22.

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POV Jennie

Han pasado tres largas semanas desde que Lisa cerró los ojos, y desde entonces no ha despertado. Los médicos ya le retiraron las vías por las que le suministraban los medicamentos para inducir el coma, diciendo que la inflamación en su cerebro había cedido considerablemente. Ahora, lo único que podemos hacer es esperar pacientemente a que decida despertar. Cada día que pasa, la angustia crece en mi interior. A pesar de que confío en su fortaleza, no puedo evitar sentir miedo. Todo esto me ha afectado profundamente, especialmente porque hay algo importante que no le he dicho, algo que cambiará nuestras vidas para siempre.

Aún no he tenido el valor de programar mi primera ecografía. No quiero hacerlo sin Lisa. Este bebé no fue planeado, pero ya es parte de nosotras, de nuestra historia. El doctor insiste en que no debo dejar pasar más tiempo, pero cada vez que intento hacer la llamada, algo me detiene. Es como si el hecho de seguir adelante con el embarazo sin que ella lo sepa fuera una traición. Pero no puedo seguir postergándolo más.

Hoy fue un día particularmente agotador. Jungkook y yo tuvimos que ir a declarar nuevamente en contra de Sehun. El juicio se acerca, y todo parece estar a nuestro favor. Las pruebas son abrumadoras, y es casi seguro que pasará muchos años tras las rejas. A pesar de esto, no puedo evitar sentirme ansiosa. Revivir esos momentos es desgastante, y todo el estrés me está afectando más de lo que quiero admitir. Al volver al hospital, Lisa seguía inmóvil, como todos los días, pero me senté a su lado, esperando algún cambio, algún milagro.

—Amor... te extraño —le susurré mientras acariciaba su cabello alborotado. El brillo de sus ojos, esa chispa que me enamoró, no lo he visto en semanas—. Hoy escuché a las enfermeras hablando sobre ti —dije con una pequeña sonrisa, tratando de aligerar el ambiente—. Incluso dormida sigues llamando la atención... Al parecer, mientras te cambiaban el suero, te moviste un poco... ¿En qué sueñas, mi amor?

Hablarle me ayuda, pero a la vez me duele. No puedo evitar esperar una respuesta, aunque sé que no vendrá. Quiero oír su voz, ver sus ojos abrirse de nuevo, sentir que todo volverá a ser como antes. Pero la incertidumbre es insoportable, y con cada día que pasa, mi miedo crece.

—Finalmente tomé la decisión de programar mi consulta —dije en voz baja, sabiendo que ella no podía oírme, pero necesitaba decirlo en voz alta para hacerlo real—. No quería hacerlo sin ti, pero no puedo esperar más… ya es momento de que lo sepas.

Varias veces estuve a punto de confesarle sobre el bebé antes de que todo esto sucediera, pero siempre me arrepentía en el último momento. Ahora no puedo seguir postergándolo, mi vientre comenzará a notarse pronto y no habrá manera de ocultarlo más.

—Recuerdas esa vez en la ducha, cuando no teníamos protección y yo insistí… —dije con una pequeña risa nerviosa—. Por el estrés de los exámenes se me olvidó tomar la pastilla y... bueno... vamos a ser mamás.

Justo en ese instante, noté un cambio en el ritmo cardíaco de Lisa. ¿Será que me escuchó? ¿Que le emociona la noticia? Mi corazón se aceleró junto con el suyo, y me aferré a esa esperanza.

—Nunca te pregunté si querías hijos... pero yo sí los quiero, y más si es contigo —continué, con la voz entrecortada por la emoción. Sus latidos seguían acelerados, y no pude evitar continuar hablando—. Espero que no estés molesta conmigo por esto, no quiero perderte…

De repente, sentí cómo su ritmo cardíaco comenzaba a estabilizarse. Tomé su mano y la llevé a mi vientre, dejando que las lágrimas que había estado reteniendo finalmente fluyeran libremente. En ese momento, sucedió algo que no esperaba.

—Sí... quiero... —escuché de pronto, en una voz apenas perceptible, pero inconfundible. Mi corazón dio un vuelco. Levanté la vista rápidamente, y ahí estaba, mi Lisa, con una pequeña sonrisa en su rostro y los ojos apenas entreabiertos.

—¡Amor! —exclamé, llena de emoción.

Avisé rápidamente a las enfermeras que Lisa había despertado, y el médico entró para revisarla. Me pidieron que saliera de la habitación mientras realizaban los exámenes de rigor. Aún temía que algo pudiera salir mal, pero saber que estaba consciente me devolvió la esperanza.

—Kook, despertó —dije apenas al teléfono, con la voz quebrada por la emoción.

—Voy en camino —fue lo único que dijo antes de colgar. Pocos minutos después, Jungkook llegó corriendo por el pasillo y me abrazó con fuerza. Ninguno de los dos pudo contener las lágrimas de alivio. El doctor salió poco después, diciendo que Lisa no presentaba secuelas evidentes, aunque debía quedarse unos días más en observación para asegurarse de que todo estaba bien.

No escuché mucho más. Mi mente solo tenía un objetivo: volver con Lisa. Entré a la habitación y la vi sentada, conversando con una enfermera, lo que me hizo sentir una punzada de celos. Pero tan pronto notó mi presencia, Lisa extendió su mano para que la tomara.

—Amor… —intentó decir algo, pero no le di tiempo y la besé con desesperación, sintiendo la necesidad de asegurarme de que realmente estaba aquí, conmigo. Me senté junto a ella, sin soltar su mano. Verla despierta, verla a salvo, me llenaba de una felicidad que no puedo describir.

—¿Lo del embarazo es verdad? —me preguntó, con una mezcla de sorpresa y emoción en sus ojos. No estaba segura de cómo reaccionaría, pero ya no podía seguir ocultándolo.

—Sí… te lo iba a decir antes, pero pasó esto y ya no tuve la oportunidad… —mi voz se quebró, y las lágrimas volvieron a salir. Estaba nerviosa, insegura de su reacción. Pero entonces, me silenció con otro beso, profundo y lleno de amor.

—Por supuesto que quiero… —dijo suavemente.

—¿Qué quieres? —pregunté, confundida.

—Quiero tener hijos, muchos… y que tengan tus ojos, esos que tanto amo —respondió, sonriendo mientras acariciaba mi rostro. Sus palabras disiparon todas mis dudas y temores. Su mano se deslizó hasta mi vientre, y nos miramos profundamente a los ojos—. Te amo, y nada me haría más feliz que tener hijos contigo.

Me abrazó con fuerza, limpiando mis lágrimas, y en ese momento supe que, a pesar de todo lo que habíamos pasado, estábamos listas para enfrentar lo que viniera, juntas.

Pasamos dos días más en el hospital. El alta llegó con varias indicaciones médicas que me aseguraría de que Lisa cumpliera al pie de la letra. Volver al apartamento fue un poco más difícil de lo que esperaba. Pensé que tenerla a mi lado aliviaría los recuerdos del incidente, pero no fue así. Aún faltaban cosas en la sala, el espacio se sentía vacío. Sin embargo, con Lisa a mi lado, sabía que podíamos superarlo.

Días después, fuimos a reprogramar la cita para nuestra primera ecografía, que sería dentro de una semana. Estaba emocionada de que finalmente podríamos conocer a nuestro bebé juntas.

—Este lunes iré a la universidad para ver cuándo puedo presentar los exámenes finales —me dijo Lisa. Aunque se había perdido los exámenes, debido a su buen promedio y las circunstancias, le darían la oportunidad de presentarlos más adelante.

Sabía que retomar el ritmo sería difícil para ella, pero estaré a su lado en cada paso, apoyándola. Los próximos meses serán complicados, pero estoy completamente segura de que con Lisa a mi lado, podremos superar cualquier obstáculo.

Juntas, lo lograremos.


Voten y comenten, quedan pocos capítulos, si alcanzo termino hoy 💕✨🥺

Mi hermoso destino (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora