Capitulo 2

14K 1.1K 1.7K
                                    

Ambos cruzaron la calle y esperaron afuera del gran edificio. Los minutos parecían eterno. Con la mirada intentó buscar las cámaras de seguridad para esconderse, pero fue inútil, no veía ninguna.

–No tiene sentido que una compañía que maneja tanto dinero no tenga cámaras de seguridad–volteó a ver al vigilante con ojos amables y curiosos. El vigilante lo vio como un pequeño niño, la ternura lo hizo responder.

–Claro que hay–sonrió de lado–pero no se ven, hay una en cada lado de la puerta, adentro hay una en cada esquina.

–Ya veo–asintió fingiendo interés cuando en realidad lo que sentía era ansiedad, esta vez lo atraparían, necesitaba salir de ahí–¿Tardará mucho el señor Tomlinson? Debo llegar a casa, mamá me está esperando.

Él conocía perfectamente sus habilidades; una de ellas, tal vez la más importante en su trabajo, era el poder "convertirse" en un niño pequeño. ¿Quien pensaría que un niño tendría tanto poder como el que tenía Harry?

–No, hijo por favor. No te vayas, perderé mi trabajo si el joven Tomlinson no te ve aquí.

La cara de preocupación del señor le tocó el corazón. Había algo con la gente mayor que simplemente le provocaban cierta empatía.

–Ese Tomlinson es un desgraciado hijo de puta, ¿cierto?–suspiró pesadamente–De acuerdo, pero en verdad debo irme. ¿No puede llamarlo y explicarle que tengo hora de llegada?

–¡Muchas gracias! ¡Claro que lo llamaré! Aguarda un segundo.

Harry no pudo evitar que una sonrisa se le dibujará en el rostro cuando el señor se alejaba alegre por poder conservar su trabajo un día más. No podía creer que alguien con la cara tan angelical pudiera ser tan cruel con la gente que ayudaba a que su empresita siguiera funcionando.

–¿Te gustan los mayores?

Dio un pequeño salto al escuchar la voz de Tomlinson a su espalda. Giró su mirada hacia él y su expresión se descompuso hasta llegar al desagrado una vez que replanteó la pregunta en su cabeza.

–¿Perdón?

–El vigilante. No dejabas de hablar con él y ahora no dejas de verlo.

–Si tienes que saberlo, sí, me gustan los mayores.

–Entonces estás de suerte.

No había nada que le molestara más que una actitud arrogante. El rizado podía llegar a ser demasiado egocéntrico, lo que podía funcionar como un arma ofensiva y defensiva a la vez.

–¿Lo dices por ti, niño mimado?–Louis rió fuertemente, como no lo había hecho desde hace mucho tiempo; tanto, que nadie en la empresa lo había escuchado reírse así. Todos los empleados se sorprendieron al escucharlo y lo observaron curiosos–¿Yo soy el que no tiene educación? ¿No te enseñaron nunca que no debes reírte de manera escandalosa?–se encogió preocupado por la atención que estaba atrayendo.

–Lo siento, lo siento–dijo mientras intentaba mantener su risa bajo control–Es que eres un niño muy extraño y me sorprendió una actitud tan arrogante de parte de alguien a quién esta esperando su mami.

–¿Desde hace cuanto me estas haciendo esperar sin razón?

–Desde hace como cinco minutos–se encogió de hombros a modo de burla.

–Joven Tomlinson–era la voz del guardia de seguridad del edificio–buenas tardes.

–Fuiste muy amable al traer a este chico, Winston. Si mi padre pregunta por mí, avísale que salí con un amigo-Volteó a ver a Harry–Vámonos.

Estocolmo | Larry Stylinson (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora