10 - Hospital

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Desperté, en un cuarto muy grande, teniendo justo enfrente de mí a Robert. Estaba acompañado de una enfermera, la cual me puso algo en el suero y se fue.

- Hey, por fin despiertas, ¿cómo te sientes?

- De la patada, como si me hubiera pasado un tren encima como 200 veces, de ida y vuelta.

- No exageres dramática, solo te desmayaste, ¿desayunaste esta mañana?

- Sí, mucho, por cierto, creo que tengo una debilidad por los muffins.

- Entonces, debió ser el calor.

- No creo, han habido veces que hace más calor, y no me desmayo, resisto muy bien al calor.

- Pues entonces no sé, te recuerdo que soy aspirante a ingeniero en sistemas, no doctor.

- Ni yo sé, soy aspirante a contadora.

En eso soltamos una fuerte carcajada, que hasta una enfermera fue a callarnos. Pero creo que sé que es lo que me provocó el desmayo, pero no estoy segura. Es entonces cuando Robert interrumpe mis pensamientos.

- De verdad no evité reírme, no me esperaba que fueras a decir que eras aspirante a contadora.

- Lo sé, creo que debería dedicarme a ser cómica, y el doctor, ¿no te ha dicho nada?

- Nada en concreto, como estas muy delgada dijo que lo más seguro era que no habías comido, pero por lo visto, si comiste.

- Lo que digamos delgada, delgada no lo estoy mucho, pero, ¿Qué pasó cuando perdí la conciencia?, lo último que recuerdo es que me dijiste que ibas por ayuda.

- Fui a la dirección, en cuanto le conté al director, le llamó a una ambulancia. En cuanto llegó la ambulancia, te revisaron el pulso, y les pareció muy bajo, así que tomaron la decisión de traerte.

- ¿El pulso bajo?

- Sí, eso es lo que dijeron los paramédicos, pero el doctor dijo que era por tu alimentación, a pesar de tu bajo pulso. Te tuvieron que estabilizar, y pues por si no tienes una idea, es de madrugada.

- ¿Y mis papás? ¿Les avisaste que estoy aquí?

- Si saben, pero como no pueden dejar a tus hermanos solos en la noche, me ofrecí a cuidarte, primero se rehusaron porque no me conocen, pero al final los convencí.

- Como siempre, se interesan en mis hermanos, a pesar de que estoy en un hospital.

- No sé qué decirte.

- No digas nada, no es necesario, algo bueno de esto, es de que sé que puedo contar contigo.

- Recuerda que estaré siempre a tu lado.

- Sí, siempre a mi lado.

****

No supe por qué, pero me quedé dormida. Me despertaron unas voces, entre ellas reconocí la de Robert, pero la otra no sabía de quien era. Pero al momento en que abrí los ojos, sólo estaba Robert.

- Mmmm Robert, ¿sigues aquí?

- Sí, me acaba de decir el doctor, que en unas horas nos podremos ir.

- Qué bueno, ya quiero estar en mi casa.

- Tu mamá me dijo que va a venir por ti, que el día de hoy y mañana no va a ir a trabajar, nada más para cuidarte.

Exactamente después de eso, mi madre llegó junto con el doctor.

- Buenos días señorita Watson, le realizamos varios estudios, y éstos nos indicaron que se encuentra muy bien de salud, y ya se puede ir a su casa.

- Está muy bien, gracias doctor.

- De nada, estoy para servirle, en un rato más, le traigo el alta.

El doctor se fue y me quedé con mi madre y Robert.

- Bueno Mer, creo que me tengo que ir, mi madre me espera en casa.

- Si está bien, nos vemos el lunes, en la escuela.

- Si Mer, adiós.

- Adiós Robert.

Me quedé unos minutos sola con mi madre, y luego llegó el doctor con el alta, y la enfermera me quitó el suero.

Me levanté de la cama, y me vestí. Mi mamá me llevó con mucho cuidado al carro, porque me sentía débil. De ahí, partimos a casa, dónde mis hermanos me esperaban.

Siempre a tu lado (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora