H e r . | Tsukishima x tú.

00. Prólogo

Se podía escuchar a lo lejos el sonido del balón de voleibol golpeando el suelo en el gimnasio una y otra vez. Kei Tsukishima se recargó contra la pared, observando a sus compañeros de equipo entrenar. Su mirada se detuvo en _____, que reía con ellos, su energía y luz inconfundibles. Había algo en su risa que iluminaba la habitación, algo que hacía que Tsukishima se sintiera fuera de lugar.

La conexión entre ellos era visible, pero Tsukishima siempre se mantenía a una distancia segura. No era que no le importara; de hecho, sentía una atracción que le desbordaba. Pero su forma de ser no permitía que esos sentimientos florecieran. En su mente, todo estaba claro: los vínculos emocionales eran un riesgo, una vulnerabilidad que no estaba listo para enfrentar. Y, sin embargo, no podía evitar robar miradas a _____, anhelando un acercamiento que nunca se atrevía a dar.

Una tarde, mientras el equipo tomaba un descanso, _____ se acercó a él, con una sonrisa que hacía que su corazón se acelerara.
— Oye, ¿quieres entrenar juntos después? — Su voz era suave, llena de esa calidez que siempre lo envolvía. Tsukishima sintió un nudo en el estómago, un impulso de aceptar su invitación, pero las palabras no salieron de su boca. En lugar de eso, asintió con una leve sonrisa, ocultando la tormenta de emociones que bullía en su interior.

Mientras se alejaba, dejó que su mente divagara. Sabía que había algo especial entre ellos, algo que iba más allá de la amistad. Pero la incertidumbre lo mantenía a raya, atrapado entre lo que sentía y el miedo a perderse en ello. Él estaba en una encrucijada, y cada día que pasaba, sentía que el tiempo se le escapaba de las manos.

¿Pero qué pasa cuándo las cosas no salen como uno espera? Todo cambió cuando apareció ella. Al principio, _____ trató de ignorarlo, diciéndose a sí misma que era solo temporal, que su conexión con Tsukishima era más profunda, más real. Sin embargo, no pudo evitar notar cómo esa chica había capturado su atención, cómo parecía iluminar su vida de una manera que _____ nunca había podido. Con cada risa compartida entre ellos, sentía una punzada más profunda en su pecho, una certeza creciente de que nunca sería ella la que le robara esas sonrisas tan esquivas.

Cada día se volvía más difícil soportarlo. Pero había algo que la mantenía atada a él, una esperanza silenciosa que no podía dejar de lado, tal vez no todo era lo que parecía. Tal vez detrás de esa fachada, había algo que aún no comprendía del todo. Y mientras observaba, su corazón dividido entre la tristeza y la niña esperanza que se creaba, _____ se preguntaba si alguna vez llegaría el día en que Tsukishima la viera a ella del mismo modo, o si siempre permanecería atrapada en la sombra de alguien más.