Estocolmo | Larry Stylinson (Editada)

Capítulo 26

*Narra Zayn*

El molesto sonido de mi celular me había despertado hacía ya varios minutos, sin embargo, me negaba a moverme, no sólo por el dolor, sino porque Liam me tenía aprisionado entre sus brazos y la verdad no quería salir de ahí. Cuando por fin comenzaba a conciliar el sueño de nuevo, el sonido de mi celular volvió a azotar en las paredes de mi habitación.

–Maldición–me levanté lo más lento posible para no despertar a Liam y seguí el sonido de mi celular. Era Harry, salí de mi cuarto y ya estando a una distancia prudente, contesté–¿Qué mierdas quieres?!

–¡¿Por qué mierda no contestas el puto celular, carajo?!

–Oye tranquilo–me reí por la gracia que me causaba escuchar a Harry maldecir–estaba con Liam, pero ya te contesté, ¿que necesitas?

–De él es precisamente de quién tengo que hablarte.

–¿Qué pasa? ¿Qué quieres saber ahora?

–¿Que tanto sabe de lo que haces?

Cerré la puerta de la habitación–Nada, ¿por qué?

–¿Qué tanto sabes tú de los proyectos que tiene ahora?

–Yo no sé nada, estudio economía, ¿recuerdas? A mí que me interesa en que está metida la policía–me recargué en la pared para sobrellevar el dolor.

–Ya sabemos que la policía está metida en tu culo–rodé los ojos mientras esperaba a que continuara–era un chiste–no me reí–de acuerdo, la organización de Liam está metiéndose con un grupo muy pesado.

–¿Con quién?–fruncí el ceño

-Vito Greco

–¡¿Vito Greco?!–dije con la voz más elevada de lo que debía–maldición, ¿que hace en ese problema?

–¿Qué problema?–Mierda, era Liam.

–Escucha, no tengo tiempo para esto... Estoy con mi novio y lo desperté.

–¡Carajo! ¡¿Te escuchó?!

–No lo sé, en realidad no sé cuando se entregue la práctica, pero si me entero te aviso.

–Mándame mensaje en el momento en el que sepas si te escucho.

–Si, prometo avisarte, debo irme, adiós–Colgué el teléfono y me dirigí hacia Liam, quien solamente asomaba su cabeza por la puerta–Hola dormilón–me acerqué aún más y cerró la puerta casi por completo, dejándome ver solamente sus ojos–¿Qué pasa?

–No estoy vestido–susurró bajando la cabeza como niño regañado.

–¿Estás bromeando?–negó aún con la cabeza gacha–Pues yo tampoco, mírame–ni si quiera se movió–Liam, besé literalmente cada parte de tu cuerpo, ya lo he visto todo.

–Lo que no sabes es que después de tener relaciones con alguien, me convierto en un sapo–me guiñó el ojo.

–Sería interesante mamársela a un sapo tan grande como tu.

–Eso se llama zoofilia, Zayn–arrugó la nariz con asco.

–Entonces déjame convertirte en príncipe de nuevo–volví a acercarme y empujé la puerta con suavidad, dejando ver por completo el cuerpo desnudo de Liam–eres tan hermoso–dije viéndolo sin un pizca de morbo, lo estaba viendo a los ojos, observando lo tierno que se veía cuando estaba apenado, también veía sus mejillas coloreadas de carmín y cómo sus labios tenían un tono rojo por todos los besos de hace un rato, y como los mordía con fuerza, creando un contorno blanco al rededor de sus dientes.