in my veins; harry potter

019.

xix. ¿black o lestrange?

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me haría muy feliz <3

omnisciente

Perseus cargaba una de las cajas que Sirius recién había aparecido dentro de su nuevo hogar. La verdad era que no tenía demasiadas cosas, pues la mayoría de sus pertenecías aun se encontraban en la mansión de los Lestrange, dónde el joven no había puesto el pie desde el fallecimiento de su madre.

—¿Eso es todo? —le preguntó Delilah, ayudando a quitar las cajas que cubrían el espacio alrededor de la chimenea.

—De lo mío sí —le respondió Perseus.

Delilah asintió, y dirigió su mirada a Harry—. ¿Qué hay sobre ti? ¿Todo bien?

Harry asintió—. Yo tampoco tengo muchas pertenecías, la mayoría de las más valiosas están en Hogwarts o con mis tíos muggles.

—Al parecer eres tú quien tiene más cosas —la mujer miró a Sirius mientras arrugaba su pequeña nariz—. Tienes que deshacerte de unas cuantas...

Sirius alzó sus cejas, divertido—. Ya lo veremos.

Perseus desvió la mirada, incómodo. Aún no se acostumbraba a la relación de su padre con Delilah, ya que de cierta manera recordaba como había sido la relación de sus padres antes de separarse cuando él era pequeño.

—Bien, es momento de dejar las cajas un poco por detrás —anunció Delilah—. Tendremos mucho tiempo para terminar de desempacar... mientras iré a prepararles algo para que coman antes de ir a San Mungo.

—¿Por qué debemos de volver a ir? —preguntó Perseus mirando a su padre—. ¿No puedo ir a la casa del tío Regulus mientras ustedes van?

—Porque debemos ser amables, ¿de acuerdo? Somos del mismo bando —Sirius negó con la cabeza—. Y no puedes ir con tu tío porque Regulus me envió una carta diciendo que tenía un par de asuntos urgentes que atender, y que regresaría hasta después de Navidad.

Perseus ladeó su cabeza ligeramente, y luego miró a Harry, quién había estado bastante callado desde la última vez que estuvieron en el hospital.

—¿Qué tienes? —le preguntó Sirius a Harry, él también había notado el extraño comportamiento de su ahijado en el último par de días.

—Nada —le respondió Harry con un tono casi gruñón.

Sirius miró a ambos adolescentes, suspirando—. Bien, cuándo se te pase esa "nada", puedes hablar conmigo, ¿de acuerdo? —luego, se enfocó en su hijo—. Esto también va para ti. Ahora, vayan a refrescarse para que bajen a comer cuando los llamemos —dijo para luego también irse a dónde se encontraba Delilah. Sin embargo, se detuvo en seco—. Y por el amor a Merlín, intenten no pelearse, ¿sí? Se los suplico.