Capitulo 24 ✞︎Cᴀʀᴀᴍᴇʟᴏ✞︎

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༒︎

𝐄𝐋𝐈𝐀

Atlas siguió golpeándolo, desfigurando la cara linda que tenía, pero con el corazón hecho mierda. Retrocedo con la mente blanca sin poder articular ni una palabra, pero con la imagen de mi padre en mi cabeza y la posibilidad de que tenga a mi hermana.

La desesperación vibra en todo mi cuerpo; empiezo a temblar; mis manos y mis piernas no me responden. La respiración se me corta, niego con la cabeza y trato de controlarme. Inhalo para calmar el temblor en mi cuerpo, pero me es imposible. Mis rodillas impactan contra el suelo; mis manos temblorosas en mi cabeza y estirando mi cabello. Niego otra vez con mi cabeza. <No, no, no, no puede estar pasándome esto otra vez, no, no>, me lo repito mentalmente, golpeándome. No soy capaz de respirar con normalidad.

- Basta...déjame en paz por favor...

Esa voz tenebrosa y llena de maldad me grita en mi cabeza, repitiéndome siempre las mismas palabras. Acerco mis manos con miedo a mi cuello; mi garganta duele por el nudo que contengo dentro. Él me habla una vez más; un grito doloroso se escapa de mi garganta, lastimandome cada vez más.

<Eres una maldita, no debiste haber nacido, no eres más que un estorbo, una basura y bastarda, eres la desgracia de esta familia.>> Golpeó mi pecho... Duele, duele mucho... Mi corazón... mi barbilla tiembla.

<<Me odio, me odio, me odio>>, me lo repito mentalmente.

<Tu madre no hubiera muerto, todo fue tu culpa, recuérdalo siempre, maldita- gritó empujándome al suelo, mientras que yo solo sé hacer llorar y llorar, no puedo hacer nada, nada.

SLAVÍK

Mis pasos son rápidos y voy directo a donde está Elia mientras mis hombres me cubren. Abro la puerta de su oficina; mis ojos van a la mujer tirada en el suelo, sujetándose la cabeza mientras se golpea con sus puños cerrados.

-Basta... -se golpea el pecho y su barbilla tiembla con el llanto, desgarrando su garganta.

Mi mente se olvida de todo el mundo a mi alrededor. Me acerco a ella, me arrodilló sujetándola de sus manos. Ella no me ve; mantiene su lindo rostro en el suelo.

-No, no -solloza desesperada, negando con la cabeza repetidamente-, por favor... Por favor.

- Elia - la llamo pero es como si no me escuchará -mírame sol...

-Déjame... déjame, déjame -sus sollozos se hacen más fuertes convirtiéndose en llanto; levanta su mentón con miedo de ver; sus ojos parecen perdidos y rojos-. Xie... mi hermana... Él la va a lastimar.

Sus mejillas se llenan de lágrimas, su nariz se arruga e intenta aguantarse pero no lo logra. Su pecho sube y baja con rapidez. Aprieto los ojos con fuerza al notar su mejilla roja y marcada de un golpe. La agarro del brazo y la aprieto a mi pecho, rodeándola con mis brazos.

-Basta, deja de lastimarte -ordenó con la voz ronca y seria. Ella está teniendo un ataque de pánico.

- Suel... Tampoco tengo que buscarla... Su fuerza no se mide con la mía; sin embargo, sigue intentando apartarme y golpearme la espalda porque no la quiero soltar. De ahora en adelante no la dejaré sola jamás. Él la va a lastimar... Dijo que no la iba a lastimar él.

Su llanto inundó alrededor; llora desconsoladamente como una niña; llora desolada. Mi pecho se aprieta de la angustia, de verla aquí tirada y herida. Acarició su cabello tratando de calmarla. Ella se arropa en mi pecho; siento sus lágrimas contenidas traspasando mi camisa, pero no me importa, solo quiero que deje de llorar. Porque hace arder mi corazón, provocando que mi cuerpo se tense.

-Tranquila, la vamos a encontrar -sus dedos se apoderaron de mi camisa con fuerza, sin querer soltarme.

-Por favor... -dijo algo más apenas logré escuchar por qué empezó a balbucear- No fue... mi culpa -ella niega, tratando de verme a los ojos; sus mejillas están empapadas de sus lágrimas, su nariz pequeña está roja- Yo no era... no fue mi culpa.

-Está bien, te creo sol -sujeto su rostro entre mis manos, con mi pulgar limpió sus lágrimas que siguen cayendo-, pero ya no llores, te creo, princesa.

