ALINA
Confesiones (parte 1)
Las náuseas se hacen presentes cada vez que mi cabeza repite los eventos de ayer,ya perdí la cuenta de cuantas veces he vomitado en lo que va de las últimas horas.
Las heridas de mi espalda arden con cada simple movimiento y me estremezco,pero nada se compara con la sensación de sus manos sobre mi cuerpo.
Miro hacia mis brazos,a los evidentes moretones en cada uno de ellos y ni siquiera me animo a ver a los de mis piernas.
Me quedo allí viendo un punto fijo sobre la sabana de la cama,se que el medico esta diciéndome algo pero lo oigo demasiado lejos.
Escucho el crujido de la puerta y luego alguien toca mi hombro levemente,me sobresalto de inmediato y me voy hacia atrás hasta que mi espalda choca contra el respaldo.
Jadeo por el escozor en mis heridas mientras mi cuerpo comienza a temblar del pánico.
—Alina soy yo— levanto mi cabeza cuando oigo su voz gruesa y con algo de calidez,me observa con cautela pero también noto algo más oscuro en sus ojos.
Se aclara la garganta y acerca la bandeja con comida que no había notado que reposaba sobre el colchón,ni siquiera había notado que el medico se había ido.
Revisó mis heridas y también entre mis piernas,el solo hecho de que se acercara allí me hizo temblar como una hoja y querer salir corriendo pero Viktor casi se le va encima al médico creyendo que me había lastimado así que tuve que obligarme a relajarme mientras el terminaba de examinarme.
—Tienes que comer— su voz me atrae nuevamente —haz pasado el último día vomitando y no haz comido absolutamente nada.
—No tengo hambre.
La sola idea de meter algo en mí boca me causa náuseas.
—Alina..— dice mi nombre con dureza pero solo me encojo de hombros.
—Y mis hijos?— pregunto en un susurro apartando la mirada y lo escucho suspirar.
—Están bien,pero quieren verte— cierro los ojos aguantando las lágrimas —preguntan por ti cada 5 minutos.
Le doy un asentimiento —Quiero verlos.
El se queda en silencio por un momento hasta que vuelve hablar —Para eso debes comer,estoy seguro que no querrás que ellos te vean tan...— se detiene y yo me río amargamente.
—Tan rota?— el sarcasmo en mi voz no le da ni una pizca de gracia.
Su rostro se mantiene estoico y serio —Si quieres verlos primero come.
No tengo fuerzas para discutir así que solo hago el amago de tomar la bandeja pero el la deja sobre sus piernas y extiende la cuchara con sopa hacia mí,cierro mis ojos por un momento para dejar mi mente en blanco y abro la boca,el líquido baja por mi garganta provocandome arcadas qué retengo a la fuerza.
—Esta bien— acaricia mi brazo pero lo aparto.
—No quiero tu lástima,esto no cambia el hecho de que no hayas creído ninguna de mis palabras.
Sus ojos conectan con los míos —No es lástima— gruñe.
Sin que pueda evitarlo dejo escapar un sollozo y ni siquiera se porqué.
—Quier ver a mis hijos— digo después de tomar toda la sopa en un silencio incomodo.
El asiente y deja la bandeja sobre la mesita de luz,luego sale de la habitación,intento relajar mi cuerpo y mis emociones para que los mellizos no lo noten.
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Romanov #2
RomanceCONTINUACIÓN DE D'ANGELO #1 (PRIMER LIBRO) Alina huyó de La Bratva y de su esposo con el corazón roto y decidida a no volver a sufrir y dejar todo el pasado atrás, pero hay algo que lo sigue uniendo a él... ¿qué pasará cuándo sus caminos se encuentr...