⚔️ Capitulo 1: Presiones de la corona.

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Un día más.
Era el día del baile, otro baile fastidioso, no era mi hobby favorito para hacer.
Golpean la puerta de mi cuarto.
-¡Señorita Evangeline!, es hora de despertar, tus padres quieren verte para el baile de esta noche -dice Monica detrás de la puerta. Aunque sea mi criada personal, es lo más cercano que tengo como amiga en el palacio.
Suspiré y bostecé, hasta que al fin le contesté con todas mis fuerzas.
-¡Voy! -Me siento en la orilla del colchón y me estiro. Con ganas de seguir durmiendo, me coloco mis pantuflas y me dirijo hacia el baño para comenzar un nuevo día.

Siempre quise tener esa libertad de hacer lo que me gustase, como por ejemplo, ir como una simple adolescente a una fiesta nocturna con todos mis amigos. Pero no, no se podía; mi reino era bastante cerrado en esos aspectos.
Me visto con mi querido vestido de flores veraniego. Era mi época favorita, sin dudas, especialmente si pudiera ir de camping con mis amigos. Me hago un peinado ligero de media cola y calzo mis zapatitos rojos, que combinan muy bien con mi vestido.
Cuando abro la puerta, Monica me espera ahí, con su dulce sonrisa habitual.
-¿Primer día de verano y ya estrenaste tu lindo vestido clásico? -pregunta en un tono amable.
-Aja, siento que me trae buena suerte -respondo mientras caminamos hacia el comedor del palacio, donde me esperan mis padres. Seguro que quieren hablarme sobre otro matrimonio planeado y convencerme, es un fastidio.
Monica ríe levemente, pero su risa se desvanece poco a poco, y pone una expresión más seria, mirándome de reojo.
-¿Ya te han hablado sobre el príncipe Enrick Loders? Escuché que hoy en la fiesta te presentarán con él.
Lo sabía, otra discusión más con mis padres sobre un matrimonio absurdo, con un tipo que ni siquiera conozco. Mi ansiedad aparece; odio las noches de fiesta.
-No, pero lo suponía -digo, sintiéndome irritada. Era... imposible, en pocas palabras.
-Tranquila, lograrás hablar con ellos de esto -me dice mientras coloca una mano en mi hombro, en un sutil gesto de apoyo. La miro y le sonrío.

Cuando llego al comedor, me siento en mi lugar de siempre. Mi madre está delante de mí y mi padre en la punta, como siempre. Tienen esa expresión de seriedad que me pone un poco nerviosa. Trago con dificultad y coloco un mechón rubio detrás de la oreja.
-¿Por qué tardaste tanto? Te he dicho mil veces que dejes de dormir tan tarde -dice con ese tono frío y serio. Mi madre, la reina Adelaide Bennett, y mi padre, el rey William Bennett. A veces, desearía haber nacido en una familia normal.
-Lo siento, no lo volveré a hacer, madre -respondí, casi susurrando. Tomo el tenedor y empiezo a comer lo que tengo en el plato. Al menos es mi desayuno favorito: pancakes con miel y frutos rojos. Es básico, pero riquísimo; además, entre menos, mejor, ¿no?
Mi padre me observa con sus profundos ojos marrones. A veces, es aterrador, pero ya estoy acostumbrada, creo.

-Uhm, no sé, supongo que he estado... pensando en lo estresante que es el matrimonio planeado -exclamé con un tono bajo mientras tomaba porciones de pancake, sintiendo cómo el nudo en mi estómago crecía con cada bocado. Mis padres me miraban con esas expresiones que detestaba, como si estuvieran hartos de que siempre discutiéramos por lo mismo. Mi madre suspira, y eso me pone tensa.

-Ahora no, Evangeline -respondió con un tono amargado. ¿Por qué siempre estaban tan amargados? No podía entenderlo, y esa confusión solo aumentaba mi enojo. Suspire frustrada, sintiendo que la rabia me quemaba por dentro.

Decidí levantarme de la mesa antes de explotar y empezar una discusión. Miré a mis padres con mis ojos celestes, desafiándolos con la mirada, y a pesar de que quería gritarles todo lo que pensaba, opté por la cortesía.

-Me iré a mi habitación -exclamé, antes de que pudieran dirigir una sola palabra.

Cerré la puerta detrás de mí, el eco resonando en el silencio de mi cuarto. Me dejé caer sobre la cama, sintiendo la frustración burbujear en mi interior. ¿Por qué no podían entender lo que necesitaba? Estaba a punto de estallar.

Entre Dragones y CoronasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora