Dos semanas después...
El sol de la mañana se cuela por las cortinas de mi habitación, bañando todo en una luz cálida y dorada. Al principio, mi mente aún está atrapada en los vestigios de sueños dispersos, pero pronto algo llama mi atención. A través de la ventana, veo a mi padre conversando con tres hombres, claramente campesinos, junto a una carreta que está cargada de maíz. Pero no es cualquier maíz; tiene un aspecto diferente, inusual. Mi curiosidad se despierta de inmediato.
Me incorporo en la cama y llamo a Margarita, mi sirvienta personal, que entra en la habitación al poco tiempo.
—Margarita, ayúdame a vestirme, por favor. Quiero ver qué sucede ahí afuera —le digo mientras ella me trae un vestido sencillo pero elegante, perfecto para la ocasión.
Mientras me ayuda a vestirme, no puedo dejar de pensar en el maíz. Algo en él me parece familiar, pero no logro recordar exactamente qué. Una vez lista, bajo con rapidez las escaleras, y al salir de la mansión, el aire fresco de la mañana me despierta por completo. Camino con paso decidido acercarme hacia la carreta, donde mi padre sigue en conversación con los campesinos.
Me detengo cerca de la carreta, observando el maíz más de cerca. Es diferente al maíz que estamos acostumbrados a ver en los campos. Su color, su forma... Y de repente, como un destello en mi memoria, lo reconozco. En mi vida anterior, este tipo de maíz era especial. Se usaba para hacer algo que a la gente le encantaba: palomitas.
Mi mente empieza a trabajar rápidamente, y aunque sé que interrumpir una conversación de mi padre no es lo más adecuado, no puedo dejar pasar la oportunidad. Me acerco a ellos con paso firme, pero con la cabeza baja en señal de respeto.
—Disculpa la interrupción, papá —digo en tono suave pero seguro—, pero creo que puedo tener una solución para el problema con este maíz.
Mi padre, acostumbrado a mis intervenciones poco comunes, levanta una ceja con curiosidad. Los campesinos también me miran, algo sorprendidos de que me atreva a interrumpir, pero mi padre me da una señal para que continúe.
—Este maíz es diferente porque no es el tipo que normalmente sembramos para alimentarnos directamente. Sin embargo, puede tener un gran valor. En mi tiempo libre en la biblioteca he leído sobre cómo algunos tipos de maíz pueden expandirse con el calor, creando una especie de golosina. Podríamos experimentar con él y ver si esto es útil para algo más que para la comida habitual —digo, omitiendo los detalles de mi vida pasada, pero aprovechando lo que sé de este mundo.
Uno de los campesinos, un hombre mayor con manos endurecidas por el trabajo, se rasca la cabeza y mira el maíz con desconfianza.
—¿Y qué se supone que deberíamos hacer con él, señorita Aryln? Este maíz no parece bueno para molerlo como siempre.
ESTÁS LEYENDO
La Archi-maga del norte y sus tres Esposos
Viễn tưởngArlyn la archimaga que dominio todo los elementos y viajo alrededor del continente, era una hermosa mujer que era deseada como aliada para los imperios y reinos. Una noche fue invitada a una fiesta de mascara de la familia imperial, donde ten...