[🌾]- Bella dama.

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URSS visitó el palacio del Imperio alemán, había sido invitado allí para hacer negocios entre sus territorios.

— Guten Tag, Herr UdSSR. —Habló con seriedad el mayor, URSS devolvió la misma mirada a el alemán.

Hallo. — Fue lo único que dijo, el desprecio entre hermanos todavía ni se iba, y podría llegar a pensar que nunca se iría.

Seré franco con el tema, mi tiempo en el poder está acabando, mi heredera es República de Weimar pero ella también está demasiado mal, y podríamos afirmar que su nación podría ser la próxima cuando no estemos. — Explicó con simpleza, URSS arqueó una ceja, pero aún sin perder su seriedad.

¿Y que quieres que yo haga? ¿Que anexe el territorio? — Preguntó sarcástico, Imperio solo lo miro con molestia.

Hablo de un matrimonio. — Su seriedad fue demasiada como para que URSS entendiera que no se trataba de una broma, lo miro con desprecio.

¿Eres enfermo acaso? Imperio, es mi sobrina. — Su expresión fue de asco.

Ella no lo sabe, ni creo que se lo digas.

— Solo quiero asegurar su estancia en el poder, se que eres un buen aliado para ella... Y se que no le darás la espalda. — Con eso, extendió una clase de papel, URSS nisiquiera se molestó en leerlo, pues ya sabía a qué iba el tema.

¿Que beneficio obtengo yo con casarme con ella? — Preguntó, mientras veía la línea donde tendría que firmar.

Ella busca lo mismo que tú, expandir su ideología y con ello, expandirse como raza y territorio. —

— Ella sería un obstáculo para mí Imperio, podría aniquilarla fácilmente. — Contesto, con algo de molestia.

No, ella busca un aliado, ya se que tiene a Italia Fascista e Imperio Japonés, pero es lo suficientemente inteligente para saber que Italia le dará la espalda, e Imperio Japonés acabará consigo mismo. —

— Dices que ella necesita un compañero, ¿Eso es lo que quieres "asegurar"?

— Ella necesita una figura mayor, se que no serás un papel de padre, o de tío para ella, pero el que estés casado con ella me alivia de cierto modo. — Miró a URSS un rato, y no tardo en estrechar su mano.

Ambos se dieron la mano, uno complacido y otro con cierta molestia y seriedad en su rostro.

Reich, pasa. — Habló seriamente, la alemana no tardo en aparecer tras la puerta.

¿Que pasa, padre? — Respondió, pero su pregunta fue ignorada, pues supo de inmediato de que se trataba, aunque vio con desprecio a URSS.

El es el señor URSS, es de quién te hable. — La alemana se acercó, su cabellera pelirroja con ondas daban un aspecto más elegante, URSS solo la miro, pero con algo de interés (no romántico).

— Mi nombre es Tercer Imperio Alemán, la hija menor del Imperio alemán y Austria-Hungria, es un placer conocerlo...— Extendió su mano hacia URSS, quién tomó su mano para agacharse y dar un beso en el dorso de esta misma, mostrando respeto hacia su posición en el palacio alemán.

El gusto es mío, bella dama. — Alzó su mirada, ambos ojos conectados, pero...

Ambas miradas con distinto significado, sin embargo, no era de romance, no, no había ninguna intensión amorosa.

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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Momentos que nunca olvidaré. // Nazunist. (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora