𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑙𝑓 𝑎𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒 𝑚𝑒𝑟𝑚𝑎𝑖𝑑 || 𝐺𝑂𝑇||ʀᴏʙʙ x ᴍᴀʀʏ

𖦹๋࣭⭑𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝕴𝕴

Una mañana, una de las pocas mañanas tranquilas que existen durante una guerra, una que todos los soldados disfrutan para hacer sus deberes de manera tranquila, otros descansan y unos pocos comen. El viento era tan ligero y fresco, era una brisa relajante. El sol apenas si se sentía, ese día en particular, el sol solo alumbraba.

Mary estaba detrás de las tiendas del campamento. Sus ojos marrones miraban el sol, sus labios tenían una sonrisa relajada y sus brazos estaban cruzados sobre su pecho. El sol caía sobre ella haciendo brillar un poco los mechones de su cabello marrón.

-Lady Mary. - llamó el joven lobo llamando la atención de Mary quien de inmediato se dió la vuelta.

-Majestad. - contestó ella regalándole una sonrisa amable al rey. -Aunque dudo mucho que merezca el título. - dijo ella cortésmente.

-Si recuerdo mis lecciones, una mujer de cuna noble siempre es llamada Lady, a menos que sea una princesa, o una reina. - contestó Robb con una leve sonrisa mirando a Mary quien asintió con una sonrisa.

-Pero no a los bastardos. - dijo ella sin borrar su sonrisa de sus labios.

La sonrisa de Robb se volvió una nerviosa e incómoda pues no quería ofender a la joven, no supo cómo reaccionar y mucho menos supo qué decir. Mary al ver la incomodidad del Rey soltó una risita.

-No se preocupe, majestad, no especifiqué. - dijo ella mientras su sonrisa crecía un poco logrando relajar a Robb quien ya no estaba tan tenso, pero sí bastante nervioso, efecto que nunca lograron en él, hasta en ese momento. -Es un buen lugar. - dijo ella.

Robb miró su campamento y asintió con una sonrisa ahora un poco más orgullosa. Sus soldados estaban haciendo sus deberes, y si escuchabas bien, uno que otro se reía, eso le traía tan solo un poco de paz a Robb.

-Creo que no sería tan bueno sin todos ellos.- contestó Robb.

-¿Y estaremos mucho tiempo aquí? - preguntó ella comenzando a caminar de regreso al movimiento del campamento.

-No puedo discutir los movimientos de las tropas. - contestó Robb caminando a un lado de ella.

-No soy una espía. - dijo ella mientras una sonrisa más grande se hacía más grande.

-Claro que un espía negaría ser un espía. - contestó Robb también sonriendo un poco.

-Tiene razón, me descubrió. - dijo ella sacando de su mandil una hoja, era una carta. -Le escribí una carta a los Lannister, "El joven lobo va en marcha, temed."- mintió ella soltando una ligera risa causando el mismo efecto en el joven lobo.

-Qué carta tan detallada. - habló Robb. Mary soltó una risita guardando su carta de nuevo

Robb y Mary se detuvieron de su caminata deteniéndose en medio del campamento en donde había hombres sentados alrededor de una fogata apagada, aquellos hombres escribían cartas para su familia esperando volver a verlos pronto. Robb quiso decir algo más hasta que la los galopeos de un caballo llamaron la atención de Mary y una voz conocida llamó la atención del Rey.

-Robb. - llamó Catelyn a su hijo. Robb la miró con una enorme sonrisa.

-Madre. - saludó él acercándose a la pelirroja a quien abrazó en forma de bienvenida.

Catelyn correspondió el abrazo de su hijo de manera dulce, pero su atención se había quedado en la chica de cabello marrón con la que su hijo estaba hablando antes de su llegada. Catelyn se apartó del abrazo de su hijo llevando directamente sus ojos a la joven. Robb siguió la mirada de su madre hasta posarse en Mary.