CAPÍTULO X

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Habían pasado ya algunas semanas desde que llegaron al hospital, James se mantenía ocupado en tratar de investigar el ataque a Virya en conjunto con Luka, Marianne y Julián; Reneè por su lado se ocupaba de las situaciones en PRINT y lo mantenía bajo control mientras que Gael parecía incapaz de salir del hospital más que para lo necesario.

Habían pasado ya semanas... Eso no dejaba de dar vueltas en la cabeza de Gael, las heridas de Virya ya no eran graves, pero su cerebro estaba inflamado y podría jamás despertar, eso fue lo que dijeron los doctores sin importar a cuantos especialistas y mentes brillantes llevaran a visitarla o dar un nuevo diagnóstico, y cada ocasión que uno nuevo aparecía y les daba esperanzas Gael le repetía a Reneè que era inútil y tenían largas conversaciones sobre la fe y las mentiras pero James, James no decía nada, solo se marchaba y desaparecía por días, volvía a aparecer más frío que nunca y poco a poco frecuentaba menos el hospital hasta que dejó de visitarlo.

Un día cualquiera fue el Profesor quién tocó a la puerta de su estudio en Costa Da Morte y si bien tocó por cortesía entró sin esperar a que le concedieran permiso.

—No recuerdo haberte invitado a pasar.

Comentó James sin levantar la mirada de su ordenador.

—Cuando mi director general no se presenta a trabajar por más de 9 semanas no soy la persona más paciente para esperar a que me deje entrar en su oficina, además, estás en MI escuela, mocoso malcriado.

—Evitate el discurso, ¿Qué es lo que quieres?

Preguntó James aún sin mirarlo mientras él tomaba asiento cómodamente y se quedaba jugueteando con su bastón, soltándole un golpe en la espinilla por debajo del escritorio.

—¿Con qué derecho crees que puedes abandonar tus responsabilidades? ¿Acaso crees que te mandas solo?

James pegó un brincó con el golpe y se puso de pie molesto.

—No tengo tiempo para esas estupideces.

—No te atrevas a insultarme, mocoso ingrato, que si por mi fuera...

—¿Qué? ¿Me vas a echar? Hazlo, sé que a diferencia de tu zafiro yo soy prescindible, pero lo único que me importa es descubrir la verdad.

—No eres prescindible, idiota, eres el responsable.¿Cómo podría asegurar que tú serás un gran heredero si no puedes ni presentarte a trabajar?

—¡Casi matan al amor de mi vida en mi propia casa! ¿Cómo puedes esperar que esté tranquilo? Sin ella no soy nadie, y si elegí alejarme y aceptar a Marianne fue porque creí que así ella sería feliz, pero ahora está muriendo, y yo no he sido capaz de encontrar ni siquiera una pista de qué le sucedió o quién lo hizo, la desvanecieron por completo y no puedo hacer nada para cambiarlo.

El Profesor volvió a arrojar un golpe a las piernas del joven, esta ocasión golpeando severamente su espinilla y haciéndolo caer en su asiento.

—No me hables así, mocoso inútil. Lo que sucedió con Virya fue un incidente del que no eres responsable, pero PRINT depende de ustedes, y no hay legado que rescatar si uno de los diamantes está muriendo y los otros dos mandan todo al diablo.

—¿Tan poco te interesamos que no importa lo que suceda con Virya?

Un nuevo golpe llegó a las piernas del joven, esta vez no se trató de cualquier toque sino de un golpe que realmente podría herirlo.

—No hay nadie más importante para mí que ustedes tres y lo sabes, especialmente si hablamos de mi nieta. Mejor deberías decirme, ¿Al menos tu investigación te ha dejado algo? Porque tu tiempo para encontrar al culpable está por terminar y sabes bien qué significa eso.

A través del telescopio: El corazón de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora