—Dani muévete —la voz de Lu me sacó de mis pensamientos.
—Joder, esto sí que ha cambiado —el Camp Nou estaba enorme. Y estar en todo el centro me hacía sentir pequeña.
—Es lo que tiene llevar casi dos años fuera, las cosas cambian, sabes —la miré mal por el tono de su voz, pero ella solo sonrió inocente.
—¿Y si no me quiere ver? —pregunté mientras nos dirigíamos a los vestuarios.
—Estás loca, está de titular después de un montón de tiempo, en un clásico, y final de Champions. ¿Y crees que no te va a querer ver? —me cogió del brazo—. Aparte, no es solo él. Iñigo estará deseando ver que llevas su apellido.
Al llegar a Alaska y ver la última página del álbum que me regalaron justo antes de irme, me eché a llorar.
"Vale para llevar el apellido Martínez, sé que eres mayor de edad y no es una adopción, pero quizás te hace ilusión".
Era una tontería, pero en cuanto volví hace dos días a Barcelona fui directamente a cambiarlo.
Llegamos a la puerta del vestuario, y algo dentro de mí comenzó a temblar.
—¿Sabes que? Que no. Paso. Me vuelvo a Alaska —iba a darme la vuelta y a irme, pero tiró de mí con un suspiro, empujándome a la puerta, haciendo que cayera dentro del vestuario.
Los chicos me miraron con sorpresa, inmóviles.
Me levanté rápidamente, colocándome bien la camiseta de la temporada 25/26 del Barça. Con el dorsal 28 y las letras "Bernal" sobre dichos números.
—Emmmm... Hola chicos —sonreí y alcé la mano, haciendo una pose rarísima.
Durante unos segundos nadie reaccionó, hasta que el principal capitán de la temporada caminó hacia mí y me abrazó fuerte.
—Daniela —su acento brasileño me reconfortó. Me hizo sentir en casa, quitándome todas las dudas de golpe.
—Rapha —cerré los ojos, pero pronto los volví a abrir al dejar de sentir sus brazos a mi alrededor.
—Apártate, gilipollas —Lamine empujó a Raphinha lejos y se tiró sobre mí. Conseguí manteneros en pie por arte de magia. Ya que había perdido mucha fuerza en el año y medio que había estado fuera.
—Yo también te he echado de menos —reí al ver que no tenía intención de soltarme.
—Me iba a volver loco sin ti —se bajó de mis brazos, pero no me soltó. Cogió mi cara de forma brusca, entre sus manos, estiro mis mejillas, pellizco mi nariz, golpeó mi frente—. Eres real.
—¿Estás tonto? —se separó, pero sin apartar la mirada de mí.
—Perdón, necesitaba saber que eras real.
Después de saludar a todos busqué con la mirada a alguien, alguien a quien no encontré.
—Vendrá en un rato; ahora está con los fisios, para una última revisión rápida —Gavi me abrazó por los hombros—. Ah, y tenemos una sorpresa. Está meando, pero ahora vendrá.
Mire al mayor con el ceño fruncido.
—Yo tengo más de una para vosotros. Pero para después del partido, ahora os tenéis que concentrar.
Escuché la puerta detrás de mí, y todo el cuerpo se me tensó. Me giré despacio intentando calmar los nervios. Pero se esfumaron todos al ver a...
—João —le dije desanimada.
—Bueno verte a ti también.
Durante unos segundos solo nos miramos, pero entonces analizamos lo que estaba pasando.
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LO HARÍA POR TI, Marc Bernal.
FanfictionPRIMER LIBRO DE LA SAGA: CUANDO APRENDIMOS A AMARNOS Daniela lo tenía todo: lujos, dinero, fama, y una vida que parecía perfecta a los ojos de cualquiera. Para ella, eso era lo único que importaba. Hasta que un día, durante el segundo partido de La...