– No hace falta que te arregles mucho.
Martin y Maria están en la tienda de la pequeña. Él espera sentado en el colchón. Ella se está peinando de mil formas distintas, para ver qué recogido queda mejor con el conjunto de pieles que ha tardado casi tres horas en escoger.
– ¿Tienes miedo de que te robe al vampiro? – pregunta Maria, en un claro tono de broma y Martin se ríe.
– No. – contesta, sin siquiera dudarlo, sabe que Juanjo está tan enamorado como él.
– Entonces, deja que me arregle tanto como pueda. Quiero causarle una buena impresión a mi cuñado.
– Él traerá a su hermano.
– Peor me lo pones. – dice Maria, tras decidir que se dejará él pelo suelto y al natural, para mantener su cuello cubierto.
– Venga, va. Que ya nos estarán esperando. – Martin le mete prisas a su hermana – Dudo mucho que ellos hayan dedicado la mitad del tiempo que tú, en decidir qué ponerse.
– No sé yo. – contesta ella – Dicen que los vampiros son muy presumidos. – susurra, para que solo su hermano mayor pueda escucharla, antes de que ambos salgan de su tienda.
Sin ser vistos por sus padres ni su hermano pequeño, Martin y Maria se convierten para correr hacia el Territorio neutral, pero dirigiéndose a la zona más cercana al Territorio de Vampiros, dónde los árboles aún son suficientemente espesos para no dejar pasar el sol de mediodía, que debilitaría a Javier nada más tocarlo.
<<Ve más rápido>> la voz de Maria suena dentro de la cabeza de Martin.
La telepatía es una de las habilidades que pueden desarrollar los licántropos más poderosos. Aunque sólo la pueden usar en su forma animal y tan sólo para comunicarse entre los miembros de la familia sanguínea. Martin se pregunta sí también funcionará entre vínculos, que es una unión que supera a la sangre.
<<Ahora tengo velocidad vampírica>> le recuerda él a su hermana <<Estoy siguiendo tu ritmo>> añade, con cierto tono de mofa.
Como contestación, Maria choca contra él a propósito, haciendo que caiga rodando por el suelo, riendo mientras se convierte en humano, al llegar a los pies de Juanjo, el cual mira la escena con notoria confusión.
– Hola. – saluda Martin, mirando a su vínculo de forma bobalicona, aún tumbado en el suelo.
– Hola. – Juanjo responde con el mismo tono y con una sonrisa de oreja a oreja, al bajar la mirada.
De fondo se escucha una risa masculina: a Javier le divierte bastante, ver a su hermano mayor en este estado. Maria aún sigue en su forma Animal, analizando a los dos vampiros con sus brillantes ojos rojos. Sin necesidad de decir nada, Juanjo extiende una de sus manos a Martin, para ayudarlo a levantarse, y —aunque realmente no necesite la ayuda— el lobo la acepta, sin soltarle la mano y entrelazando sus dedos con los del vampiro, cuando ya está de pie a su lado.
– Deja de intentar darles miedo, Maria. – Martin la acusa.
<<Pero es divertido>> Maria hace reír a su hermano con su queja y los vampiros lo miran, confundidos, pero él no dice nada al respecto y ella se convierte en humana.
– Maria, ellos son Javier y Juanjo, mi unión. – Martin señala a cada uno cuando los menciona, sonriendo aún más al hacer contacto visual con Juanjo – Ella es Maria, mi hermana.
Ambos sonríen y dicen “Encantado”, casi al unísono, pero no hacen ningún intento de darle la mano o nada por el estilo.
– A los vampiros no les gusta el contacto físico. – le aclara Martin a su hermana.
– Pues Juanjo no se despega de tí. – remarca ella, señalando sus manos entrelazadas, causando que ambos se sonrojen, al darse cuenta de lo mucho que necesitaban estar en contacto físico, tras casi veinticuatro horas de no verse.
– Seguro que es por el vínculo. – comenta el vampiro más jóven – Por cierto, soy su hermano. – aclara, señalando a Juanjo.
Los cuatro ríen nerviosamente y se hace el silencio. Ninguno inicia una conversación. Ni siquiera saben de qué podrían hablar. Para Maria y Javier, es la primera vez que tienen delante a alguien de la raza enemiga. Para Martin y Juanjo, es raro estar juntos, con sus hermanos presentes. Esta es la prueba definitiva de que están unidos y ya no es sólo un secreto entre ellos.
– ¿Vas a estar con Martin esta noche? – Maria rompe el silencio y Juanjo la mira, confundido – Hoy es luna nueva. – Juanjo está aún más confuso.
– Para los lobos, es tradición pasar las noches de luna nueva con los amigos y/o con tu unión. – aclara Martin, con las mejillas rojas – Iba a invitarte a la pequeña cueva, para pasar la noche conmigo y mis amigos. No hace falta que vengas, si no quieres. – dice, aunque realmente está deseando que esté a su lado, esta noche y todas las que vengan.
– Tus amigos… ¿Los que me mordieron y casi me matan?
– Se sintieron amenazados. Ellos sólo querían protegerme. – Martin defiende a sus amistades – No lo volverán a hacer. Y menos ahora, que saben quien eres y que representas para mi.
– Iré, entonces. – dice Juanjo, con una sonrisa tímida
Los cuatro se están un par de horas más hablando, aunque la mayoría de temas giran entorno a la unión entre Juanjo y Martin: en qué momento se dieron cuenta de lo que sentían el uno por el otro y cuando decidieron no luchar contra ello; si tienen pensado contárselo a sus padres —que de momento, la respuesta es negativa por ambas partes—, si son felices —la respuesta es indudable e instantáneamente afirmativa—...
– ¿Qué harás con Cris? – Maria le pregunta a su hermano y tanto él como su unión se tensan al oír ese nombre.
– ¿Quién es Cris? – pregunta Javier.
– El hijo de Agnes, la anciana mayor de las brujas. – contesta Juanjo – Sus padres quieren juntarlos a él y a Martin, para unir ambas razas e ir contra nosotros.
– Aún no lo he pensado. – susurra Martin, contestando la pregunta de su hermana – Tengo que contárselo. No puedo continuar con esa farsa. No quiero que me vuelva a… – siente como Juanjo se pone aún más tenso – Y desde luego, no quiero ni puedo unirme a él. No quiero que vuelva la guerra.
Juanjo lleva sus manos entrelazadas a sus labios, para besar el dorso de la mano de Martin, en parte, para reconfortarlo, pero también para relajarse a sí mismo. Aunque le cabree toda esta situación de Cris, sabe que su unión no ha tenido voz ni voto, ante esos encuentros.
– Será mejor que nos marchemos ya. – Javier le dice a su hermano – Pronto anochecerá y tu tienes que prepararte para volver otra vez.
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Y aquí tenéis el capítulo de la semana!!!
Sé que he estado bastante desaparecido, pero con todo lo que está pasando en Valencia… Por suerte, no me afecta de forma directa, ya que ni vivo allí ni tengo familiares/familia allí, pero como ser humano me afecta y me muero de la impotencia por no poder hacer nada para ayudar (mi economía está en la mierda, así que ni siquiera puedo donar dinero o comida).
Espero poder escribir otro capítulo antes de que acabe la semana, y sino… ¡Hasta la semana que viene!
Espero que os haya gustado 💕
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En guerra - Juantin AU
FanfictionDos mundos en guerra. Dos príncipes que se odian y están obligados a verse.