Deber es sacrificio.
Es lo que le dice su madre a los once años, cuando se le obliga a contraer matrimonio con su tío, esto para evitar una guerra tan sangrienta que sea recordada en los libros de historia.
Y Naerys I Targaryen realiza sacrificios
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Es una agradable noticia cariño , por fin podrás compartir el mismo sentimiento desde que supe que estaba embarazada de ti.
Si es una niña lo que yo estoy esperando, tal vez podamos comprometerlos, así como tú y mi medio hermano, aunque bueno, tal vez es algo pronto.
Cuídate mucho, y no dejes de mandar cartas, al pasar las semanas tristemente verás que es lo único que podremos hacer.
Espero visitarte lo más pronto posible, estaremos atentos a la fiesta en su honor.
Con amor. Rhaenyra Targaryen, princesa heredera.
No sabe porque sus ojos se llenan de lágrimas cuando termina de leer por segunda vez la carta, puede que sea que el contenido sea tan poco, en comparación con otras cartas.
Había llegado tres días después de que ella mandó el mensaje, contando la "feliz" noticia de su embarazo.
—¿Algo interesante?
Aegon besó su hombro desnudo, intentó ver el contenido de la carta, acercando su rostro desde detrás, Naerys dobla el pergamino en un perfecto cuadrado.
—Ella también está embarazada, eso ya lo suponíamos, pero dijo que tal vez podríamos casar a nuestro hijo si mi nuevo hermano resulta ser una niña.
No sabe porque le está diciendo esto a él, tampoco sabe porque le molestó aquella simple idea escrita en un pedazo de papel.
Una mueca es la respuesta de su marido, la frente de Aegon se arruga con desagrado, y sus labios se fruncen de manera casi cómica.
—Sonó como mi madre.
Ahora es Naerys quien hace la mueca de desagrado, la simple idea de comparar a Alicent con Rhaenyra le regresa las náuseas matutinas.
Esto la obliga a tomar un trago del jugo de naranja que los sirvientes trajeron junto con el desayuno. Aegon había insistido en que desayunaran en la cama.
Esto no desagradó a Naerys, quien había despertado con pocas ganas de moverse del suave colchón y las ricas sábanas.
—Ella comentó la idea de que podríamos prometerlo a una de las nietas de Tyland Lannister.
Aegon roba un trozo de tocino del plato destinado a ella, y en su lugar, deja un trozo de pan tostado con mermelada encima.
Ella le da una mordida después de hablar.
—Ni siquiera sabemos si es varón.
Y aunque todos intenten pensar como si eso fuera un hecho, en realidad nada lo hace, porque tal vez ella podría tener una niña, ser justo como Rhaenyra.
