¿Final?

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El verano fue pasando, pero yo ni siquiera lo noté. El frío calaba en mis huesos día tras día. Mayo pasó rápido. Me adapté a mi nuevo hogar en cuestión de días. Junio, Julio y Agosto se fueron volando. Y sobre la lesión... bueno, la operación salió bien, y me voy recuperando.

La despedida fue algo... única, supongo; es lo que tiene que tus amigos sean unos raros y unos locos.

Cuatro meses antes.

Me desperté por culpa de un fuerte golpe fuera de mi habitación. Pero no me preocupé al no ver a Marc a mi lado, porque supuse que él fue el causante.

—Marc, no hagas tanto ruido, quiero dormir —me tapé la cara con la almohada, pero la calma duró poco cuando el único ente en la casa me cogió de los tobillos y me cargué sobre su hombro—. Joder, Marc, bájame —pataleó sobre su hombro. Pero no sirvió de nada.

Al llegar a mi salón me soltó y tapó los ojos antes de girarme.

—Sorpresa —al quitar sus suaves manos de mis ojos vi a mis amigos con un pastel decorado con la frase "Te esperaremos" con una letra horrenda que asocié con Casadó y un cartel con fotos de todos y algunas frases sueltas.

—Dais asco —abrace a Lu, ya que era la que tenía delante.

—Tenemos un discurso para ti —me separé de mi mejor amiga. Y fui uno por repartiendo cariño, no hay todos el mismo tipo de cariño, claro.

—Veras tú la mierda de discurso.

—Te va a gustar —cuando acabé de agradecer, Ari me sentó en el sofá de forma bastante brusca.

—Pero primero que todo, redoble de tambores —Ferran comenzó a golpear la mesa, siendo seguido por el resto—. JOÃO FÉLIX, DANIEL RUIZ Y MARC GUIU.

Empecé a reír por la presentación, y los tres nombrados salieron de mi cocina.

Me levanté para saludarles y enseguida me volví a sentar. Quería ver qué tenían preparado.

Mis amigos apagaron las luces de mi casa y prendieron la tele.

Pusieron un video de una señora pariendo, así que aparte la mirada con asco.

—¿Qué cojones, chicos?

—Hace ya casi diecinueve años, nació Daniela Ruiz Moreno. Una chica que pesó 3.2 kg y midió 62 cm el día de su nacimiento. Un sábado de principios de junio en el año 2006 —la voz de Héctor resonó por el salón, por lo que sonreí con gracia—. No tenemos un video de tu madre pariendo, así que te aguantas.

El video pasó a ser fotos mías boxeando de muy pequeña y fotos con Lu de cuando éramos dos moquitos...

—Tan solo dos años después, llegaron a su vida sus dos grandes amores. El boxeo, y su maravillosa y fantástica mejor amiga. Lucía Fort. En cuanto se vieron en aquella guardería sabían que iban a ser inseparables. Ya que eran polos completamente opuestos. Lucía era cuidadosa, refinada, mientras que Daniela era una terrorista, loca y descuidada —las declaraciones de la rubia hicieron que el dolor en mis mejillas se intensificara.

—No estoy loca y no soy descuidada.

—A los cinco años ganó su primer trofeo —las fotos de mi primera competencia aparecieron en la pantalla, causándome mucha ternura—. El momento en el que decidió, que iba a ser la mejor del mundo —el acento de João fue el que se escuchó.

—Y años después, llegó lo más importante y único a su vida, un chaval monísimo, con una sonrisa encantadora, y tan solo una rosa que ofrecer —dos ramos enormes de hortensias aparecieron a cada lado de mi cara—. El chaval en ese momento no sabía que Daniela odiaba las rosas, y que siempre ha amado las hortensias.

LO HARÍA POR TI, Marc Bernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora