Capítulo 17: Joya

17 5 0
                                    

Inuyasha jadeó de placer mientras su orgasmo se acercaba, Sesshomaru entre sus piernas chupando su miembro. Inuyasha gimió, arqueándose cuando introdujo un dedo en su entrada. Sacudió la cabeza ante la intrusión, deseándola pero no queriéndola. Estiró una mano y agarró un puñado de su cabello, jadeando suavemente cuando dejó que su miembro se deslizara de entre sus labios antes de besar su muslo.


-Sé gentil -jadeó Inuyasha cuando lo empujó más adentro, Sesshomaru gruñó suavemente cuando sus muslos temblaron contra sus hombros. Inuyasha gimió cuando se frotó la próstata, apretando su mano en su cabello en advertencia mientras su orgasmo se acumulaba y se desbordaba. Se vino con un gemido de su nombre, Sesshomaru bebió su esencia con avidez.

Inuyasha gimió en voz alta cuando sintió que empujaba otro dedo, arqueándose lejos de él.

-Sessh no -jadeó, gritando de placer cuando empujó contra su próstata. Sesshomaru sacó sus dedos, Inuyasha jadeó de excitación y anticipación mientras abría las piernas. Sintió su lengua cálida en su entrada, cerrando los ojos cuando la empujó dentro. Se mordió el labio mientras exploraba, apretando una mano en la almohada debajo de su cabeza cuando un delicioso calor se hinchó en su estómago. Sesshomaru lo acercó más, Inuyasha jadeó cuando su lengua se adentró más y rozó suavemente su próstata. Se arqueó con un gemido, Sesshomaru agarró sus muslos con más fuerza cuando comenzó a temblar de placer.

Inuyasha tardó un segundo en darse cuenta de que alguien estaba llamando a la puerta, abriendo los ojos confundido ya que ninguna sirvienta se acercaría por el olor de la lujuria. Sesshomaru se había apartado después de notarlo también, entrecerró los ojos.

-Soy Kiko -le dijo. Inuyasha percibió un olor agrio. Arrugó la nariz y se incorporó.

-Necesita otro baño -gruñó, levantándose de la cama en un pequeño movimiento. Sesshomaru gruñó con desaprobación e Inuyasha lo miró.

-¿Qué? -preguntó Inuyasha, Sesshomaru no dijo nada. Inuyasha puso los ojos en blanco ante su infantilismo, poniéndose un kimono mientras Sesshomaru se vestía por completo. Esperó hasta que estuvo listo antes de abrir la puerta, mirando a Kiko, quien lo miró como si fuera un gigante.

-¿Yo... Inuyasha? -tartamudeó, Inuyasha sonrió.

-Sí, soy yo. ¿Necesitas algo, Kiko? -preguntó, mientras sus hombros rígidos se relajaban. Debió haber estado asustada por el repentino cambio de apariencia.

-Tengo hambre otra vez. -Inuyasha miró a Sesshomaru para ver si quería ir con ellos a comer, Sesshomaru leyó sus ojos y asintió. Inuyasha se alegró de no evitar a Kiko a pesar de que no le gustaba mucho, abrió la puerta por completo. Salió, Kiko se aferró a su kimono cuando vio que Sesshomaru la seguía. Ella solo miró al suelo, a las muchas sirvientas inclinándose en presencia de sus Señores. Kiko estaba asustada, apretando sus pequeñas manos en su kimono. Inuyasha le dio una palmadita en la cabeza.

Sabía por experiencia que le llevaría algún tiempo acostumbrarse. Al principio pensó que lo hacían para burlarse de él porque era mestizo, pero luego se dio cuenta de que era algo que hacían a diario.

-No te harán daño -le dijo para consolarla de sus nervios, mientras Kiko lo miraba. Ella sonrió suavemente, Inuyasha se alegró de que se sintiera lo suficientemente cómoda con él como para hacer eso. Miró por encima del hombro a Sesshomaru y vio que sus ojos observaban a Kiko de cerca. El hedor agrio golpeó sus fosas nasales nuevamente, Inuyasha sintió que debía taparse la nariz para protegerse de su fuerza. Sin embargo, no lo hizo por respeto, y condujo a Kiko hasta su asiento cuando llegaron al comedor. Caminó hasta el suyo después de sentarla, sentándose con la ayuda de Sesshomaru cuando su espalda comenzó a doler.

ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora