Capítulo 14

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Eran las 3:23 am cuando Louis seguía sentado en el sillón dentro de su estudio tratando de no suicidarse tras leer simplemente el primer capítulo del libro que Harry le había encargado leer. El chico se la pasaba quejándose de la injusticia de la vida y de sus molestias con ella, y ahora entendía la razón. Harry sufría de crisis existenciales por ser un maldito masoquista a quien le gusta lastimar sus sentimientos con preguntas que te hacen reflexionar sobre todo el universo.

–Si no dejas de quejarte "en silencio"–marcó las comillas con sus dedos–voy a quemar tu estúpido libro, Tomlinson.

–Lo siento, ¿te desperté?

–Pasan de las tres de la madrugada, obviamente no estaba sentado en mi cama comiendo cereal. Ya duérmete.

–Harry me contagió su aberración por la humanidad y su forma de pensar con este pequeño libro y no llevo más de 50 páginas.

–Quémalo–sonrió encogiéndose de hombros.

–Hablo en serio. ¿Cual es el significado de la vida, Liam?

–¿Tener sexo y dejar muchos engendros parecidos a ti por todo el planeta?

–Tal vez biológicamente, pero este pedazo de árbol–levantó el libro para que su primo lo viera por enésima vez–te dice que tener sexo te deja de llenar un día, que no logra llevarte al camino para satisfacer tus necesidades. Después de leer esto, para mi, el significado de la vida humana es ser feliz, es alcanzar la felicidad ahora y asegurarla en un futuro.

–Que profundo, Louis. ¿Ya me puedo ir a dormir?

–No, Liam–lo miró con el ceño fruncido–¿cuando fue la ultima vez que fuiste feliz y que estabas seguro que lo estarías el día de mañana?

–No lo sé–acarició los vellos de su mentón–cuando compré mi departamento al que por cierto ya no me permites volver.

–Porque fue la ultima vez que hiciste algo que tu querías hacer, y de eso ya tiene más de tres años. ¿Cuándo dejamos de importar nosotros?

–Es verdad–se recargó sobre la pared–entiendo tu punto, Louis, entiendo que quieres ser feliz, pero no entiendo porque alguien como Harry te diría que debes leerlo.

–Yo tampoco lo entiendo. El me dijo que me enfocara en las imperfecciones del libro, pero no se a que se refiere con eso.

El menor talló sus ojos con las palmas de las manos y gruñó–No me pidas que piense ahora, tengo que dormir, Louis. Hablamos en la mañana.

–Adiós, Liam–no le dio mucha importancia a la retirada de su primo y continuó leyendo, siendo atrapado por unos simples renglones.


"¿Que pasa cuando te das cuenta de la irrevocable verdad de que todos estamos, y moriremos, solos? Le idea no es que te tires de un puente, es que entiendas que éste es el momento."


–¡Maldita sea, Harry!–lanzó el libro con fuerza y cayó sobre el alfombrado azul del estudio, dejando salir una pequeña nota que se encontraba casi al final. Louis pensó que se trataría de el ticket de compra o alguna garantía inútil, pero no perdía nada en revisar que era; era una hoja de papel doblada por la mitad donde, en la parte exterior estaban escritas cinco palabras realmente simples, pero que lograron hacer que la cabeza del ojiazul recibiera la información de golpe:


"¿Ya estás harto de esperar?"


De pronto Louis entendió a lo que el rizado se refería con la "imperfección" del libro. Se supone que te enseñaba a esperar, pero estaba haciendo todo lo contrario; lo que éste último menos quería, era esperar, lo que él buscaba al recomendarle ese libro era que entendiera que hay cosas por las que vale la pena luchar, hay cosas por las que vale la pena vivir y, aún más, morir, y que por desgracia, nadie sabía que era lo que valía o no valía el esfuerzo, la vida no viene con un manual de instrucciones, pero las reglas eran claras, se feliz, sin importar lo que te haga feliz.

Estocolmo | Larry Stylinson (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora