CAPÍTULO II

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—¡Blue! Por favor espera- Gritó James a la distancia tratando de seguirla.

Después de una incómoda conversación afuera de Coffee Rocks en la cual se dio un claro colapso nervioso en Virya, Gael se ofreció a llevar la motocicleta de la italiana a casa para que no tuviera que conducir mientras Reneè y Luka la llevaban a ella en el auto junto con James.

Apenas llegaron al lugar Virya descendió del vehículo y corrió al interior del edificio, siguiendo su discusión entraron mientras Reneè se quedó atrás con Luka y con Gael.

—Vaya, ¿Está es su casa?- Preguntó Gael algo impresionado.

—No te sorprendas tanto niño, no creo que nunca hayas visto un palacio que puedas comparar- Respondió Luka con un tono incluso altanero.

—Eeehh... Si, bueno, no es que quiera correrlos pero tengo que ocuparme de lo que pasa justo ahora en Costa Da Morte, así que si me disculpan.

Reneè habló con un poco de prisa e hizo un gesto de despedida para ir detrás de los dos primeros, dejando a Luka y a Gael en la entrada con los pensamientos más centrados cada uno en sus propios asuntos que en lo que acababa de suceder.

Finalmente, después de un pequeño rato en espera Luka solo se encogió de hombros frotando sus sienes para marcharse sin decir absolutamente nada, dejando al peliplata de pie frente al edificio aún embelesado con la fachada. Tras unos minutos Valdignio reaccionó y se percató de que era el único ahí así que decidió ayudar a descender el equipaje llevándolo poco a poco al interior del edificio mientras se daba la libertad de conocer un poco del interior de aquel imponente palacio.

Había transcurrido un tiempo desde que llegaron y en la planta baja únicamente se escuchaba un hueco silencio sumado al caminar ocasional de algunas de las mascotas que ahí habitaban, Gael observaba con admiración los detalles de pintura y grabado en las piezas de madera de los marcos de puertas y ventanas, los grandes ventanales que rodeaban la sala de estar y el área principal dejaban un ambiente de estilo muy rústico pero a la vez moderno y lleno de iluminación, un portazo y los pasos en la escalera sacaron al joven de su recorrido silencioso.

—¡Si no quieren pelear pues entonces déjenme sola!- Grito Virya bajando las escaleras y percatándose de la presencia de aquel visitante - Oh... Perdona, no sabía que seguías aquí.

—Lo siento, no quería invadir, la puerta estaba abierta y...- Gael vió El rostro apagado de Virya y le dedicó una sonrisa calma– ¿En serio llamaron a este lugar "La Costa de la Muerte"?- Preguntó en un tono un poco divertido e intentando no prestar atención a lo sucedido -¿Es como un laboratorio de villano malvado o algo?

Virya resopló con una pequeña risa y se acercó un poco a él.

—Lamento lo que tuviste que oír y el mal rato, supongo que no fue la mejor forma de comenzar a conocernos, ¿Puedo compensarte con una caminata y souvenirs?

Aunque realmente el chico no prestó atención al no entender la situación, la curiosidad le ganaba, así que aceptó.

—Te sigo.

Con una pequeña risita extendió su brazo cediendo el paso a la joven, quien no pudo evitar sonreír un poco y hacer una leve reverencia antes de salir frente a él y guiar el camino. Tardaron poco tiempo en avanzar rodeando la casa, pero el resto del camino fue un poco más alargado pues tuvieron que cruzar una zona en construcción y algunos otros edificios, finalmente llegando a un área de caballerizas donde se acercaron a un trabajador quién de inmediato les saludo con una sonrisa.

—Signorina Virya, signore Gael, que gusto verla, y una sorpresa verlo de nuevo, signore. ¿Preparo sus caballos?

La peliazul levantó suavemente la mano pidiendo un momento y giró a ver a Gael.

A través del telescopio: El corazón de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora