Capítulo 11: Semana tres Lovin

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Inuyasha miró en silencio el plato de comida que tenía delante. En realidad no tenía tanta hambre. Su apetito estaba volviendo poco a poco, las fresas eran su dieta principal, pero incluso ellas se habían vuelto menos apetitosas. Dai lo había instado a comer más, pero Inuyasha apartó el plato con una mirada de desinterés. Sesshomaru lo miró, frunciendo el ceño con desaprobación.


-Intenta comer algo, Inuyasha -sugirió, mientras Inuyasha lo miraba. Él volvió a mirarlo y se levantó de su asiento. Sesshomaru lo vio irse, suspirando.

-¿Debería llevarle unas fresas? -preguntó la criada, y Sesshomaru negó con la cabeza. Tomó el plato intacto de Inuyasha y siguió su aroma. Este lo llevó a su habitación. Sesshomaru entró y cerró la puerta detrás de él. Inuyasha estaba acostado en la cama, con el cuerpo de espaldas a él.

-Inuyasha -llamó suavemente. Inuyasha levantó la cabeza y lo miró. Miró el plato de comida y volvió a agachar la cabeza.

-No tengo hambre -se quejó mientras Sesshomaru se acercaba. Puso el plato sobre la cama e Inuyasha frunció el ceño.

-Come, te sentirás mejor -le dijo Sesshomaru, mientras Inuyasha no movía ni un músculo. Se quedó callado, con los ojos cerrados. Sesshomaru cogió un trozo de tocino y le dio un golpecito con la nariz en el cuello. Inuyasha lo ignoró.

-Por favor, Inuyasha -susurró, Inuyasha abrió los ojos ante su súplica. Se movió, Sesshomaru se apartó mientras se levantaba hasta quedar sentado. Sesshomaru le ofreció el trozo de tocino, Inuyasha lo tomó. Lo mordisqueó, mirando a Sesshomaru. Levantó una ceja. Inuyasha suspiró, bajando el trozo de tocino de sus labios.

"¿Tengo que comer? Me siento mal", le dijo mientras Sesshomaru cruzaba los brazos sobre el pecho.

-No comiste ayer, Inuyasha. Si te mueres de hambre, te harás daño a ti y a mi cachorro -le dijo Sesshomaru, mientras Inuyasha fruncía el ceño. No tenía hambre en absoluto y se quitó las mantas de encima. Su estómago, normalmente musculoso, ahora estaba plano y sus costillas se extendían un poco más de lo habitual. Todavía no parecía embarazado, sus pezones rosados ​​estaban un poco más hinchados, pero, de todos modos, parecía normal.

Mordisqueó el tocino hasta que se acabó, y se comió el otro con la misma lentitud. Sesshomaru lo miró expectante, Inuyasha tomó un trozo de pescado crudo. Se comió toda la carne, dejando el okayu y la tostada allí. Sesshomaru quería que se comiera todo, y partió un trozo de tostada. Inuyasha negó con la cabeza, Sesshomaru se lo metió en la boca, manchándose los labios con mantequilla. Inuyasha lo lamió.

"Te daré de comer con cuchara si es necesario", advirtió Sesshomaru, Inuyasha suspiró y tomó la tostada.

-Eres irritante -gruñó, mordisqueándolo. A Sesshomaru no le importó, preferiría ser un idiota irritante que dejar que su compañero se muera de hambre. Inuyasha tardó más en terminarlo, pero finalmente lo terminó. Se tumbó, sin tocar el okayu. Sesshomaru supuso que lo dejaría solo por ahora y se llevaría el plato al comedor. Podría haberle pedido a una criada que lo hiciera, pero sintió que Inuyasha necesitaba un poco de tiempo a solas.

-Señor Sesshomaru -lo saludó una sirvienta con una reverencia y tomó el plato. Él asintió y tomó un vaso de agua para que Inuyasha pudiera beberlo todo, dirigiéndose hacia las aguas termales. Sacó un frasco de su kimono, quitó el corcho y vertió unas gotas. El olor a lavanda llenó la habitación y Sesshomaru se fue a buscar a Inuyasha para que pudiera bañarse y relajarse.

:::+:::

Inuyasha se sintió mal y se sentó con un gruñido. Se levantó de la cama y se tambaleó hasta el cubo. Cayó de rodillas frente a él y tuvo arcadas, vomitando todo lo que acababa de comer. Gimió por el dolor en el estómago y la garganta, y su oreja se movió nerviosamente cuando escuchó que se abría el shoji. No podía oler quién era y tuvo arcadas antes de vomitar de nuevo. Las lágrimas le caían por la cara y se las secaba con los dedos.

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