La Secta de los Ravens
Era un día soleado en Gotham, un raro momento de calma en una ciudad que nunca duerme. La Mansión Wayne, usualmente un refugio de seriedad y misterio, se encontraba sumida en un extraño silencio, interrumpido solo por el sonido de los pájaros en los árboles. Sin embargo, esa paz estaba a punto de ser interrumpida por el más pequeño de los Wayne: Damian.
Después de su locura en la comisaría, Damian había decidido que era el momento perfecto para expandir su imperio personal: la secta de gatos que había fundado la noche anterior. Con una mezcla de entusiasmo y seriedad que solo él podía tener, se preparó para llevar su secta al siguiente nivel.
Damian (mirándose en el espejo): —Hoy es el día. La secta de los Ravens tomará Gotham y la Mansión Wayne será su cuartel general.
Con una resolución inquebrantable, se vistió con su traje de Robin, aunque sin la capa, ya que pensaba que un líder de secta debería tener un look más "urbano". Se puso una gorra que decía "Líder de los Ravens" y salió de su habitación.
Mientras caminaba, comenzó a idear un plan. La mayoría de sus hermanos estaban en la mansión, así que pensó que podría ser una buena idea reunir a todos para que se unieran a su causa.
Al bajar las escaleras, se encontró con Tim, quien estaba en la cocina buscando algo para comer. La luz del sol brillaba sobre él, y Damian lo vio como la oportunidad perfecta para reclutar a su primer seguidor.
Damian: —Tim, ¡necesito tu ayuda! Estoy formando una secta de gatos llamada los Ravens.
Tim, con una bolsa de cereales en la mano y sin quitarse la pijama, se giró hacia Damian con una mezcla de incredulidad y diversión.
Tim: —¿Una secta de gatos? ¿En serio? ¿No fue suficiente lo que pasó anoche?
Damian (con seriedad): —¡No! Esto es diferente. ¡Los gatos necesitan un propósito! ¡Y tú serás mi consejero!
Tim se rió, intentando no tomarse en serio el planteamiento de su hermano. Sin embargo, la mirada decidida de Damian lo hizo reconsiderar.
Tim: —Está bien, ¿qué tienes en mente?
Damian (con una sonrisa): —Primero, necesitamos un ejército de gatos. Vamos al parque y reclutemos a todos los felinos que podamos encontrar.
Tim, intrigado, decidió acompañar a su hermano. Juntos se dirigieron al parque más cercano, un lugar donde muchos gatos callejeros se reunían.
Al llegar al parque, Damian rápidamente sacó una bolsa de bocadillos de atún y comenzó a llamar a los gatos.
Damian: —¡Venid, felinos! ¡Uníos a la secta de los Ravens! ¡Con bocadillos de atún!
En cuestión de minutos, una multitud de gatos se reunió a su alrededor. Tim miraba la escena, incrédulo.
Tim: —Esto no puede estar pasando...
Damian (entusiasmado): —¡Mira! ¡Ya tenemos un ejército!
Un gato de pelo gris se acercó, olfateando la bolsa de atún.
Gato 1: —¿Qué hay en la bolsa?
Damian: —¡Bocadillos! ¡Y el camino hacia un nuevo propósito en la vida! ¡Uníos a nosotros y conquistaréis Gotham!
Los gatos comenzaron a acercarse más, y Damian, animado por el éxito, decidió que era el momento de dar un discurso inspirador.
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Las aventuras de la Batifamilia
HumorLa familia Wayne parece ser una familia normal y especial, pero solo si estas afuera de la mansión, por que con los 4 muchachos adentro es un infierno, un infierno que Bruce y Alfred tienen que aguantar