-¿Entonces... te casaste?- fue cuando lo vi a los ojos.
Sabía que si me decía la verdad lo sabría.
-No... No pude, sentía que te estaba traicionando - mis ojos aguados se liberaron. Así que volteé para otro lado para que no me viera -¿Tu me traicion...
Mi padre en este momento se había puesto igual de sonrojado que Jin. No podemos evitar reírnos, ni Hoseok lo había llamado de esa manera y eso que él ya tenía más de dos años con mi hermano, y viene mi adorable pareja y lo dice así como si nada. Le salió tan natural que por poco pasa desapercibido. Si no hubiera sido por la risa de mi hermano.
—Te voy a pedir por favor, que no me vuelvas a llamar así, estamos?— dijo en tono enojado.
—Me disculpo señor Paek— la mesa quedó en silencio, uno muy incómodo.
Jin bajo la mirada, lo había hecho sentir mal. Y yo no lo iba a permitir.
—¿Porque no puede llamarte así?— dije levantando la voz.
Todos voltearon a verme. Era raro, porque tenía más de tres años que no le levantaba la voz a casi nadie. Y menos enfrente de mi hijo.
—Porque aún no lo soy— dijo restándole importancia, y se dedicó a seguir cortando su carne.
—te recuerdo que tenemos un hijo juntos, desde del momento en el que yo estoy con el, en eso te convertiste. Sabes que papá, dilo ahora, di si estas de acuerdo en esta relación, porque si no le estás, estamos perdiendo el tiempo contigo— y eso era un ultimátum.
—y si no lo estoy?— me puse de pie.
—siendo así, no tenemos nada que más hacer aquí.—
—amor tranquilízate— me decía Jin poniéndose también de pie.
—No Jinnie si él no está de acuerdo en que estemos juntos, no tiene caso perder del tiempo, ire por mis cosas, nos vamos.—
—Alto ahí Namjoon— dijo mi padre levantandose igualmente.
—no papá, yo quise hacer las cosas bien esta vez, pero tú no me estás ayudando, estas poniendo tantas trabas cómo se quisieras sabotear nuestra relación, la verdad ya no sé cómo decirte, ya no sé cómo explicarte, te he súplicado tanto porque quiero estar con él— mis mejillas empezaron a mojarse. —pero tú nunca vas aceptarlo.
Dije tapándome la cara, hasta que escuché a mi bebé.
—Api— haciendo su puchero. El también estaba a punto de llorar.
—no pasó nada cachorrito, vamos arriba, hay que preparar una maleta.— tome a mi hijo. Y subi escuchando a Jin en la lejanía.
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En el comedor.
—Ve a hablar con el, no voy a permitir que mi bebé se vaya otra vez, sólo por tus estúpidos celos Park Jimin— la señora Park estaba molesta, y con justa razon.
—puedo subir a verlo?— hablo Jin, temiendo que se le negara. Pero la señora Park asintió y el subió como rayo.
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