⎯⎯ Seré solo tuyo si me dejas besarte ⎯⎯ Sus labios daban algunas caricias a los míos ⎯⎯ Todos se arrodillan ante mí por ser el príncipe heredero y próximo rey, pero yo me arrodillare ante ti si me permites probar tus labios, mi reino es tuyo sol...
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EL GALOPE DE SU CORCEL APRESURO SU PASO AL VER LAS PUERTAS DEL REINO DEL ORIENTE CADA VEZ MÁS CERCA. El carruaje venía detrás de ella, donde Dereck leía su libro en silencio.
⎯⎯ Estamos por llegar, majestad ⎯⎯ Uno de los soldados del Occidente le comunicó y de alguna manera eso la incomodó. Ella no se sentía lista para tomar un cargo muy alto sin ser aun la esposa de Heinrey.
Ella no era una princesita que había sido criada para ser delicada como una flor o vestirse con vestidos pomposos para fiestas glamurosas; Anneliese Harrison había sido criada para dirigir un país, su ducado y tomar decisiones difíciles.
⎯⎯ Descansemos unos minutos. Dereck debe querer estirar las piernas después de estar en el carruaje desde que salió el alba. Que los caballos beban agua y que los soldados estén listos para cuando tengamos que salir ⎯⎯ Detuvo su cabello y con eso los demás obedecieron.
Uno de los soldados se encargó de ir hacia el carruaje y abrir la puerta para el heredero del ducado Harrison.
⎯⎯ ¿Sucede algo malo? ⎯⎯ Miró a su alrededor en busca de algún peligro, pero solo se encontró con la sonrisa de su hermana mayor ⎯⎯ ¿Annie?
⎯⎯ No es nada ⎯⎯ Bajó de su cabello para alborotar su cabello blanquecino ⎯⎯ Solo supuse que deberías estar cansado de viajar en el carruaje desde el amanecer.
⎯⎯ ¿Solo es eso?
⎯⎯ Lo es, D.
⎯⎯ ¿Te importa que mire a los alrededores?
⎯⎯ Ve, pero que un caballero vaya contigo.
⎯⎯ Sí.
⎯⎯ ¡Saldremos en veinte minutos! ⎯⎯ Avisó antes de darse la vuelta e ir por su caballo para llevarlo a beber agua.
Le hubiera gustado que Jin los acompañara o por lo menos que se despidiera con los de la corte del Occidente, pero lo entendía. Las despedidas siempre eran duras, así que solo pasó el tiempo con ellos y luego desapareció.
Jin no quería verlos partir, pero aun así lo hizo desde la torre más alta del castillo. Vio como su hermana guiaba a los soldados y como el carruaje donde iba Dereck quedaba en medio de todo.
Anneliese tomó algo de ropa de su bolso y se cambió por algo más práctico dentro del carruaje para tener algo de privacidad. Una vez lista, salió de él y se ganó más de una mirada.
Vestía un traje blanco, pulcramente planchado, botas altas del mismo color, su cabello era recogido en una coleta alta, en su cintura se situaba su espada y en el mango estaba el escudo de la familia Harrison. Sobre sus hombros estaba una pesada capa roja, al igual que sus ojos rubíes que ardían en fuerza y dedicación.
