Capitulo 9: Señora y Señor Marriot

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15 de Marzo de 1981, Berlín, Alemania.

La catedral de Berlín estaba llena de elegancia y solemnidad, con los rayos de luz del sol filtrándose a través de las coloridas vidrieras, proyectando hermosos patrones sobre el suelo. Las filas de invitados estaban bien alineadas, la mayoría de ellos miembros de la alta sociedad, miraban con expectación hacia el altar, donde Aldebert se encontraba, visiblemente nervioso.

Vestido con un traje de bodas británico, el zorro albino no podía evitar sentir un torbellino de emociones. Cada latido de su corazón resonaba en su pecho mientras su mente daba vueltas, buscando la orientación de su ancestro, Midas (el padre de su futura esposa). La presión de las expectativas familiares pesaba sobre él, pero en ese momento crucial, estaba decidido a no sucumbir.

Mientras tanto, Myriam estaba en el vestíbulo, revisando los últimos detalles de su opulento vestido de novia. Con su elegante vestido abombado y adornos delicados, se veía magnífica, pero detrás de esa belleza se ocultaba una mente estratégica y calculadora. Su sonrisa era la máscara perfecta, pero su mente estaba ocupada con planes para el futuro. Sabía que una vez que se concretara su matrimonio, daría el siguiente paso en su ambición de asegurar el legado Marriot, comenzando por la descendencia.

Finalmente, el sacerdote dio la señal para comenzar la ceremonia. Myriam entró con gracia, cada paso cuidadosamente coreografiado, su mirada fija en Aldebert. Él, a su vez, sintió un nudo en el estómago al ver a su prometida acercarse. Aunque la escena era de ensueño, una sombra de duda nublaba su mente.

A medida que Myriam se colocaba a su lado, las campanas de la catedral comenzaron a sonar, llenando el aire con un eco que resonaba en los corazones de todos los presentes. Aldebert se forzó a sonreír, recordando las palabras de Midas: "El verdadero poder proviene del amor y el respeto, no del control".

El sacerdote inició la ceremonia, hablando sobre la unión y el compromiso, mientras Aldebert luchaba con sus pensamientos. Sabía que este matrimonio no era el resultado de un amor verdadero, sino de un plan meticulosamente elaborado por Myriam. Sin embargo, a medida que la ceremonia avanzaba, comenzó a reflexionar sobre su propia fuerza y la posibilidad de cambiar el rumbo de su vida, incluso en medio de esta situación.

Cuando llegó el momento de los votos, Aldebert respiró hondo. En lugar de simplemente repetir las palabras que se esperaban de él, decidió que era el momento de hablar desde su corazón, un acto que podía cambiar todo.

—Myriam —comenzó, su voz resonando en la catedral—. Estoy aquí hoy por lo que este matrimonio representa, pero también estoy aquí por la esperanza de que, juntos, podamos construir algo más que solo un nombre.

Los murmullos recorrieron la sala, y Myriam lo miró con sorpresa, sin poder ocultar su incredulidad. Pero Aldebert continuó, sintiendo que el apoyo de Midas lo llenaba de valor.

—Deseo que esta unión no solo se base en la tradición, sino en un compromiso genuino. Quiero que trabajemos juntos para superar el pasado, para forjar un futuro en el que la familia Marriot pueda ser recordada por algo más que solo el control y la manipulación.

La expresión de Myriam cambió de sorpresa a desafío. Ella sabía que Aldebert estaba jugando con fuego, pero no podía ignorar el poder de sus palabras.

—No puedo prometer que todo será fácil —continuó Aldebert—, pero lo que sí prometo es que lucharemos por un futuro que valga la pena.

El sacerdote lo miró, sorprendido, pero aplaudió su valentía. Los murmullos de la audiencia crecieron, y la atmósfera se tornó eléctrica.

Con ese acto de desafío, Aldebert comenzó a redefinir lo que significaba ser un Marriot. Era su momento de reclamar su historia y, tal vez, encontrar la manera de cambiarla. Sin importar lo que sucediera, ya había comenzado a romper las cadenas que Myriam había intentado colocar sobre él. La boda aún estaba lejos de terminar, pero, por primera vez, Aldebert sentía que podía reclamar su destino.

Viviendo con los MarriotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora