𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟒

43 9 20
                                    

Blanca no podía evitar mirarte de reojo, que, con la capucha sobre tu cabeza y el cubrebocas, parecías más perdida en tus pensamientos que atenta a la clase. Cada tanto, tus ojos se cerraban, y tu cabeza caía ligeramente hacia adelante antes de que despertaras de golpe, como si hubieras caído en un pequeño sueño.

—Oye —Te susurró Blanca, inclinándose—. ¿Estás bien? Te estás quedando dormida.

Levantaste la cabeza, tratando de disimular con un movimiento rápido de tus manos.

—Sí, sí, estoy bien —respondió, aunque tu voz ronca y débil te traicionaba.

Blanca entrecerró los ojos, sin creerse una palabra. Cuando la clase terminó, ambas recogieron sus cosas, y mientras caminaban por el pasillo, Blanca no pudo contenerse más.

—No me engañas, ¿vale? Estás hecha polvo, ¿por qué viniste en este estado?

Te ajustaste el cubrebocas, como si fuera una barrera entre tu y el mundo exterior.

—No es para tanto. Solo... ya sabes, la alergia y la humedad... y un poco de resfriado.

—"Un poco" —repitió Blanca con incredulidad—. Pareces un fantasma con ese conjunto.

—Es cómodo —respondiste encogiéndote de hombros, con una sonrisa que se podía intuir bajo el cubrebocas.

Mientras seguían caminando, doblaron una esquina y de repente se toparon con Merlín. Este levantó la mirada al verlas y sonrió ampliamente, reconociendo a su "amigo" de la tienda.

—¡Hey, hola! —saludó Merlín acercándose—. No esperaba encontrarte aquí.

Te tensaste levemente, pero disimulaste con una inclinación de cabeza.

—Ya sabes... estudio aquí —dijiste, tratando de mantener tu voz lo más normal posible, aunque seguías sonando ronca.

—No lo sabia.—Respondió Merlin, queriendo preguntar que carrera, hasta que notó la presencia a tu lado.—¿Ella es tu novia?

Blanca y tu se miraron sorprendidas por un segundo antes de que ambas negaran rápidamente.

—No, no, para nada —respondiste, tu voz quebrándose un poco por la risa contenida—. Solo somos amigos.

Merlín, aunque mantuvo su actitud relajada, no pudo evitar sentirse un poco aliviado por la respuesta, algo que no podía explicar del todo. No era como si estuviera interesado... ¿o sí?

—Ya veo —dijo, esbozando una sonrisa—. Me alegro de ver que no estás solo, entonces.

—Bueno, tengo que cuidarlo, está hecho un desastre —bromeó Blanca, guiñándole un ojo a Merlín mientras daba un suave golpe en tu hombro.

Solo te limitaste a sonreír por debajo del cubrebocas, sintiendo que la situación se había vuelto inesperadamente extraña, y tu resfriado no ayudaba en absoluto.

Merlín observó más de cerca a su "amigo". Algo no cuadraba; su voz ronca, la sudadera con capucha, el cubrebocas... Todo apuntaba a que estaba enfermo.

—Oye, ¿estás bien? —preguntó, inclinando un poco la cabeza, como si eso le ayudara a ver mejor a través de la máscara—. Pareces... no sé, un poco mal.

Sorprendida, intentaste restarle importancia con un gesto de la mano.

—Sí, sí, estoy bien —respondiste, tu voz aún más grave de lo normal—. Justo nos íbamos a casa, ¿verdad, Blanca?

Blanca asintió con fuerza, apoyando el plan de escape de su amiga.

—Sí, necesita descansar. Ya sabes, la humedad y el resfriado no son una buena combinación.

𝐍𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐮𝐧 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨 | ᴹᵉʳˡⁱⁿ ˣ ᴸᵉᶜᵗᵒʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora