Monarca Kilichenko.Los días cada que pasan se hacen más largos y decir que ha sido color de rosa estar aquí sería mentir. No veo a Morrais desde la ultima vez que hablamos y la verdad pareció estar conforme con ello, pensé que haríamos la llamada al otro día de ese suceso como el dijo pero no sucedió, los nervios me comían viva, no podía con la ansiedad pero nada pasó.
Nos dan de comer las tres comidas del día y a veces suelen traerle algunas frutas a Dominick quien no ha emitido para alguna y es preocupante realmente, debemos ir por el día cuatro o cinco quizás, ya perdí la cuenta. Mi cuello y muñecas están entumecidas gracias a las ataduras las cuales me quitan solamente dos o a veces tres horas al día al igual que Levya; por otro lado, este no de ha vuelto loco porque habla más que un loro encerrado, ideando planes que la verdad no ayudan en nada.
—¿Crees que Killian ya sepa?—habla Levya.
—No lo sé, Morrais afirmó que entre los dos haríamos la llamada pero no sé qué sucedió—susurro.
—¿Papá vendrá por nosotros?—la voz de mi hijo se escucha luego de varios días sin oírla.
—No lo sé Dominick.
—Nunca sabes nada—responde haciéndome mirarlo con unos ojos amenazantes, entiendo que todo esto del encierro lo tenga desesperado, aburrido, sofocado y muchísimas emociones más pero estoy haciendo todo lo posible por sacarlo de aquí y no me parece justo que me conteste de esa manera.
—No le contestes así a tú madres Dominick—habla Levya de la manera más calmada posible pero puedo ver la impresión en su rostro, todavía de leer las facciones desde la vez que estuve trabajando para la policía cuando aún era abogada.
—¡No me digas que hacer!
—Dominick—decimos unísono.
—¡Me ocultan cosas!—puedo jurar que su grito se escuchó en la mismísima china y solo rezo para que las personas de afuera no hayan escuchado nada, lo miro atenta a lo que está por decir—. Se la pasan todo el día susurrándose cómodas como si yo no estuviese aquí, ¿creen que soy idiota? Pues no lo soy y discúlpame mamá pero tengo todo el derecho de saber que es lo que pasa, yo también estoy aquí y también es mi vida la que corre riesgo.
Quedó boquiabierta con todo lo que dice ya que jamás pensé que se sintiera de esa manera, Dominick jamás ha sido un niño grosero y podría jurar que habías lo había escuchó hablar de tal manera hasta ahora. Quizás por pensar que estoy ayudándolo mientras le oculto cosas solo estoy empeorando todo, Dominick merece saber la verdad sobre su vida, sobre su padre, sobre mi y el porque estamos aquí pero no quería que fuese así, así no. Sigue siendo mi bebé, el cual querer cuidar a toda costa.
—Engendró yo...
—Tú nada mamá, sé que me ocultas cosas, siempre lo has hecho—murmura frustrado—. Te he oído susurrando con el tío Levya "sobre aquello"—hace comillas recalcándome que suelo decirle así a mi vida pasada y a cada situación de la cual no quiero decir específicamente su nombre—. Sobre mi padre y sobre todo en realidad, esperaba que la verdad saliera de tu boca pero no es así, he tenido que enterarme por mi métodos, eres injusta.
Siempre he sabido que Dominick no es un niño normal, aprendió a hablar antes que todos los niños normales, gateo desde los seis meses y ya en su primer año caminaba tambaleándose; hablar con él es como estar hablando con una persona muchísimo mayor, podría decir que hasta un niño de dieciséis es más inmaduro que él y la seriedad con la que está tratando todo no es para un niño de estar a meses de cumplir cinco. Mi hijo de casi cinco años ahora mismo me está dando una lección y diciendo cómo debo actuar y la verdad está a punto de explotarme el cerebro.
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Killian |+18| (borrador)
RandomMonarca creía que escapar de su pasado seria fácil, sin saber que los demonios de este la asecharían a donde quiera que vaya. Monarca llevaba consigo un secreto, uno que estallaría haciéndola cargar con el peso de la culpa y con todos los problemas...