Heredera de Slytherin ♡ Harry Potter - Draco Malfoy ♡ [2]

18. LA TREGUA

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Selena estaba convencida de que, al hablar con el profesor Snape sobre la Cámara de los Secretos, podrían resolver la situación que amenazaba a Hogwarts. Sin embargo, las cosas no se desarrollaron como ella esperaba. La reciente destitución de Albus Dumbledore había dejado un vacío profundo y resonante en el castillo. A medida que los días pasaban sin una solución, el miedo se apoderó de cada rincón, como si una sombra invisible se cerniera sobre estudiantes y profesores por igual. El sol, que normalmente bañaba los muros de piedra en una cálida luz, parecía haberse congelado en el tiempo.

El ambiente, antes lleno de risas y actividades, se tornó tenso y sombrío, como si el castillo mismo estuviera conteniendo el aliento, esperando a que apareciera una respuesta. Selena no podía evitar sentirse atrapada en esta atmósfera opresiva, una sensación que se intensificaba con cada rumor que circulaba por los corredores. A medida que los días avanzaban, su esperanza de que atraparan al culpable de los ataques se desvanecía poco a poco.

Draco estaba insoportablemente molesto, propalando a todo su alrededor que su padre había sido el responsable de la destitución de Dumbledore. Selena lo miraba con incredulidad, sin comprender por qué se sentía tan orgulloso de ello. La falta de comprensión de Draco sobre la gravedad de la ausencia del director la alteraba.

— Siempre pensé que mi padre sería el que echaría a Dumbledore —dijo Draco, alzando la voz sin preocuparse por los que lo rodeaban—. Como ya les dije, él opina que Dumbledore ha sido el peor director que ha tenido este colegio. McGonagall no durará mucho; solo está de forma provisional...

Justo en ese momento, Snape pasó junto a Harry, ignorando el vacío que dejaban los asientos solitarios de Hermione. Selena notó la tensión en el aire cuando Draco lo llamó.

— ¡Señor! —exclamó Draco, levantando la mano con entusiasmo— Señor, ¿por qué no solicita usted el puesto de director?

Snape se detuvo y giró ligeramente la cabeza, una ceja alzada. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios finos, casi imperceptible, mientras negaba suavemente con la cabeza.