CAPÍTULO 1

183 7 0
                                    


ALINA

Escorpiones.

<Bulgaria,Sofia>

Cuando era niña siempre creí que mi futuro sería el típico de una princesa de la Mafia Italiana,crecí con esa creencia.
Así nos forman a las mujeres en la Cosa Nostra,nos dicen que seremos monedas de cambio para posibles alianzas en un futuro.
Debemos ser sumisas,inocentes y buenas en los quehaceres de la casa.

Dominico se encargaba de repetírmelo una y otra vez,pero para mi suerte su Consigliere le pidió que recibiera el mismo entrenamiento qué tenían mi hermano y mejor amigo,al principio se negó pero después de que Moreti siguió insistiendole con la idea de que podría ser conveniente que también tenga el mismo entrenamiento que ellos,aceptó.

Creo que en el fondo no quería que fuera capaz de matarlo yo misma.

Con el tiempo iba dejando de prestarme atención y solo se centraba en Ale,por eso fui dejando mis clases de "ser la esposa perfecta" y comencé a reforzar mi entrenamiento cuerpo a cuerpo,con Moreti entrenaba todos los días sobre armas,como disparar,como están compuestas,etc.

Me fui perfeccionando en silencio qué ni siquiera mi hermano sabía de lo que soy capaz,el único que lo sabía era Gabriel Moreti,el siempre confío en mi y aunque se mostraba frío se que en el fondo me apreciaba como yo a él.

~Estará bien ahora?~

Despejo esos pensamientos y recuerdos rapidamente,porque hace 4 años decidí enterrar todo mi pasado y no puedo volver.

Mi vida es completamente diferente de lo que imagine alguna vez.

Reviso una última vez mi arma para controlar que no me falte ninguna bala,es una manía que descubrí que tengo.

Llevo un traje de cuerpo entero negro qué se pega a mi cuerpo como una segunda piel,la tela es suave y flexible para que pueda moverme sin problemas,en mi cintura tengo enganchada la mascara antigas y botas de caña alta a la que le ajusto bien los cordones antes de ponerme en marcha con metralleta en mano.

—El relevo será en 3 minutos— escucho a Jared por el auricular —Apúrense.

Camino por delante pisando con suavidad para no hacer ningún tipo de ruido,cruzamos la calle corriendo hasta el edificio al cual debemos entrar,apoyo mi espalda contra la pared y le indico con señas al otro grupo liderado por Miguel que avancen por el otro lado del edificio.

—Sabemos cuantas personas hay?— pregunta Kendra con curiosidad.

—Importa?— pregunto mientras veo a los guardias de seguridad hablar por el radio.

—Quiero saber la cantidad de almas que tomará mi nuevo bebé— responde para después proceder a reírse como una maniática.

Pongo mis ojos en blanco.

—En posición— informa Miguel.

Los guardias de relevo salen y esa es nuestra señal.

—Disparen— doy la orden a los francotiradores qué están en el edificio del frente.

Antes de que los otros guardias entren los disparos resuenan en el aire derribandolos.

—Es nuestra señal— digo y avanzamos hacia las puertas,una vez a dentro nadie nota nuestra presencia ya que lo más probable es que estén borrachos o drogados.

Debido a la música nadie habrá escuchado los disparos de afuera,camino empujando a las personas que se meten en mi camino y una vez que ambos grupos entramos ordeno qué se cierren todas las puertas.

Romanov #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora