La siguiente mañana, el castillo estaba lleno de actividad. Soldados, magos y guardianes preparaban las defensas bajo las órdenes de Minho y Changbin. Chan y Seungmin continuaban trabajando en nuevos hechizos para reforzar los muros del castillo, mientras Félix y Hyunjin planificaban cómo utilizar la magia de la luz y la oscuridad en su beneficio.
Han, aún sintiéndose un poco fuera de lugar, decidió acercarse a Minho. Sabía que necesitaban estar unidos más que nunca.
"Minho," dijo, su voz suave pero decidida, "si hay algo que pueda hacer... quiero ayudar."
Minho lo miró, sorprendido, pero asintió lentamente. "No necesito ayuda, Han. Pero si algo sucede, confío en que estarás listo para actuar."
Han sonrió, aunque sentía el peso de la incertidumbre en su corazón. Quizás no había una amenaza más grande que la que enfrentaban, pero sabía que, de una forma u otra, lucharían juntos.
El frío que impregnaba el castillo del Reino de Hielo ahora se sentía aún más opresivo. No era solo el clima lo que enfriaba el aire, sino la amenaza inminente de la antigua entidad, Park Jin-young, que avanzaba silenciosa pero inexorable hacia ellos.
Han caminaba por los pasillos del castillo junto a Minho, su mirada inquieta. Aunque había crecido en un ambiente cálido y lleno de vida en su propio reino, ahora sentía que el hielo que lo rodeaba reflejaba las tensiones internas que llevaban días acumulándose. Sin embargo, una mirada a Minho bastaba para recordarle por qué estaba allí.
Minho, con su expresión inquebrantable y esa mezcla de frialdad externa y pasión oculta, lo hacía sentir seguro. Desde su primer encuentro en el bosque, algo dentro de Han había cambiado. Lo que comenzó como una simple atracción se había convertido en algo más profundo, más intenso.
Minho notó el silencio prolongado y se detuvo, girándose hacia Han. "¿En qué piensas?"
Han lo miró, intentando leer más allá de esos ojos gélidos. "En ti. En nosotros. En todo lo que está pasando."
Minho frunció el ceño, sin saber muy bien cómo responder a la franqueza de Han. "Esto no es un buen momento para... sentimientos, Han. Tenemos una batalla que preparar."
Han dio un paso más cerca. "Lo sé. Pero quiero que sepas que no importa lo que suceda con Park Jin-young o con nuestros reinos... siempre estaré a tu lado."
Minho sintió que su máscara de frialdad se deslizaba ligeramente, como si el calor del afecto de Han comenzara a derretir su resistencia. Sin embargo, no era el tipo de persona que expresaba sus emociones con facilidad. "Solo no te metas en problemas," respondió secamente, aunque había una leve sonrisa escondida en sus labios.
Mientras tanto, en la sala de magia, Chan y Seungmin continuaban perfeccionando los hechizos de protección y rastreo, pero la tensión entre ellos no solo se debía a la magia. Desde el momento en que comenzaron a trabajar juntos, una chispa incómoda había aparecido entre ellos.
Seungmin alzó la vista después de un rato de silencio. "Sabes, Chan, aunque sigamos siendo rivales, no puedo negar que tu magia es... impresionante."
Chan bufó, aunque claramente se sonrojó un poco. "No necesito tus elogios. Solo haz tu parte y deja que yo haga la mía."
Seungmin lo observó de reojo, su expresión más suave de lo usual. "Es difícil trabajar contigo, ¿lo sabías?"
Chan lo miró directamente. "Lo mismo digo. Pero admito que... eres bueno en esto."
El aire entre ellos se volvió espeso, cargado de una tensión que no era solo hostilidad. Ninguno de los dos quería admitir lo que realmente sentían, y aunque cada hechizo que lanzaban funcionaba a la perfección, había otra magia en juego que ninguno sabía cómo manejar.
En el otro extremo del castillo, Félix y Hyunjin se habían separado del grupo para discutir cómo usar sus habilidades combinadas de luz y oscuridad en la inminente confrontación con Park Jin-young. Sin embargo, su conversación rápidamente cambió de táctica a algo mucho más personal.
"¿No te parece irónico?" dijo Hyunjin, con una media sonrisa. "Yo, el príncipe del Inframundo, destinado a la oscuridad, y tú, el príncipe de las hadas, lleno de luz. Somos literalmente opuestos."
Félix rió suavemente. "A veces, los opuestos son lo que se necesitan para mantenerse equilibrados."
Hyunjin lo miró fijamente. Había algo en Félix que lo atraía irremediablemente, su luz brillaba incluso en los lugares más oscuros dentro de él. "¿Equilibrados? O tal vez, tú eres lo único que puede evitar que me consuma por completo."
Félix extendió una mano, dejando que la calidez de su toque disipara las sombras que siempre rodeaban a Hyunjin. "No te consumirás mientras yo esté aquí."
Los dos compartieron un beso suave y lento, y en ese instante, la oscuridad y la luz no eran opuestos, sino complementos perfectos.
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La Magia De Los 4 Reinos One-Shot
FantasyEntre amor, rivalidades y magia, ocho jóvenes se embarcan en aventura que cambiará sus vidas y el destino de los reinos para siempre. ¿Podrán encontrar la paz en un mundo lleno de sombras y luz?