𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑙𝑓 𝑎𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒 𝑚𝑒𝑟𝑚𝑎𝑖𝑑 || 𝐺𝑂𝑇||ʀᴏʙʙ x ᴍᴀʀʏ

𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐕

Sangre, dolor y gritos. Eso es todo lo que Mary veía, había tanta sangre que todo se veía rojo intenso. Los gritos eran de una mujer, no sabía de quién, pero eran tan desgarradores que la hizo estremecerse. Y el dolor, no era de ella, era de alguien cercano a ella, tan cercano que ella sentía esa presión en su pecho.

"Estamos en guerra, hay una gran posibilidad de que muera"

El eco de esas palabras retumbaban en la cabeza de Mary. Y entonces sintió miedo, un miedo que no la dejó moverse y al intentar abrir los ojos le dolió. Los puños de Mary se apretaron mientras comenzaba a sollozar, ese nivel de dolor, miedo y desesperación nunca la había sentido antes.

—Mary.— La llamó una voz distorsionada

Mary apretó sus puños intentando abrir sus ojos los cuales no paraban de soltar lágrimas sin lograr abrirse.

—¡Mary! — llamó de nuevo esa voz ahora más clara. Era Robb.

Mary abrió los ojos y sintió como el aire regresaba a sus pulmones. Robb la tomó de la cintura pues de no hacerlo caería del caballo en dónde ambos estaban montados.

—Mary, ¿Estás bien? — preguntó Robb asustado mirando a Mary.

—Si, si... yo... tuve una pesadilla. — dijo Mary limpiándose sus lágrimas de sus ojos mientras recostaba su cabeza en la espalda de Robb.

— ¿Quieres tomar un descanso?

—Si, me vendría bien.

Robb detuvo a su caballo. Los hombres detrás de Robb también se detuvieron a tomar un descanso. Robb bajó de su caballo y miró a Mary quien no pudo bajar, él sonrió y extendió sus manos hacia ella; Mary suspiró poniendo sus manos en el hombro de Robb mientras él la tomaba de la cintura y la bajaba al suelo.

—Gracias, majestad. — dijo ella dejando un beso en los labios de Robb para luego caminar a recuperar el aire.

Robb soltó una risita, posteriormente se acercó a Roose Bolton que había bajado de su caballo también para estirar un poco sus piernas.

— Lord Bolton. — llamó Robb.

—Majestad, ¿Cómo se encuentra la chica? No se veía bien.

—Tuvo una pesadilla, pero se encuentra bien. — dijo Robb. Roose asintió. —Lord Bolton, necesito preguntarle algo.

—Digame alteza.

—Le he pedido matrimonio a Mary... — Robb no terminó de hablar pues notó la tensión en los hombros de Bolton. — ¿Pasa algo?

—Majestad, no me lo tome a mal, pero usted perderá la guerra en el momento en el que se case con ella.

Robb se quedó callado al escuchar a Roose Bolton. El Lord miró al Rey y luego agachó la cabeza buscando las palabras.

—No me mal entienda majestad, no digo que ella sea una mala chica, solo que usted debe casarse con la hija de Lord Frey. — mencionó Bolton.

—No puedo hacer eso, mi Lord, mi corazón me dice que quien debe ser mi esposa es Mary, no dudo que la chica Frey sea buena, pero no es a quien quiero. — dice Robb mirando a Lord Bolton.

—Lo entiendo majestad, lo único que puedo decirle majestad, es que piense bien las cosas. — y con eso, Bolton caminó un poco para dejar a Robb y a sus pensamientos.

Mary por otro lado, estaba en la colina mirando hacia abajo el enorme bosque que los rodeaba, cuántos secretos habría por descubrir allá en la oscuridad. Mary miraba maravillada el bosque ya que en Puerto blanco no había naturaleza verde, solo era el mar, ese hermoso mar que ella conocía de pies a cabeza, lo había estudiado en todos los mapas que encontraba. De algo estaba segura, quería que Robb conociera el muelle, que viera algo más que tiendas y mesas de estrategia. Si ella fuera una dama noble como lo era la hija de Walder Frey podría ofrecerle más que atardeceres a Robb, ¿Ella qué podía ofrecerle si no era más que una bastarda? Nada. Ella no tenía nada que ofrecer más que sus amaneceres a un lado del mar.