemente lejos fue que el beta se permitió perder el control. Salió al bosque detrás de la mansión y con muchos gruñidos y rugidos comenzó a golpear un árbol. Los demás cachorros estaban atónitos mirándolo.

- ¿Llamamos a Theo? – preguntó Nolan

- No – respondió Mason – Por si no lo notaron, esperó específicamente a que se vaya – se acercó lentamente a s mejor amigo – Li

El enfurecido lobo terminó por partir el árbol a la mitad, se volteó al humano, le rugió en la cara y Mason no estaba asustado de su mejor amigo.

- ¿Qué pasó? – preguntó el moreno

- Lo abrieron a la mitad sin anestesia y le mostraron sus órganos cuando el solo tenía 9 años Mase – respondió en un susurro mientras lloraba

- Por eso esperaste a que se fuera – el beta asintió

- Si él se desmorona no puedo hacerlo yo también

- ¿Vamos por tarta de calabaza a la cafetería donde trabaja?

- Por favor

(...)

- Cariño, ¿estás bien? Pareces enfermo – comentó Donna apenas lo vio entrar en su oficina

- He tenido unos días difíciles, pero si no te molesta quiero despejar mi mente y trabajar

- ¿Todo bien en casa?

- De hecho, sí, Peter me adoptó

- Eso es genial cariño, pero ¿por qué estás así?

- Tuve una intensa sesión de psicología y tuve un colapso emocional

- Oh, corazón – Donna lo abrazó – ¿Seguro quieres estar aquí?

- Sí Donn, te avisaré si no me siento bien

- Bien, pero avísame

La quimera se puso manos a la obra y con su mejor sonrisa comenzó a atender clientes, hasta que por la puerta entraron los cachorros, decidió ignorarlos.

- Buenos días ¿Qué les puedo ofrecer? – escuchó a Evan hablarles a sus amigos - ¿Y a ti lindo?

- Pastel de calabaza y un latte

El ojiverde respiró hondo cuando notó que el 'lindo' fue para Liam, no causaría problemas en su trabajo, así que continuó como si la manada no estuviera allí, o eso intentó.

Como un HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora