—Le pedí a mamá que me dejara quedarme aquí en la ciudad, le expliqué mis motivos. El principal de ellos, claramente, fuiste tú —dijo Jennie, dándome un tierno beso en los labios—. Dijo que lo pensaría —añadió con un tono que no fue nada alentador. Sin duda, esto no era bueno para nuestra relación.
—No quiero que te vayas —fue lo único que pude decir antes de que se lanzara a mis brazos y rompiera a llorar. Verla así me partía el corazón, y sin pensarlo mucho, dejé salir algunas lágrimas también. Sabía que si ella se rompía, yo debía ser fuerte por las dos. Tenía que encontrar una solución pronto.
Nos pusimos a ver una película para distraernos, pero ninguna de las dos le prestaba suficiente atención como para siquiera entenderla. Alrededor de las ocho de la noche, la llevé de vuelta a su casa. La despedida fue amarga y algo incómoda. Sabía que tenía que encontrar una solución y, para eso, necesitaba a mi mejor consejero. Le mandé un mensaje a Jungkook, diciéndole que lo necesitaba, y en menos de dos minutos me respondió que nos veríamos en mi departamento. Antes de dirigirme a casa, pasé a comprar algunas botanas y una botella de alcohol, por si acaso. Cuando finalmente llegué, él ya estaba esperando en la puerta con una caja de pizza. Claramente, tenía la cabeza en otro lado, porque ni siquiera pensé en comprar algo más sustancial para comer.
—Lamento la tardanza. Me entretuve con unas cosas —dije señalando las bolsas en mis manos.
—No te preocupes, supuse que no habrías comido, así que traje la cena —respondió, demostrando una vez más cuánto me conocía—. ¿Cenamos primero y luego hablamos?
—Me parece bien.
Busqué unos platos mientras él servía el refresco. Durante la cena hablamos de cosas triviales, como nuestro día o cómo estaba llevando su ruptura con su novia. Sin embargo, cuando mencionó a Jennie, su tono se tornó más serio. Notó de inmediato mi incomodidad.
—¿Pasó algo con Jennie? —preguntó mientras terminábamos la pizza y nos acomodábamos en el sofá que habíamos apodado "el sofá de las penas".
—Se va a ir —solté sin rodeos.
—¿Cómo que se va? —preguntó con curiosidad.
—Me comentó que a Jane le dieron un traslado a otro hospital, al otro lado del país. Se mudan en tres semanas —resumí.
—Vaya, eso no me lo esperaba. ¿Y la vas a dejar ir así sin más? —preguntó, sabiendo que la idea no me agradaba en absoluto.
—No quiero que se vaya, pero no sé qué hacer para que se quede. Jane no tiene opción, el cambio ya es oficial. Jennie mencionó que quería quedarse, pero aún no le ha dado una respuesta concreta. Estamos esperando... —le dije, sintiendo un nudo en la garganta.
—¿Por qué no le propones que se quede contigo? Quizá su madre no quiera que viva sola, sobre todo por miedo a que su ex regrese y quiera hacerle daño. Puedes sugerirle que viva aquí contigo. Sé que suena algo apresurado porque su relación recién comienza, pero podrías darle a Jane la seguridad de que su hija estará protegida contigo.
La idea era tan simple como brillante, y me lancé a sus brazos por haber pensado en algo tan perfecto.
—Gracias, jamás se me habría ocurrido. ¿Crees que Jane acepte? —le pregunté, aún insegura.
—Debes convencerla. Si quieres que Jennie se quede, tienes que hacer que Jane confíe en ti. No va a ser fácil, pero sé que puedes lograrlo.
Después de esa charla tan reconfortante, Jungkook se quedó a dormir en mi departamento. Ya era tarde, y tras unas copas, lo más seguro era que pasara la noche allí.
Los días de clases estaban llegando a su fin. Algunos se iban de vacaciones para las fiestas de fin de año, mientras que otros, como yo, se quedaban en la ciudad. Por mi parte, a veces las pasaba sola, y otras veces con Jungkook y su mamá, Ana. Ellos eran lo más cercano que tenía a una familia. Este año planeaba pasar el Año Nuevo con ellos, pero para Navidad tenía algo distinto en mente. Quería pasarla con Jennie.
El último día de clases llegó, y junto con él, el estrés por no haber encontrado aún el regalo perfecto para ella. Todo el día, Jennie había estado algo distante. Me preocupaba que estuviera pensando en la mudanza, pero no sabía cómo abordar el tema, y mucho menos cómo proponerle vivir conmigo.
—¿Princesa? —le pregunté mientras conducía el auto que finalmente había decidido comprar.
—Mmm... —respondió sin mucho ánimo. Desde que salimos de la universidad, la notaba distraída, como si quisiera decirme algo, pero no se animara.
—¿Estás bien? Me estás ignorando —dije con un tono un poco más serio, esperando que me respondiera.
—Sí, todo está bien. Solo estoy distraída —respondió, pero su voz no me convenció.
Finalmente, llegamos a su casa tras unos quince minutos de incómodo silencio. Me preocupaba que su estado de ánimo tuviera que ver con el hecho de que se marcharía pronto. Todavía no le había dicho nada sobre la idea de Jungkook. Quería hacerlo, pero no sabía cómo ni cuándo sería el momento adecuado. Sabía que primero debía proponerle la idea a ella antes de hablar con Jane.
Cuando bajamos del auto y llegamos a la puerta de su casa, me sorprendió que Jennie me lanzara una pregunta inesperada.
—¿Amor, quieres pasar Navidad conmigo y con mamá? —No sé qué me sorprendió más: su pregunta o el hecho de que me llamara "amor".
—¿Cómo? —fue lo único que pude decir, estúpidamente.
—Que si quieres pasar Navidad con mamá y conmigo —repitió rápidamente, como si tuviera miedo de mi respuesta—. Bueno, si ya tienes planes no pasa nada, debí suponer que...
La interrumpí con un beso. Me encantaba cuando se ponía nerviosa y empezaba a divagar.
—¿Cómo me llamaste? —le pregunté, sonriendo.
—¿Qué? ¿Cómo te llamé? Te dije... —Se detuvo al darse cuenta de lo que había dicho y escondió su rostro en mi cuello, claramente sonrojada—. Lo siento, no me di cuenta.
—No lo sientas, amor —respondí, llamándola de la misma manera—. Me encanta. —La abracé más fuerte y dejé un beso en su frente—. Y por supuesto que me encantaría pasar Navidad a tu lado.
Nos tomó varios minutos despedirnos. No nos veríamos hasta Navidad, ya que Jennie estaría ocupada ayudando a Jane con los preparativos de la mudanza. Sabía que tendría que hablar con ambas a la vez sobre la idea de que Jennie se quedara conmigo. Realmente esperaba que no lo tomaran a mal, porque si Jennie se iba, nuestra relación, que aún era tan joven, tendría que sobrevivir a la distancia, algo que no me parecía fácil.
Durante los días siguientes, me dediqué a buscar el regalo perfecto para ambas. Sabía que lo merecían. Eran dos mujeres fuertes que habían pasado por situaciones difíciles y siempre salían adelante. Admiraba especialmente a Jane, por cómo había criado a Jennie sola mientras mantenía un trabajo tan demandante como el de doctora. No era fácil, pero ella lo hacía con una gracia admirable, lo que explicaba por qué le ofrecieron el traslado.
Finalmente, después de cinco días de buscar, encontré los regalos perfectos para ellas. Estaba ansiosa por dárselos en una noche tan mágica como la Navidad, esperando que todo lo que tenía planeado saliera bien y, sobre todo, que Jane aceptara mi propuesta.
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Mi hermoso destino (Jenlisa)
FanfictionJennie es insegura por su estúpido ex novio, quien la utilizo de una manera que la daño tanto que no confía ni en sus propios sentimientos, ni en su hermoso físico... Lisa tiene un pasado marcado de distintas formas, de sufrimiento y una falsa barre...