-Princesa, no... No soy la princesa -carajo, ella vuelve a llorar; sus lindos ojos brillan como el sol, pero ellos expresan el miedo y la tristeza. - De verdad... no es mi culpa, creeme... Por favor, yo no era.

-¡Elia, maldición! -giré mi cabeza al hijo de puta que le gritó; con mi arma le apuntó en segundos.

-Cállate, imbécil -él levanta ambas manos en forma de rendición-, trae sus pastillas ahora, búscalo inútil.

-Hablame bien, idiota -dice bajo, pero lo escuché; sin soltar a mí, veo sus movimientos; empieza a rebuscar cualquier cosa que pueda calmarla o sedarla.

-Aquí no está la farmacia de la ciudad rusa.

-Para eso estás aquí, sal y búscalo, no me estorbes -siseó entre dientes, y tome a Elia en mis brazos poniéndome de pie-. Está bien, Sol, te llevaré conmigo...

-No, mi hermana, tengo que buscar a Lexie.

No le hablé más y salí de la mansión con ella en mis brazos. Mis escoltas me esperan afuera, bajan la mirada y no se atreven a hacerlo.

-Hagan reverencia a su reina, ineptos -masculló con furia.

Quiero matar a todo el jodido mundo.

Si mi bello sol no brilla, el mundo no tiene el derecho de hacerlo.

Subo a la camioneta y mi hermano sube en el asiento del copiloto encendiendo el auto.

Elia tiene su rostro escondido sobre mi pecho sin soltar sus dedos de mi camisa. Su cuerpo se tensa cuando mis dedos tocan su mejilla; limpio el resto de sus lágrimas traicioneras porque ella sigue llorando en silencio. Levantó su cara haciendo que me vea. Sus ojos estaban húmedos, luchando contra sus lágrimas.

-No quiero que me veas así -ella parpadea, sobándose la nariz, queriendo esconderse de mí -seguro estoy hecha un desastre.

-No me importa, de igual manera eres hermosa -confesé honesto, porque ella es bonita hasta cuando llora y se le corre el maquillaje-. Desastre, y todo me da ganas de besarte.

- Déjame en paz animal....

-Ya volvió la otra mujer que me encanta -bufé aliviado mientras sigo mirándola sin apartar mis ojos de ella.

-Estás conmigo y hablas de otra mujer -respondió Arisca-; eres un idiota.

-En mi defensa, confieso que eras la única mujer que he permitido que esté en mi regazo más de un segundo...

-Soy tu esposa, tienes que complacerme en lo que desee.

Mi esposa y completamente mía.

-Y hacer arder a todo el puto mundo que te haga llorar; soy capaz de todo por verte feliz solo a ti.

-Entonces, traeremos a mi hermana y a mi abuelo de vuelta conmigo -pidió con la expresión apagada en un tono desesperado- cuanto antes mejor.

Ella me ve esperando mi respuesta, con el ceño fruncido y le sonrió asintiendo.

-Se van a arrepentir de haberse metido contigo, preciosa, y se lo haré saber.

- Gracias....por ayudarme.

-Yo soy quien tengo que agradecer a sea quien sea que me esté bendiciendo contigo, solcito -acarició su mejilla con ganas de besarla-. Vale la pena agradecer por la gran bendición que me mandaron.

Elia no me dice nada; solo se queda en silencio viéndome, dudosa de besarme porque cree que no lo noto, pero sí, así como también mi segunda cabeza que apenas puede soportar.

No sé cuánto tiempo podré soportar esta necesidad de besarla y hacerla mía por completo sin interrupciones, pero esa jodida regla me está retando y es obvio que no acataré porque las reglas están para romperse.

Porque con mi esposa no hay obstáculos ni jodidas reglas.

No cuando se trata de ella y de su vida.

Mis manos se envolvieron en su mandíbula y la besé con desespero, necesitado de sus labios acaramelados y cautivadores. No me corresponde, pero hago que lo haga; introduzco mi lengua para tocar el suyo para luego morder sus labios sin soltarla. Una sonrisa ganadora se pinta en mis labios cuando mi sol, por fin, me corresponde, olvidándome de todo a nuestro alrededor. Sus dedos temblorosos hacen contacto con mi mejilla derecha y el otro, apoderándose de mi cabello, acercándome más a ella.

Sus labios son mi exquisita maldición que va a durar toda mi vida.

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Cómo siempre les digo espero que se encuentren muy bien🫶🖤

Mi corazón quiere creer que les está gustando😄 háganmelo saber por los comentarios siempre los leo.

No sé olviden de dejar su votito y su comentario! Estaría muy agradecida ⭐🗨️


𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 1 [en Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora