Se ha unido a alguien. Martin Urrutia tiene vínculo. Un vínculo con un vampiro. Y no un vampiro cualquiera, no. El futuro rey de los vampiros. Aunque… ¿va a poder ser rey, si está unido a un lobo? Eso Martin no lo sabe. Él no tiene ni idea, de política vampírica. Con suerte entiende la de los lobos…
Él sí que podrá ser Alfa mayor, da igual si está unido a un lobo, una Bruja, un vampiro o incluso un humano. Lo único que necesita para ser Alfa mayor, es que el actual muera, se retire voluntariamente o que esté tan herido que no pueda seguir liderando a las manadas. Y por supuesto, Martin no le desea nada de eso, a su padre. Y siendo sinceros, tampoco es que tenga muchas ganas de ser el Alfa mayor. Ya tiene suficiente, con la presión de ser un Afa puro.
– Te aconsejamos que no le digas nada de esto a tus padres. Dudo que se lo tomen muy bien, esto de que te hayas unido a un Vampiro. Ya sabes como son, en especial tu padre. – habla una de las ancianas, que ya vuelve a ser humana.
– Ya lo sé, amama, ya lo sé. ¿Tu como lo ves? – le pregunta Martin a su abuela, con miedo de su respuesta.
– Creo que has sido muy valiente, tomando la decisión correcta para tu manada, aunque eso suponga ponerte en riesgo a ti. – contesta ella, mientras acaricia la mejilla de su nieto, con cariño – Tus padres también se darán cuenta, en algún momento, pero dudo que se cojan bien la información, así desde un inicio.
– ¿Qué hago?
– Ve lanzando indirectas, de poco a poco. – propone ella – Tienes suerte de que hayas sido tú, quien ha creado el vínculo. Te habría sido imposible ocultar la marca, de ser al revés.
Y es cierto. Los licántropos no es que lleven mucha ropa. Tan solo llevan una especie de pantalón corto, hecho con pieles de sus presas y, en el caso de las hembras, un top para cubrir los pechos. Lo que significa, que Martin va totalmente descubierto, de cintura para arriba y cualquier marca por esa zona se vería sin problema.
– Tienes razón. He tenido suerte. – Martin abraza a su abuela, aliviado – Me alegra haberte visto.
– Yo siempre estoy aquí. Sabes que puedes venir cuando quieras, a verme. – aún sin soltarse del abrazo – Y lo mismo digo para tus hermanos. – ambos se ríen, antes de separarse.
– Tengo que irme. He dejado a mis amigos en la cueva pequeña y seguro que se estarán preguntando porque estoy tardando tanto.
Dicho esto, Martin sale de la Gran cueva y, con una rapidez que nunca había tenido, llega a la cueva pequeña en cuestión de segundos. <<Al menos me llevo alguna ventaja, de este vínculo>>.
– ¿Has podido salvarlo? – pregunta Paul, nada más entrar Martin en la cueva.
– Algo así.
– ¿Qué quieres decir con “algo así”? – Lucas está confundido, como los otros dos.
– Lo he llevado a la gran cueva, con los ancianos, para que me ayudaran a quitarle vuestro veneno, pero…
– ¿Pero qué? – Ruslana está impaciente.
– El veneno no se puede sacar, y según yo creía, solo los licántropos somos inmunes.
– Entonces… ¿No lo pudiste salvar? – pregunta Lucas, con cierto miedo.
– Sí he podido. – contesta Martin y, frente a las confusas miradas de sus amigos, procede a continuar – Yo creía que solo los lobos éramos inmunes a nuestro veneno, pero… Los ancianos me han dicho que nuestros vínculos también son inmunes.
– No te sigo. – Paul está con el ceño fruncido, más confundido que antes.
– ¿Te has unido al vampiro? – pregunta Ruslana, que parece ser la única que lo ha entendido y Martin asiente – No me jodas. – susurra, antes de taparse la boca para ahogar un chillido entre eufórico y aterrado.
Eufórico, porque sabe las ganas que siempre ha tenido Martin de tener un vínculo y se alegra de que su amigo por fin haya cumplido su sueño. Aterrado, porque ese vínculo se trata de un vampiro, el enemigo y siente miedo por cómo puede acabar esta situación, tanto para él, como para los lobos en general.
– Y no es un vampiro cualquiera. – añade Martin, frustrado por no saber cómo gestionar la situación – Según los ancianos, es el príncipe y heredero al trono de los vampiros.
– ¿Qué vas a hacer? – pregunta Lucas, colocando la mano en el hombro del Alfa puro, amistosamente, para intentar darle confort.
– No lo sé. – Martin niega con la cabeza, cerrando los ojos para intentar pensar en una solución – La única forma de romper un vínculo es con la muerte de uno de los dos y esa opción queda totalmente descartada. No le acabo de salvar la vida para matarlo luego.
– Estaría feo, la verdad. – bromea Paul, intentando hacer la conversación más amena.
– Tengo que encontrar la forma de decírselo a mis padres y a mis hermanos. En algún momento tendrán que enterarse. – continua Martin – Hasta el momento, los únicos que lo sabéis por mi parte, sois vosotros y los ancianos, incluyendo a mi amama. – nadie se sorprende con que ella lo sepa. Es evidente que estaría en la gran cueva. Todos los lobos ancianos van allí, a retirarse – No lo sé, chicos. No sé qué hacer. Ahora… Necesito descansar. Volved a vuestros campamentos, si queréis. Yo iré a dar una vuelta, para aclarar un poco mi cabeza.
Sin necesidad de decir nada más, Martin sale de la cueva pequeña y empieza a andar. ¿Hacia donde? Ni él lo save. Simplemente deja que su cuerpo se mueva por sí solo, alejándose del territorio de lobos y adentrándose al corazón del territorio neutral.
Sus pasos se detienen de golpe y su corazón empieza a latir con fuerza, enviando sangre a grandes velocidades por todo su cuerpo, causando que toda su piel se erice. Es él. Lo vuelve a tener delante.
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Y aquí tenéis un capítulo más!!!
Siento dejaros con este final, pero es probable que mañana tengáis el próximo capítulo.
Espero que os haya gustado 💕
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En guerra - Juantin AU
ФанфикDos mundos en guerra. Dos príncipes que se odian y están obligados a verse.