─── ⋆⋅☆⋅⋆ ───𝟭𝟭𝟮 𝗗. 𝗖. 𝗞𝗶𝗻𝗴'𝘀 𝗟𝗮𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴
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La luna llena, alta en el cielo nocturno, proyectaba su pálido resplandor sobre los imponentes muros de la Fortaleza Roja. Un viento suave pero constante mecía los estandartes de la casa Targaryen, que ondeaban con solemnidad. Las luces de las antorchas, escasas en las zonas más altas del castillo, titilaban en la distancia, creando un ambiente de calma, casi irreal. Era una noche serena, donde el único ruido perceptible era el murmullo del viento acariciando los muros antiguos y las piedras crujientes bajo el paso ocasional de algún guardia.
En una de las muchas habitaciones del castillo, Ceryse Hightower yacía dormida, envuelta en sábanas de seda que la protegían del frío. Había decidido pasar la noche en los aposentos de su hermana, Alicent, buscando consuelo en su presencia. No obstante, para su desagrado, Alicent no había vuelto. La joven Hightower había intentado resistir el sueño, pero el cansancio la había vencido, llevándola a un sueño profundo. El lecho era cálido y cómodo, y el sutil aroma a lavanda y madera, impregnaba el ambiente, ayudando a que el sueño de Ceryse fuera apacible.
Sin embargo, en medio de la quietud, algo la perturbó. Un suave crujido resonó en la oscuridad de la habitación. Era apenas un sonido leve, el roce de una puerta al abrirse con sigilo. Ceryse, con los ojos aún cerrados, comenzó a despertarse lentamente, arrastrada de las profundidades de su sueño por la sensación de que no estaba sola. Un escalofrío recorrió su espalda, despertando todos sus sentidos. Las sombras en la habitación, que antes parecían inofensivas, ahora se alargaban, y el ambiente, que había sido cálido, se tornó inquietante.
Sintió pasos. Lentos y cautelosos, como si quien los diera intentara no ser descubierto. Cada crujido del suelo parecía resonar más fuerte de lo habitual. Ceryse, aún algo desorientada, abrió los ojos completamente, su corazón acelerándose. El aire en la habitación parecía más denso, más frío. El miedo comenzó a instalarse en su pecho. Su mente la llevó de inmediato a pensar en los peligros que acechaban en la oscuridad del castillo, los relatos de sirvientes que hablaban de intrusos o de actos deshonrosos cometidos en la penumbra.
La respiración de Ceryse se volvió entrecortada. Intentaba mantener la calma, pero el crujido continuaba, más cerca de ella con cada segundo que pasaba. Los latidos de su corazón resonaban en sus oídos, ahogando cualquier pensamiento racional. Entonces, sintió el leve movimiento de las sábanas a su lado. Alguien estaba justo junto a ella. Su cuerpo se tensó de inmediato, cada músculo preparándose para huir o luchar, aunque el miedo la paralizaba. Quería gritar, pero su garganta se sentía cerrada, como si el terror la hubiera silenciado.
De repente, con un impulso de pánico, Ceryse se incorporó bruscamente en la cama, su respiración agitada, y soltó un grito desesperado, aunque no lo suficientemente fuerte como para que alguien fuera de la habitación lo escuchara.
"¡Ayuda!" exclamó, su voz temblando, mientras giraba su cuerpo hacia la figura que se encontraba junto a ella. En la penumbra, solo podía ver una silueta difusa, pero lo que creía que era su atacante, resultó ser su hermana, Alicent. La luz de una vela que sostenía en su mano, iluminó su rostro.
"¡Ceryse!" dijo Alicent en voz baja, pero con un tono firme y severo. "¡Por los Siete! Baja la voz, ¿quieres? No es necesario que todo el castillo escuche tus gritos."
Ceryse, aún alterada, se llevó una mano al pecho mientras intentaba calmarse. Su respiración era rápida, sus manos temblaban levemente, y su corazón latía con fuerza desbocada. En la penumbra de la habitación, la pequeña llama de la vela parpadeaba, proyectando sombras en las paredes y dándole un aspecto fantasmal a la escena.
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𝒖𝒍𝒕𝒓𝒂𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 | ᴄᴇʀʏꜱᴇ ʜɪɢʜᴛᴏᴡᴇʀ
Fanfiction-ɪ ᴄᴀɴ ʜᴇᴀʀ ꜱɪʀᴇɴꜱ, ꜱɪʀᴇɴ ʜᴇ ʜɪᴛ ᴍᴇ ᴀɴᴅ ɪᴛ ꜰᴇʟᴛ ʟɪᴋᴇ ᴀ ᴋɪꜱꜱ ɪ ᴄᴀɴ ʜᴇᴀʀ ᴠɪᴏʟɪɴꜱ, ᴠɪᴏʟɪɴꜱ ɢɪᴠᴇ ᴍᴇ ᴀʟʟ ᴏꜰ ᴛʜᴀᴛ ᴜʟᴛʀᴀᴠɪᴏʟᴇɴᴄᴇ ʜᴇ ᴜꜱᴇᴅ ᴛᴏ ᴄᴀʟʟ ᴍᴇ ᴘᴏɪꜱᴏɴ ʟɪᴋᴇ ɪ ᴡᴀꜱ ᴘᴏɪꜱᴏɴ ɪᴠʏ ɪ ᴄᴏᴜʟᴅ ʜᴀᴠᴇ ᴅɪᴇᴅ ʀɪɢʜᴛ ᴛʜᴇʀᴇ'ᴄᴀᴜꜱᴇ ʜᴇ ᴡᴀꜱ ʀɪɢʜᴛ ʙᴇꜱɪᴅᴇ ᴍᴇ