Deber es sacrificio.
Es lo que le dice su madre a los once años, cuando se le obliga a contraer matrimonio con su tío, esto para evitar una guerra tan sangrienta que sea recordada en los libros de historia.
Y Naerys I Targaryen realiza sacrificios
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Los llantos son abrumadores, sabe que por más que lo haga, no se detendrán, es aterrador la forma en que los gritos inundan toda la habitación, ni siquiera puede escuchar su propia acelerada respiración.
La única cuna en la habitación, con volantes blancos era el centro de todo ese ruido, sus pasos se acercan lentamente, no está preparada para ver el contenido, aunque en su interior sabe que es lo que le espera.
Extiende una mano, apartó la tela transparente, lista para ver al bebe que llora.
Pero no hay nada, entonces el incesante ruido es detenido, y en el lugar donde debería de estar un niño con cabello rubio, solo existe una manta, nada más.
Aunque el dolor es horrible, inicia en lo más profundo de sus entrañas, algo se remueve, algo tira, rasga y muerde su interior, la piel se extiende y su normal vientre se convierte rápidamente en algo grande.
Las marcas de las garras se admiran gracias a la piel, y entonces la sangre comienza a emerger, el líquido escarlata mancha todo a su paso y el rugido de una bestia se hace presente mientras sus piernas no pueden sostenerla.
Las palmas juntas en señal de oración, su frente inclinada, las rodillas tocando el suelo que fue diseñado específicamente para los pecadores, el sofocante calor de las cientos de velas encendidas.
La estatua de la madre, la mujer hermosa que está acompañada de bebés, es la representación de maternidad y crianza, la protectora de los niños, muchas mujeres venían a pedir por fertilidad y compasión.
Una triste combinación.
En la religión Valyria era a Syrax a quien rezas por fecundidad, pese a que Valyria sucumbió ante la explosión de sus volcanes, cierta parte de su religión continúa gracias a los Targaryen y rocadragón.
Daemon, su padrastro fue quien los instruyó en varias oraciones, él estaba orgulloso de su religión materna, y no estaba de acuerdo en que los niños de Rhaneyra aceptaran aquella religión extranjera.
La religión de los Hightower.
Pero no importaba si ella creía en los siete o en las catorce llamas, o en los antiguos dioses, o el dios ahogado, o el señor de la luz. Porque los Andalos habían hecho que un gran porcentaje de la población Westerosi fueran devotos leales de la fe de los siete.
Y ella algún día sería su reina.
Es por eso que no opuso ninguna resistencia ante las invitaciones de la reina Alicent al septo, es por eso que desde pequeña, aprendió todas las oraciones, se esforzó por aprender las lecciones de su septa.
