𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 1 [en Corrección]

Capitulo 58 ✞︎Dᴇsᴄᴏɴᴄɪᴇʀᴛᴏ✞︎

༒︎

𝐄𝐋𝐈𝐀

Corro con la niña al despacho de Slavik. Repaso el interior con prisa buscando algo, una cosa debe tener aquí para defender a la niña y a mis bebés. Muerdo mis labios con nervios.

Piensa, piensa, piensa>> la cantidad de libros que hay, tiene que haber un escondite de seguridad aquí.

— Mía — agarró sus manos y junto con las mías, acariciando su mejilla que se encuentran empapadas de lágrimas — Todo va a estar bien, de acuerdo. Confía en mi okey.

Ella asiente aún llorando, sin embargo sus ojos van a la puerta donde detrás de ella se encuentra su padre peleando.

— Tu padre va a volver contigo, no te preocupes.

— E..Elia — sus lágrimas me hacen efectuar una mueca de tristeza — Ayuda a mi papi.

Dudo..lo dudo mucho. No se que decirle, no se si sentir culpa o no porque ahora mismo estoy pensando en proteger a mis bebés y a esta niña.

No le respondí y volví a buscar una puerta secreta. El debe de tenerlo por su seguridad y está es la hora de usarlo.

Meto mis manos por detrás de los estantes de los libros buscando algún…¡Aquí está! ¡Si!

Una palanca diminuta y muy bien camuflada detrás del estante. Con un movimiento rápido y decidida, lo presionó, revelando una puerta oculta que se abre silenciosamente. Detrás de la puerta, una pequeña sala de control se ilumina, llena de monitores que muestran cada rincón de la mansión.

Entró con la niña, cerrando la puerta tras de mí, a la pequeña la siento en la silla de cuero pegada a la pared blanca. Me acerco a los monitores, observando la lucha feroz que se desarrolla afuera.

Me encargo de observar cada número de las cámaras alrededor de la mansión y son cantidades que apenas puedo prestar atención con los silbidos de los balazos. Mis amigos incluido Isagi e Igor se encuentran peleando cuerpo a cuerpo con algunos corpulentos que están atacandonos. Revisó las cámaras de seguridad, buscando a Zenya y notó un movimiento sospechoso en el salón número diez.

Acaricio mi vientre, me levanto de la silla de cuero y me preparo para salir. Me dirijo al armario oculto en la oficina de Slavik, donde guarda un arsenal de armas. Elegí una pistola y un cuchillo, herramientas que manejo con destreza. Me ajusto un chaleco antibalas y me aseguro de que mi cabello este recogido, lista para matar a esos hijos de perra.

— Pequeña, iré a ayudar a mis amigos y a tu padre. No salgas de aquí — levanto mi vista a un estanque donde paquetes de galletas etc — Toma — le entrego un paquete de dulces y le sonrió para tranquilizar sus miedos — Espera aquí hasta que llegue tu padre, no intentes abrir la puerta.

Ella asiente con rapidez, le sonrió y dejó un beso en su mejilla para levantarme y salir.

Al salir de la sala de control, me muevo con sigilo por los pasillos de la mansión, evitando ser detectada. Los sonidos de la lucha se hacen más fuertes a medida que me acerco a la entrada principal. Finalmente, llegó a una ventana desde donde puede ver a mis amigos y a los guardias, Lexie, Vlad, Bianca, Isagi e Igor enfrentándose a los atacantes.

Abro la ventana y, con agilidad y cuidadosamente, saltó al jardín. Me uno a la pelea, disparando con precisión y moviéndome con una gracia letal. Los guardias y mis amigos me ven, ellos ríen a carcajadas con una renovada energía, los otros dos nos ven raro negando con la cabeza.

Nosotros somos así y así nos entendemos.

Disparó con agilidad derribando a la mitad con la puntería perfecta. ¡Ash mierda! desearía tener a mi Lila en este preciso momento. Me abro paso entre los atacantes, con Atlas cubriendome cada paso que doy. Ambos nos escondemos detrás de un poste ancho y grueso.