37 - Trasplante (Elizabeth)

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Por fin hay luz en el camino de mi hija, América finalmente tendrá un nuevo corazón, sabía que después de la tormenta, siempre viene la calma, y para mi niña no es la excepción.

El Doctor Nicoles se acercó a Tobías, mi esposo, y a mí para informarnos sobre el trasplante de América, ¡mi pequeña va a vivir!

- Señor y señora Watson, como saben ha habido un accidente y de ahí salió el donador para América, pero hay un problema, me acaban de informar que en esa camioneta iban Robert y Ceasar Smith, pero aún no me han avisado quien de los dos es quién tuvo muerte cerebral, además el que sobrevivió se está recuperando, si sé algo de quién es esa persona les avisaré, volviendo a América, ya está siendo preparada para la cirugía, en unos minutos entraremos a quirófano...

- Muy bien, salve a mi hija, y si sabe algo de Robert y Ceasar háganoslo saber, por favor. –dije.

- Por supuesto, todo saldrá bien.

El doctor se fue, ya van a operar a mi hija, espero que todo salga bien con ella, al igual que con Robert y Ceasar.

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La primera hora se me fue muy rápida, estuve leyendo un libro de auto superación, y a ratos platicando con Tobías.

No tenía la preocupación de mis otros hijos, porque ambos estaban en la escuela, y después se irán a casa. El pequeño Tobías, bueno ni tan pequeño, ya tiene 13 años, va a cuidar de Cathy, mi niña ya tiene 10 años, y ni cómo olvidar a mi Mer, ya tiene 21 años, ya es toda una mujer, y va a poder vivir muchísimos años más.

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Para cuando pasaron 3 horas, desde que el doctor entró a quirófano, ya se me estaban poniendo los nervios de punta, no tenía informes de América, de Robert ni de Ceasar.

Me ponía de pie, y caminaba por todo el pasillo, esperando algún aviso, pero nadie nos avisaba acerca de mi hija, me estoy preocupando.

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Ya van 6 horas desde que inició la cirugía, Tobías se fue a cuidar a los niños, sé que ya están grandes, pero aún me preocupo por ellos, como todas las madres que aman a sus hijos.

Ya no sé qué hacer para matar el tiempo, ya leí, jugué Candy Crush, hasta me puse a platicar con las enfermeras.

Ésta angustia de no saber nada, no me gusta estar desinformada.

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Ya van 8 horas, y sigo igual, ya hablé con mis otros hijos, también están preocupados por no saber nada de su hermana, me dijeron que en cuanto la viera que le diera un gran beso de su parte.

De tanto socializar con las enfermeras, ya se puede decir que me hice amiga de las enfermeras Beatrice y Lupita, ellas trataban de tranquilizarme, y me ayudaban a ser optimista.

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10 horas, 10 horas llevo esperando informes de mi hija. Las uñas de mis manos han quedado en el olvido, ya no me acuerdo del tamaño que tenían.

Cuando menos me lo esperé, visualicé al Doctor Nicoles, y se acercó a mí.

- Doctor, ¿cómo está mi hija? –dije.

- Señora Watson, después de 10 horas de cirugía, le puedo decir que fue todo un éxito, pero, por ser una operación muy complicada, y más porque se trata de un trasplante, América fue llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos, si todo va como queremos, será trasladada a su habitación en tres días, las primeras 24 horas son cruciales para ella.

- ¿Cuándo podré verla?

- Hasta el día de mañana, ahora le recomiendo que vaya a su casa a descansar, nosotros nos encargaremos de América...

- ¿Ya sabe que ocurrió con Ceasar y Robert?

- Bueno, en éste informe le entrego la información del donante, él estableció que donaría sus órganos, pero el corazón era exclusivamente para su hija, así que fue así como se hicieron las cosas.

Me entregó el informe, y lo guardé en mi bolso.

- Y el que sobrevivió, ¿cómo está?

- Bueno, tiene una fractura en una costilla y de un brazo, al igual que un esguince en un tobillo pero se recuperará, va a estar bien.

- Bueno, está bien, me retiro...

- Espere, aún tengo algo que comentar con usted...

- Cuando América despierte, es obvio que va a preguntar el nombre de la persona que le dio su nuevo corazón, por favor sea muy cuidadosa al momento de decírselo, aún su corazón es delicado, hay que evitar que se altere, cualquier cosa puede influir en su recuperación.

- No se preocupe, tendré en cuenta eso, le encargo mucho a mi hija, la dejo de nuevo en sus manos...

- No tenga cuidado.

Me coloqué bien mi bolso, y me dirigí a casa para poder descansar un rato, mañana tendré que volver muy temprano

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Ayer llegué a casa, y me fui directamente a la cama, no supe de mi hasta que sonó el despertador muy temprano.

Antes de salir al hospital, preparé mi bolso, y recordé que ahí tengo el expediente del donador que le dio su corazón a Mer.

Tomé el expediente, y como no podía quedarme con la duda lo revisé, leí cada palabra, letra por letra, lamentablemente creo que mi hija va a sufrir al saber quién le dejó su corazón para que siguiera viviendo.

Como sea, tomé mis cosas, y me fui directamente al hospital, a pasar otro día cuidando a mi hija.

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Cuando llegué al hospital, el doctor Nicoles estaba esperándome para llevarme a ver a América.

Me llevó a un lugar donde me pusieron un conjunto de ropa quirúrgica, todo para no contaminar el espacio de cuidados intensivos.

El doctor Nicoles me confirmó que todo va resultando bien, su cuerpo no ha rechazado el nuevo corazón, eso quiere decir que vamos por buen camino. Pero lo malo de esto, es que va a tener que estar en ésta unidad por tres días, en los cuales tiene que estar sedada.

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Han pasado tres días, mi hija está por despertar, no ha habido cambios, y todo va por el rumbo que debe de ir.

Mer se está recuperando rápidamente, pronto vamos a salir de esto, pronto mi hija podrá ser la misma de antes, la niña sana que siempre ha sido.

Cuando menos me lo esperé, América se empezó a mover.

Siempre a tu lado (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora