⚔️ Capítulo 7: Un nuevo desafio.

17 3 0
                                    

Dentro de un rato tenía la prueba de ingreso. No estaba preparada para nada, pero sabía algunas técnicas de pelea que me enseñó Maxwell, así que me sentía un poco más segura. Esperaba que al menos no me tocara alguien muy profesional, porque, además de quedar fuera, podría terminar fuera de la vida también.

Siempre fui alguien con un cuerpo delicado y pequeño. Me sentía como un bicho entre gigantes aquí, y eso me hacía sentir muy inferior. En el palacio, mis padres no me dejaban hacer deportes "varoniles", porque decían que no era adecuado para mí, que debía mantener un físico delgado y pequeño. En resumen, querían un títere para manejar, y ese títere era yo. La verdad, no extraño nada de allí.

Estaba en mi cama semiacostada, leyendo un libro de tácticas de combate, ya que estaba demasiado cansada para ir a entrenar. Vivian era una compañera muy graciosa y amable; aunque prácticamente solo nos conocíamos desde hace 5 horas, ya sentía que habíamos formado un vínculo fuerte. O tal vez era porque nunca había tenido muchas amigas, y esto era mucho para mí, pero prefería pensar lo otro.

Vivian estaba practicando golpes en su saco de boxeo, atado al techo de la habitación, mientras me contaba una anécdota. La miraba de reojo, y me perdía en mis pensamientos.

-Entonces le dije "Eres una maldita bastarda", y le di un puñetazo en la nariz, hundiéndosela. Parecía Voldemort -rió ligeramente.

Era bastante ruda, pero mientras no me hiciera nada, me caía bien.

-Creo que yo no hubiera podido ni hacerle un rasguño -exclamé, manteniendo la vista en los párrafos del libro. Siempre había tenido una autoestima bastante baja, lo que me hacía hacer chistes sobre mí misma.

Vivian me miró de reojo, arqueando una ceja.

-¿Por qué te tiras tan abajo, Line? -aquello me sorprendió un poco; estaba acostumbrada a que mis padres se rieran de esos "chistes". - Yo te veo con potencial, aunque no lo creas -sonrió con su clásica sonrisa de lado.

-Gracias... supongo, Vivian -murmuré, un poco tímida. ¿Cómo debía responder a ese halago?

-No seas tan formal conmigo -dijo, concentrada, mientras lanzaba fuertes puñetazos al saco.

-Bien, lo intentaré... Viv -respondí, sintiéndome un poco más cómoda en la conversación.

Ella por fin deja de golpear su saco, y se sienta en la silla, bebiendo agua de su botella. Está visiblemente agitada, y su pecho late con fuerza. Me lanza una mirada de reojo, luego deja de beber y me mira directamente.

-¿Te molesta si te pregunto algunas cosas? Es que eres... bastante misteriosa -exclama, arqueando una ceja.

Una ola de ansiedad burbujea en mi estómago. ¿Se dio cuenta de que no era de aquí? ¿Qué era la dichosa elegida? Un sinfín de preguntas rondan mi cabeza.

-¿Por qué eres tan callada? Es decir, siempre parece que estás atrapada dentro de tu propia mente y casi nunca hablas a menos que sea necesario.

Nunca había considerado que alguien me preguntaría eso.

-¿Callada? Mmh, no lo sé... tal vez porque crecí en un entorno donde no podía expresar mis opiniones libremente -respondo, sintiendo que he dicho de más. La verdad es que no quería tocar mucho ese tema.

Vivian me mira sorprendida, su rostro mostrando una mezcla de pena y preocupación.

-Has vivido una infancia dura, ¿no? -asiento ligeramente, sintiendo el peso de su mirada, y agradezco que no me pregunte más sobre ese tema.

Cuando mi vista se posa en ella, noto una cicatriz que se extiende a lo largo de su brazo, delgada y visible. No puedo evitar preguntarme qué le habrá ocurrido, y un escalofrío recorre mi espalda al pensarlo.

Entre Dragones y CoronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora