『𝐓𝐃𝐀𝐇」 -Jenlisa-

25[𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐌𝐈𝐄𝐍𝐙𝐎𝐒]

Al final del día, Jennie y Lisa eran dos chicas jóvenes e inexpertas, navegando por un camino incierto, el del amor, y ambas estaban completamente perdidas en cómo enfrentar lo que sentían. No sabían cómo decirse que sí, que estaban dispuestas a intentarlo, porque había una presión enorme sobre sus hombros. Esa incertidumbre las consumía. Se evitaban, evitaban ese sentimiento que parecía pesar demasiado en sus corazones, como si estar juntas fuera cargar con una montaña de expectativas y miedos. Era como si estuvieran con la persona correcta en el momento equivocado.

Su relación era un torbellino de altibajos, de subidas vertiginosas y caídas dolorosas. Estaban juntas para aprender, para experimentar lo que significaba realmente querer a alguien y, más importante aún, para descubrir si realmente querían estar la una con la otra. Era un proceso lleno de dudas y tensiones, de momentos en los que parecía que todo encajaba y otros en los que se sentía como si fueran polos opuestos. Eran alfa y omega, como si el destino las hubiera unido para descubrirse mutuamente, pero también para enfrentarse a lo que significaba ser tan diferentes.

Jennie y Lisa eran como agua y aceite, mezcladas pero nunca completamente unidas. Eran azúcar y sal, necesarias, pero con una química tan única que a veces parecía incompatible. Jamás serían compatibles al cien por ciento, pero tal vez esa era la belleza de su relación. Como alguna vez dijo un loco que vagaba por ahí, "A veces los caminos más interesantes nos llevan a los destinos más peligrosos". Y ellas lo sabían. Lo sentían.

Ahora, cuatro años después de aquel primer encuentro torpe y lleno de vacilaciones, estando ya en la universidad, ambas en su segundo trimestre, Jennie y Lisa pueden finalmente decir que han encontrado un equilibrio. Han aprendido lo que significa estar juntas, con todos sus defectos y diferencias, y han decidido, con todas las cicatrices del pasado, iniciar una relación de noviazgo oficial, sin tapujos sin promesas rotas todo era real. Y, aunque el destino las siga poniendo a prueba, por ahora, están felices de haber llegado hasta aquí.

Quizás se pregunten, ¿apenas están iniciando una relación de noviazgo?¿Gasté mi tiempo leyendo este fanfic? Si se conocen desde niñas, ¿qué pasó con todas esas promesas que se hicieron? ¿No significaron nada? 

La respuesta es que, obviamente, significaron mucho. Pero los niños, cuando hacen promesas, suelen lanzarlas al viento sin saber realmente el peso que conllevan. La mayoría de esas promesas rara vez se cumplen, porque no están atadas a la realidad. Sin embargo, la promesa de Jennie y Lisa ya estaba escrita, no en palabras, sino en el destino mismo. Era inevitable que terminaran juntas, que sus caminos se entrelazaran de nuevo, porque ellas eran lo que sus corazones buscaban, aún cuando en su momento no lo entendieran.

En el proceso de encontrarse, lastimaron a personas a su alrededor, personas que significaron algo en sus vidas. Lisa, en particular, jugó mucho con el corazón de una chica. Esa chica era Rosé, y aunque en su momento Lisa no lo vio venir, el karma terminó alcanzándola. El daño que le hizo a Rosé no quedó impune, pero al final, Lisa logró encontrar su paz, o al menos una parte de ella. Hace poco, Rosé la contactó. Desde que se fue a Australia, Rosé no había vuelto a pisar tierras asiáticas, pero la distancia no borró lo que quedó entre ellas.

Lisa, sin dudarlo, le pidió perdón por todo. Sabía que lo que había hecho no estaba bien y necesitaba enmendarlo. Pero Jennie, siendo la alfa en esta relación, no estaba muy de acuerdo con que su novia tuviera que abrir viejas heridas. Al principio, se negó rotundamente a involucrarse, porque los celos y el orgullo aún estaban ahí, pero Lisa sabía cómo convencerla. Con algunas promesas calientes sobre lo que harían más tarde en la noche, Jennie terminó accediendo, aunque con recelo. Jennie también pidió perdón a Rosé, porque en este enredo, nadie era completamente inocente.