Heredera de Slytherin ♡ Harry Potter - Draco Malfoy ♡ [2]

9. CAZA DE BRUJAS

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Selena se encontraba acurrucada en la esquina de la sala común de Slytherin, sentada en un sofá desgastado junto a Draco. Ambos disfrutaban de un intercambio ligero sobre sus clases, cuando de pronto, un tumulto interrumpió su charla. La puerta de la sala se abrió de golpe y entró Miles Bletchley, un chico de Slytherin un par de años mayor que ellos. Su rostro estaba surcado por gestos de enfado y confusión, y para su sorpresa, su cuerpo estaba cubierto por un mar de pelos verdes que parecían moverse inquietantemente a su alrededor.

Un grupo de estudiantes le seguía, sus miradas cargadas de preocupación. Los murmullos se agolpaban en el aire, creando una atmósfera tensa y confusa.

Gemma Farley, la prefecta, llegó corriendo hacia él, su túnica ondeando tras de sí. Su rostro mostraba una combinación palpable de preocupación y enojo que no podía pasar desapercibida.

— ¿Qué ha pasado? —preguntó, su tono era suave pero firme, mientras se detenía frente a Miles, observándolo con atención.

— ¡Me atacaron unos Hufflepuff! —exclamó Miles, apretando los dientes y pasando una mano por su pelo enredado, intentando controlar su creciente rabia—. ¡Me acusaron de abrir la Cámara de los Secretos!

Gemma frunció el ceño. Los ojos de los otros estudiantes se ampliaron ante la gravedad de la acusación, y la sala se llenó de un silencio tenso. Ella respiró hondo, esforzándose por mantener la compostura.

— Compañenlo a la enfermería —ordenó, señalando a un grupo de Slytherin, su mirada ardiente reflejando su indignación. Los chicos se movieron de inmediato, apresurados por ayudar a Miles, quien lanzaba miradas furiosas al suelo, incapaz de ocultar su frustración.

— Voy a hablar con el profesor Snape —dijo Gemma con determinación, girando sobre sus talones. Su cabello rubio brillante caía como una cascada detrás de ella mientras se apresuraba hacia la puerta. La mezcla de preocupación y enojo en su rostro subrayaba la seriedad de la situación, dejando a los demás estudiantes en un vago murmullo, preguntándose hasta dónde llegarían los Hufflepuff con sus acusaciones.