CAPITULO 12

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Hace apenas media semana que había regresado del viaje, lo primero que hice fue revisar el estado de cuenta de la empresa para verificar que efectivamente Camila había realizado la transferencia. Desde entonces el vodka que bebía, la comida, incluso el agua, tienen un mal sabor, ver a Sam besando a Camila fue el detonante para que diera el primer paso del plan de mi abuelo, creí que tendría el valor de dominar este sentimiento de culpa al recordar constantemente lo que ella habia hecho, aunque eso no tuvo ningún efecto de minimizar lo que he hecho en contra suya.

—Te felicito.

Mi abuelo irrumpió mi espacio de manera abrupta:—Al menos toca la puerta. —le respondí altiva.

—Tu madre tendrá sus días más prolongados—me gire a verlo —. Acabo de ir al hospital y ya le están aplicando su medicamento.

—Como si te importara.

—Aunque creas que no —tocó mi hombro y sentí escalofríos —. Me preocupo.

—Pues tienes una rara forma de demostrarlo.

Se rió en mi cara y se notaba que estaba feliz por algo más aparte del dinero.

—¿Necesitas algo mas?

—Consigue mas dinero —se apoyo sobre mi escritorio.

—¿No te basta con lo que he conseguido? —
Lo vi incrédulo, por un momento imaginé que él dejaría de insistir con eso.

—Quiero dejar a los Pierce’s sin ninguna fluctuación de dinero de por medio. Asegúrate de hacerlo lo más pronto posible o ya sabes lo que pasará.

Me quitó la copa de las manos y tomó el trago que me había servido para mí de un solo sorbo.

—Que sea en esta semana —me devolvió la copa —.No más.

Salió de mi oficina con sus aires de grandeza. Solté todo el aire que tenía acomulado desde que llegó. Irradiaba una energía tan negativa que me deprimía con solo escuchar su voz. Cuando estaba dispuesta a salir de estas cuatro paredes, mi celular comenzó a sonar. La pantalla se iluminó dejandome ver qué se trataba de otro número desconocido. Con temor respondí la llamada, aunque algo dentro de mi ya sabía lo que iba a acontecer después de decir el primer:—¿Bueno?

Lorent.

¿Qué quieres?

El momento de vernos cara a cara ha llegado.

Podria jurar escuchar a mi corazón desde mi pecho taladrando mi torax para salirse. Comenzaba a sudar y no había calor.

—¿Dónde estás?

En tu empresa.

¡¿Qué...?!

No te escandalices. Permite mi paso para ir directamente hacia ti. Si haces lo contrario, aquí frente a todos te quitaré la máscara que llevas puesta durante todo este tiempo.

No lo hagas —imploré —. Te dejarán pasar, ya daré la orden.

Escuché su risa del otro lado, con satisfacción porque se ha salido con la suya.

Tomé el teléfono de mi escritorio y tan pronto teclee los dígitos se escucho la voz de la operadora.

—¿Hay alguien contigo?

—Si señor, insiste en verlo —hablo irritada la joven del otro lado.

—Deja que pase.

Su afirmación fue todo lo que escuche y trataba de calmarme ocultando mi nerviosismo debajo de mi escritorio.

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⏰ Última actualización: Nov 06 ⏰

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El día más oscuro (GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora