And now all this time is passing by
But I still can't seem to tell you why it
Hurts me every time I see you
Realize how much I need youMe pasé las noches llorando, dejando que cada lágrima se llevara un pedazo de mi orgullo, un pedazo de mi amor propio. Pero ahora, estaba cansada. Cansada de la tristeza que me consumía, de la impotencia que me hacía sentir como si fuera una marioneta movida por hilos invisibles. Cansada de Tsukishima. Cansada de mí misma.
La rabia crecía en mi interior como un volcán a punto de estallar. No podía evitarlo. Me sentía como si cada vez que lo veía, una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo, provocando un fuego que ardía cada vez más. ¿Cómo era posible que un chico pudiera hacerme sentir así? No solo un chico, sino él. Tsukishima. El chico que había sido mi amigo, que había estado a mi lado, en mi vida por tantos años y que ahora se había convertido en el causante de todo mi dolor.
Mei estaba sentada a mi lado, intentando consolarme, pero sus palabras no hacían eco en mi corazón. Se había convertido en una especie de sonido de fondo, una melodía suave que no podía oír por encima de la tormenta que rugía en mi interior.
—_____, ¿por qué no le hablas? —me decía, su voz llena de preocupación— Necesitas decirle lo que sientes.
¿Qué podía decirle? ¿Que me había destrozado el corazón? ¿Que lo odiaba por ignorarme? ¿Que me había hecho creer que le importaba, solo para dejarme caer en el abismo? Me giré hacia ella, mi expresión era una mezcla de dolor y furia.
—¡Quiero gritarle en la cara lo hijo de puta que es! —exclamé, sintiendo cómo el aire salía de mis pulmones como un rugido. —¡Me hizo creer que le importaba, y ahora me trata como basura! ¡No puedo con esto!
—Entiendo que estés dolida —Mei suspiró, pero su tono era sereno, casi calmado— Pero dejar que esa rabia te consuma no te llevará a ninguna parte.
—¿Y qué se supone que debo hacer? —respondí, dejando que la ira me envolviera, mi voz subía de tono, sin poder contenerme. —¿Pretender que todo está bien? ¿Actuar como si nada hubiera pasado? No puedo, Mei. No puedo.
Me levanté de la silla, moviéndome de un lado a otro en la pequeña habitación. Las paredes parecían cerrarse a mi alrededor, y el aire se volvía cada vez más pesado. Necesitaba salir, hacer algo. La frustración ardía en mi pecho, y cada vez que pensaba en Tsukishima, en su indiferencia, un fuego más fuerte se encendía.
—No puedo seguir así —dije, mis manos apretando los puños. Quería romper algo, gritar, liberar toda esa energía contenida. Pero al mismo tiempo, sabía que eso no cambiaría nada. Solo lo empeoraría.
Mei se acercó, colocándome una mano en el hombro, como si intentara calmarme. Pero eso solo me irritaba más. ¿Acaso no entendía que necesitaba liberar esta rabia?
—Escucha, Aizawa. No vale la pena dejar que él te afecte así. Si te lastima, entonces, ¿por qué te importa tanto? —Sus palabras tenían sentido, pero no podía oírlo. En mi mente, todo era un caos.
—Porque le importaba, porque éramos amigos, porque... —las palabras se atascaban en mi garganta— ¡Porque lo amo! —grité, sintiendo cómo el peso de esa revelación caía sobre mí. ¿Por qué lo había dicho? Nunca le había contado a nadie cómo me sentía realmente. Pero ahí estaba, en la habitación de Mei, dejando que el mundo se desmoronara a mi alrededor.
Mei me miró con sorpresa, sus ojos ampliados por la comprensión. Era verdad. Amaba a Tsukishima, aunque lo odiara en ese momento. Y eso me hacía sentir vulnerada, expuesta.
—_____... —empezó, pero la interrumpí.
—No, no quiero escuchar nada más. No puedo lidiar con esto. Necesito... necesito salir.

ESTÁS LEYENDO
H e r . | Tsukishima Kei
Novela Juvenil_____ Aizawa siempre ha sentido algo especial por Tsukishima Kei, el chico distante y reservado que parece inalcanzable. A pesar de esos pequeños momentos que han compartido a lo largo de los años, sus sentimientos siempre se han mantenido ocultos...