CAPITULO 11

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Abrí mis ojos lentamente, las cosas alrededor comenzaban a tener forma, pero había algo que robó mi atención, Camila no estaba en su cama. Me froté los ojos para serciorarme que no estuviera viendo mal pero efectivamente ella no se encontraba en la habitación.

¿Y si ella está...? No.

Debo quitar esa imagen de mi mente, en lugar de lamentarme debería darle las gracias por encontrar una manera de decepcionarme lentamente. Que mejor que la persona que quieres asesine los sentimientos hacia ella que están sin correa desde que ella me beso.

Aseo mi cuerpo rápidamente. Eran apenas las seis en punto pero quería tener tiempo para despedirme del lugar. Estaba por colocarme la camisa blanca que había elegido cuando sentí un viento frío recorrer mi cuerpo, se filtraban de aquella puerta ligeramente abierta. Que raro. Podría jurar que se encontraba cerrada cuando me desperté. Debo tener más cuidado.

Estaba por cerrarla completamente cuando fui interrumpida por Naomi que impedía mi intención de hacerlo con su pie.

—Buenos días —me dijo sonriendo y sentándose de un salto a mi cama.

—¿Qué tienen de buenos? —la vi de reojo mientras acomodaba mi cabello.

—Ash que humor.

En este silencio que se instalo entre nosotras me estaba debatiendo si contarle lo que vi ayer por la noche o no, desearía desahogarme con alguien para saber que demonios puedo hacer y no gritarle a Camila en su cara reclamándole algo cuando yo no tengo el derecho de hacer que ella deje de tener sentimientos hacia alguien. Naomi la considero mi hermana, pero honestamente no se cómo confesarle aquello, quedaría en evidencia nuestro engaño de simular nuestra vida perfecta.

—Ella no lo sabe ¿Verdad? —fue ella quien rompió el silencio, me saco de órbita su argumento —. Que tú eres intersexual.

—Yo...

—No intentes mentir te lo advierto, es más que obvio. La forma tan despectiva en la que hablo ayer dice mucho.

—Tienes razón —suspiré —. Ella no lo sabe.

—¿Y qué piensas hacer ? Estás jugando con fuego, Lorent.

—Lo se y eso me aterra —me senté a lado suyo —. Pero no tenía alternativa, aún sigo sin tenerla.

—Aquella ocasión, cuando nos vimos por primera vez desde tu llegada, dijiste que no tenías opción. No me imaginaba la gravedad de la situación tú no dijiste nada. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te casaste?

—Para salvar a mi madre.

Ella me vio horrorizada: —¿Qué ocurre?

—Tenia que casarme...o mi madre no tendría  los medicamentos que el hospital le administra. Son muy caros y aunque trabajara no podía hacer la gran cosa.

—¿Que tú abuelo no puede apoyarte?

—Esa fue su condición.

—¡No me jodas! —ella se sujeto de su cabello —. ¿Y me lo dices ahora?

—Es mi problema, no tuyo.

—Me importas y mucho —me abrazó fuertemente y fue ahi que comprendí la falta que me hacía sentir un cálido abrazo de alguien sincero —. Y todo lo que tenga que ver contigo es mi problema. Pero, créeme cuando te digo que ella tarde o temprano lo sabrá y será tu final, Lorent. Tu madre no querría ésto.

Recordar a mi madre me pone mal, siempre trato de verla cada instante que puedo, hago que cada minuto valga la pena. Con tal de que ella esté bien, y me regale su presencia me doy por satisfecha. No se que haría sin ella, ella que es mi combustible para seguir, es lo único que me queda.

—¿Al menos la...quieres?

—Lo fatal de esto es que he comenzado a hacerlo.

—Dios...

—Se que no tengo oportunidad alguna con ella.

—Deja de ser tan pesimista, no conozco el transfondo de todo esto, pero, tú podrías enamorar a quien sea.

—Esta claro que no soy su tipo, solo mírame —negué rotundamente.

Es simplemente algo imposible que exista amor entre nosotras dos, solo tendría que esperar a que el tiempo me lo escupa en la cara, y la vida me de una lección, después de todo lo que estoy haciendo no es lo propio que debería hacer una persona que quiere a otra, si fuese así que sentido tendría querer a alguien si lo único que puedes ofrecer son mentiras en lugar de protegerla.

—Puedes decir lo que quieras pero esa es la verdad. Eres una bella persona Lorent, solo tienes que ser tú mismo.

—No puedo ser yo...mismo...si todo lo que hago es mentir desde que me levanto de esa cama. Cuando me veo en el espejo me da asco presenciar en lo que me he convertido, yo no soy así, esto es un disfraz para mí.

—Comienza por decir la verdad sin filtros.

—No puedo —su desilusión era evidente en su cara —. No lo entenderías.

—Si tan solo lo intentaras.

—No puedo siquiera intentarlo, Naomi.

—¿Que quieres decir?

Me detuve de inmediato cuando intente responderle. La puerta se había abierto para dejar pasar a Camila que ahora está dentro de la habitación, no dejaba de verme al igual que Naomi.

—Naomi, buenos días, ¿Interrumpo? —inquirió aún de pie en el marco de la puerta.

—Buenos días Camila —dijo seria —. En realidad ya me iba. No tarden. Nuestro vuelo de regreso está casi por salir.

Asentimos a su dirección. En cuanto se dio la vuelta Camila viró su cuerpo con rapidez. Se acercaba poco a poco a mi y como un hechizo no podía moverme ni tampoco hablar.

—¿Puedo abrazarte?

—Normalmente eso no se pregunta.

—Anteriormente contigo era así —touché.

Eso es totalmente cierto.

Debería quedarme callada y pensar mejor las cosas antes de hablar. Camila extendió sus brazos y me rodeo de la cintura para juntar su cuerpo con el mío. La abrace de los hombros pero justo cuando llevé a acabo mi cometido esas imágenes de ella con Sam borraron todo rastro de tranquilidad en mi rostro aunque muy a mi pesar no dejé de abrazarla. No podría aunque quisiera.

—Tus manos son muy suaves.

—¿En serio? —me removi incómoda entre sus brazos.

—Si —murmuró sin perder contacto visual —. Tus labios también lo son. No había probado tal textura. Tus largas pestañas acompañadas con el color esmeralda de tus ojos me tranquilizan.

—¿Es un halago acaso ?

—Podria ser.

Se rió y al instante que lo hizo yo también comencé a hacerlo. Toque su mejilla suave al tacto, ella cerró los ojos para esperar mis labios que deseosos saboreaban su boca. No espero su amor, pero al menos, quiero recordar cada detalle de sus besos, de sus manos tocando mi piel y de su cálido cuerpo contra el mío. Vivo y viviré de estos recuerdos hasta que llegue él día de que tú sepas la verdad Camila.

Y me odies hasta el punto de querer vivir solo por tus migajas de cariño.

***

Espero les haya gustado tanto como a mi. Nos leemos luego bombones.

El día más oscuro (GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora