Killian |+18| (borrador)

8. capitulo

Killian Davila.

Intento mantenerme de pie y lo puedo jurar pero creo que acabo de tener un infarto, busco la mirada de Monarca pero esta me la desvía, el niño corre hasta donde estoy abrazándome por los pies ya que altura no lo deja llegar mas lejos que a mi cintura, me quedo inmóvil en mi lugar y por inercia mi mano llega hasta su cabello negro como el de su madre, a mi mente llega el momento en que Monarca se fue, en nuestra luna de miel y mi mente por si sola comienza a atar cabos.

Se fue estando embarazada.

—¡Killian!—escucho detrás de mi y Jimmy llega con su pecho subiendo y bajando, este mira a Levya pero rápidamente su vista pasa a mi viendo mi reacción, sus ojos bajan al niño que parece no querer separarse de mi y automáticamente Jimmy se coloca mas pálido que Monarca—Jo..der, mierda.

Mis hombres llegan también, analizando la situación y todos parecen quedar igual, inmóviles.

—¡Nos informan que Morrais viene en camino señor, hay que salir de aquí, en jet nos espera!

Logro reaccionar y miro a Monarca tomándola fuerte del brazo ejerciendo un poco de presión, la furia llega a mi sistema, maldita mujer, Levya me toma el brazo que tengo sosteniendo a Monarca intentando recordarme que el esta ahí y que donde le haga algo, el salta por ella, esta cambiado físicamente y veo dolor en sus ojos, miro a la mujer frente a mi que no me mira y su vista esta nublada.

—Tu y yo hablaremos después, tendremos esta conversación quieras o no así que no cometas ninguna estupidez como las que sueles hacer—digo solo para ella pero Levya alcanza a escuchar y lo veo intentar hablar pero solo baja su mano—. Pídele al Dios o al diablo que te ayuden porque de esta no te escapas, y mas te vale tener una explicación lógica porque te juro, Monarca Kilichenko, que si no la tienes yo mismo me encargare de ti—mi mandíbula duele por el tono tan brusco en el que le hablo, le suelto el brazo haciéndola levantar su mano llevándola a la zona enrojecida.

—¡Denle un arma y vigílenla!—veo como las lagrimas terminan de caer pero no me importa—. A su acompañante igual.

Pensé que este reencuentro seria distinto pero siento que mi enojo me sobre pasa, las orejas me duelen por lo caliente que deben estar por la rabia  intento no pensar pero se me es imposible.

Salgo de mi pensamientos cuando escucho a mis hombres moverse y tomo al niño en mis brazos y este envuelve sus manos en mi cuello y recuesta su cabeza en mi hombro haciéndome llegar un escalofrió hasta el fina de mi columna vertebral. Salgo de el sótano con el niño en mis brazos mientras que libero una para mantener mi arma en alto, tratamos de salir de la casa y al llegar a la entrada observamos todo lo que causamos, hay personas muertas y heridas, los pocos que quedaron nos piden piedad y yo salgo de ahí antes de arrepentirme haberles perdonado la vida, alcanzo a ver a Monarca algo desorientada y vuelvo a tomarla del brazo haciéndola jadear del dolor.

—Tú te vas conmigo.

La subo a la misma camioneta y emprendemos el viaje para salir de esa zona, las camionetas van a toda velocidad esquivando todo lo que se mueva, todo lo que atraviese ya que no quiero iniciar otra balacera con el niño presente, a este lo dejo en el asiente y abraza a su madre, está lo recibe gustosa y es imposible negar el parecido, es igual que Dixon cuando era bebé.

—Mamá—dice este llamando su atención, ella le pregunta con gestos que quiere y este le hace señas con sus manos para que se incline un poco—. ¿Papá está molesto?

—Si.

En su única respuesta y yo intento mantener la calma, mi corazón no deja de subir y baja, Jimmy no para de mirar por el retrovisor y Monarca es incapaz de levantar su mirada, Levya se fue en otra camioneta y creo que fue lo mejor.