୧ ‧₊˚ 🍂 ⋅𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖁𝕴𝕴𝕴 ᴸᵃ ᵐᵘᵉʳᵗᵉ ᵈᵉ ᴷᵃʳˢᵗᵃʳᵏ

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Mary yacía junto a su esposo, Catelyn y Edmure. Los tres miraban la lluvia caer fuertemente en el jardín de Riverrun. Los dedos de Mary acarician las orejas de Greywind que se encontraba junto a ella sentado tan dócil y tranquilo. Mary miró a los guardias traer a Lord Karstark. Robb se alejó de su esposa caminando bajo la lluvia yendo directo a aquel hombre. Mary sintió el brazo de Catelyn rodearla por debajo de los hombros en un abrazo, Mary solo suspiró un poco.

-La sangre de los primeros hombres fluye por mis venas tanto como en las tuyas, niño. - habló Lord Karstak girando su cabeza para ver a Robb. -Pelee contra el rey loco por tu padre. Pelee contra Joffrey por tí. Somos uno, Stark y Karstark.

-Eso no te detuvo para que me traicionaras, y no te salvará ahora.

-No quiero que me salves, quiero que te agobie hasta el último de tus días.

-De rodillas, mi Lord. - ordenó Robb sin mostrar alguna expresión en su rostro.

Lord Karstark se arrodilló mirando fijamente al Joven lobo, quien con cada día que pasa iba perdiendo más la guerra que él comenzó. Rickard puso su cabeza en el cepo así mirando el lodo del jardín.

-Rickard Karstark, aquí a la vista de Dioses y hombres te sentencio a morir. Últimas palabras.

El Lord miró a Robb y luego a lo lejos miró a Mary. Mary solo tragó saliva, ese hombre estaba lejos de ella, pero su mirada era demasiado pesada. Karstark miró a Robb.

-Un día, perderás todo lo que más amas, y todo lo que más amas te perderá a tí. Tú no eres mi Rey.

Aquellas palabras fueron las últimas de Lord Karstark antes de que Robb tomara su espada y de manera firme cortara la cabeza de Rickard. Robb apretó los puños comenzando a caminar lejos del cuerpo del que algún día fué su aliado y aliado de su padre. Mary miró a Edmure preguntando si debía ir con su esposo a lo que Edmure negó levemente, Mary asintió y se quedó en su lugar.

Catelyn, Edmure se quedaron en su lugar hasta que la lluvia fué menos a solo una brizna. Mary miró a Catelyn quien solo suspiró y miró a su nuera.

-Supongo que tu carta le habrá llegado a los Frey ya.

-Ojalá que sí mi Lady, pero aún no me gusta la idea de que Robb recurra a los Frey.

-A mi tampoco me tiene contenta esa decisión.

-Usted le rogó a su hijo se casara con la joven Frey. - dijo Mary mirando a Catelyn fijamente.

-¿Y de qué sirvió?

-Usted tiene dos caras. La que me muestra a mi y la que le muestra a su hijo, y no sé cual es más mentirosa.

Y con esas palabras, Mary atravesó el jardín con Grewyind caminando detrás de ella siguiéndola al interior del palacio. Mary abrió la puerta de sus aposentos dejando pasar a Greywind quien se sacudió para estar seco. Mary se quitó su capa la cual dejó en su cama. Mary se acercó a la ventana mirando la poca lluvia y el bosque que los rodeaba. Las palabras de Lord Karstark retumbaban en su cabeza.

"Algún día perderás todo lo que amas y todo lo que amas te perderá a tí."

Mary ya estaba lo suficientemente nerviosa con la visita de los Frey y ahora con las palabras de Karstark no se sentía mejor. Mary casi no era de rezar, pero últimamente en esos días rezar era lo único que quería, por ella, por Robb, por su familia, por todo. Mary abrió la ventana de la habitación, recargó sus codos en la piedra fría, entrelazó sus dedos y acercó su cara a sus manos así la punta de su nariz rozó sus dedos.

Era la primera vez en su vida que rezaba con tanta desesperación. Todos esos sueños en los que Robb moría, todo lo que había pasado con Karstark, toda la situación de los Frey y la notable ausencia de Lord Bolton la tenían tan nerviosa, incluso el saber que Robb rompió su palabra con los Frey por ella la ponía mal. Los ojos de Mary estaban cerrados, pero eso no evitó que de sus ojos salieran lagrimas las cuales rodaron por sus mejillas cayendo a la piedra de la ventana. Estando en guerra la hizo valorar un poco el maltrato que recibió en Puerto Blanco, al menos ahí no tenía miedo de perder al hombre que amaba.

𝑇ℎ𝑒 𝑊𝑜𝑙𝑓 𝑎𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒 𝑚𝑒𝑟𝑚𝑎𝑖𝑑  || 𝐺𝑂𝑇||ʀᴏʙʙ x ᴍᴀʀʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora