Capitulo 41 ✞︎Fᴏᴛᴏs✞︎

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༒︎

𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

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𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

Me encuentro revisando unos papeles de negocios en mi empresa de distracción. Nadie me puede decir nada; es mío que les guste o no. Ni la supuesta "autoridad" de la ciudad de mierda, porque los manejo a mi antojo y ellos lamen mis pies. En todo un mes, me he ido del carajo: trabajo, cobrar cuentas a las asquerosas ratas y más trabajo que me mantiene la cabeza ocupada. Aunque no me impide pensar en mi rayo de sol, que desapareció desde hace un mes y no sé nada de ella...

¿Cómo mierda no sé? Nadie, absolutamente nadie, se puede esconder de mí, ni siquiera mi princesa. He hecho todo. Fui a la mansión, dónde me encontré con la mocosa de Bianca corriéndome por tercera vez, porque Elia no se encuentra aquí desde la última vez que la besé. También me la pasé rastreando todo tipo de señales que me pudieran permitir buscarla.

Desparramó mi cabello de la frustración; tomó todo el licor que me bebía la segunda botella, pero el alcohol no hacía tanto efecto. Dejó a un lado las carpetas que llevaba, revisándolo con precaución y atento. Y me enfoco en la computadora, dónde la busco por coordenadas que mandaron las señales del auto del imbécil de atlas que desapareció hace un mes también. Todo es una mierda, quiero prender fuego a todos ahora mismo.

¿Cómo puede desaparecer del diablo?

Ella es la princesa de ojos malditos, no te olvides.

Eso es lo que me jode, es que sin ella ya no tengo control de mí mismo. Se llevó todo de mí con ella. Que es tan inteligente y tan preciosa que me es difícil tratar con mi sol.

Me prometió volver, pero no soporto más su distancia. Jamás nadie podrá alejarla de mí, quiera o no quiera. Es mía y perdidamente mía, pese a quien le pese. Ella es mi completa obsesión, mi perdición y mi bendición. Sin ella no sé que puedo hacer de este mundo.

El computador de máxima inteligencia de rastro se pone de rojo en alerta. Me alarmó; mi cuerpo se tensó cuando la pantalla dejó de verse roja y empezó a mostrar fotografías.

Es ella... Con un bikini negro en una playa. ¿Quién mierda es el que la toma la foto? Mi Sol se ve preciosa y muy hermosa; su cuerpo sexy se remarca con ese bikini descubierto. Mis alarmas de celos se alarman y mi cuerpo rígido sobre la silla se tensa por completo. Una electricidad recorrer mi columna vertebral.

Un hombre al frente de ella, mirándola; esos son los ojos que voy a sacar muy pronto.

Trueno mis dedos, mirando con ira y rabia la pantalla; juro que reventarle la cabeza a ese hijo de puta... Mis dedos hacen contacto con las teclas de la computadora, empezando a rastrear la dirección IP que se muestra en un pequeño número. Esto va a ser pan comido y es una sanguijuela muerta en mis manos.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 1 [en Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora