⭐Capitulo 4⭐

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Aclaración antes de leer

"Dialogo"

«Pensamiento»

Capitulo 4: Bestia sagrada

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Capitulo 4: Bestia sagrada

Allí, un cachorro de leopardo de las nieves, apenas de tres meses, me observa con ojos grandes y tristes. Su pelaje blanco con manchas negras resplandece bajo la luz tenue de la tienda.

"Quiero comprar ese cachorro," le digo al vendedor, señalando al leopardo de las nieves.

El hombre frunce el ceño, mirándome con desconfianza. "Ese animal es muy caro".

"¿Estás segura de que puedes pagar por él?"

Asiento con determinación. "Sí, lo compraré."

Después de diez minutos de negociación, acordamos un precio. Saco una moneda rectangular de platinium la moneda de más alta denominación, que equivale a unos 100 de oro. Lo saco mi bolsa y se lo entrego. El vendedor, se sorprende al ver como saco fácilmente esa cantidad de mi bolsa, acepta y abre la jaula.

El cachorro se acurruca contra mi pecho mientras. Su pelaje es suave y cálido, y puedo sentir su pequeño corazón latiendo rápido.

"Gracias," le digo al vendedor, «aunque no se lo merezca» aunque una parte de mí sabe aliviada por la oportunidad de cumplir con la misión y rescatar a este pequeño cachorro.

Salimos de la tienda, y Leonis me mira con curiosidad. "¿Por qué sentiste que tenías que salvar a este cachorro?"

«No puedo decir nada acerca de los mensajes que recibo de los dioses», «seguramente creerían que estoy loca» "No lo sé exactamente", respondo, acariciando la cabeza del leopardo.

El cachorro emite un suave ronroneo, y siento una conexión profunda y misteriosa con él. Mientras caminamos de regreso a las calles principales, no puedo evitar sentir que esta aventura apenas comienza y que el leopardo de las nieves tendrá un papel crucial en nuestro futuro.

"Mamá se va a sorprender," dice Leonis con una sonrisa.

"¡No le digan nada a mamá!", susurro con urgencia mientras escondo al pequeño leopardo de las nieves dentro de mi bolso. Leonis asiente, entendiendo la gravedad del secreto.

Nos volvemos a reagrupar con mamá y Dionel en la plaza central. Las campanas de la iglesia cercana suenan, anunciando el mediodía. El bullicio de la ciudad nos rodea, con vendedores pregonando sus mercancías y niños corriendo por las calles empedradas.

"Mamá, Dionel, ¿han terminado de comprar todo para la fiesta?" pregunto, tratando de mantener la calma.

"Sí, todo está listo," responde mamá, ajustándose su sombrero elegante. "Es hora de regresar a la mansión."

Dionel, emocionado por su cumpleaños, nos muestra una bolsa llena de adornos y pequeños regalos. "¡Miren lo que conseguí!"

"Se ve increíble," le digo, forzando una sonrisa mientras siento el peso del leopardo moviéndose ligeramente en mi bolso.

La Archi-maga del norte y sus tres EspososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora